Han
detenido una vez m�s a la bloguera Yoani Sanchez junto a su marido el periodista
Reynaldo Escobar. Se les acusa de intentar alterar el clima del juicio sobre el
controvertido incidente automovil�stico en el que se responsabiliza al
dirigente del PP espa�ol Angel Carromero por la muerte de los opositores cubanos
Oswaldo Pay� y Harold Cepero. El pol�tico sueco Jens Aron Modig sobrevivi� al
accidente sin poder recordar lo que all� ocurri�. En tanto el detenido pol�tico
espa�ol ha rogado a la comunidad que no provoque al r�gimen castrista y libere
pronto a Yoani Sanchez de las c�rceles cubanas. 30 horas despu�s fue liberada
tras sufrir vejaciones y negarse a beber o comer lo que ofrec�an los agentes del
r�gimen comunista.
La represi�n
ocurre, sintom�ticamente, en momentos en que la opini�n p�blica ten�a puestos
sus ojos sobre las elecciones venezolanas, donde el dirigente socialista y amigo
personal de Castro, Hugo Ch�vez, tem�a la reacci�n ciudadana que podr�a restar
validez a su r�gimen. Circularon versiones sobre amenazas de represi�n y
agitaci�n popular en caso de que su poder militarizado se vea amenazado. Pero,
previsiblemente, el r�gimen socialista que anunciaba medidas m�s duras de
socialismo, para impedir cualquier desviaci�n, triunf� con un margen cre�ble de
votos en un marco electoral que no garantiz� el secreto electoral.
Sobre el escenario
est�n, tambi�n, el clima agitado de Bolivia, con el castrista Evo Morales
reprimiendo y amenazando a la poblaci�n con el mismo esquema de amenazas de
guerra y agitaci�n popular por manos de sus facciones partidarias, y una
Argentina revuelta, con restricciones, protestas y medidas coercitivas en medio
de rumores oficialistas de intentos golpistas que justifican m�s medidas de
represi�n y afianzamiento de poder. Ecuador, sum�ndose a las medidas
dictatoriales de facto e Ir�n con una campa�a de intimidaci�n que dispara las
alertas mundiales.
La eternizaci�n en
el poder del coronel Hugo Ch�vez fue festejada por Cristina Fern�ndez viuda de
Kirchner, como victoria de la causa socialista, a la que se sumaron el
mandatario ecuatoriano, la dirigencia cubana, y otros representantes tanto del
socialismo internacional como del Islam.
Deshaciendo el
mito
Uno de los mitos
fundacionales de la izquierda es que representa el sentimiento y deseo popular
de igualdad y lucha de clases.
En este discurso, la izquierda tiene propiedad privada y posesi�n exclusiva de
los intereses y representaci�n de los trabajadores. Y cualquier obst�culo para
poseer el poder es culpa y conspiraci�n de la minor�a burguesa que manipula a la
poblaci�n entera, menos a los �ilustrados� socialistas.
Sin embargo en la
realidad hist�rica del socialismo, �ste siempre ha precisado un aparato policial
y otro informal, �social�, para reprimir. Ha significado, en promedio, la
aniquilaci�n pr�ctica de la oposici�n, el control de los medios de comunicaci�n,
restringir las libertades ciudadanas m�s elementales como la libre circulaci�n y
asociaci�n, iniciativa privada o practicar una fe. Son todos, en mayor o menor
medida, reg�menes militares o policiales, profundamente demag�gicos en su
discurso y antilibertarios una vez en el poder. Hacen uso de la descalificaci�n
de quien no someta su pensamiento al r�gimen pasando a ser �enemigo� del r�gimen
o de �clase�, de la coerci�n monetaria haciendo impracticable el libre comercio
internacional, de expropiaciones y estatizaciones, de la explosi�n del delito,
del redise�o nacional a trav�s del separatismo y fusi�n de la geograf�a y
poblaci�n, del hambre y falencias sanitarias como armas de manipulaci�n, de la
agresi�n de verdaderas mafias ideologizadas, al estilo de las tristemente checas
espa�olas o la entrega de recursos, autonom�a y seguridad nacional a manos de
potencias extranjeras aliadas en el socialismo. Esto sin considerar, en las
experiencias previas, el uso de torturas, polic�as secretas, c�rcel, supresi�n
de derechos, deportaci�n y asesinato de una poblaci�n que mantienen,
preferentemente, en estado constante de inmediatez de una guerra.
Una pr�ctica com�n,
con mayor o menor �nfasis seg�n el dirigente y sus circunstancias, que desmiente
en los hechos lo que en palabras se declara abiertamente.
El socialismo
necesita del poder para aferrarse en el control de la poblaci�n y de los medios
de informaci�n y supervivencia, precisa del odio y de la fuerza para
manipularlo, de la mentira abierta y manifiesta para sostenerse, del terror para
intimidar a una oposici�n que se hace inexistente, de la corrupci�n para
sostenerse. Bien puede decirse y sin temor a error, que la izquierda hacer uso
de todo cuanto pueda ser malvado, ruin y da�ino para sostener la m�s perversa de
las ideolog�as de la historia. Desde la nacionalista nazista hasta la mao�sta
china, pasando por las experiencias latinoamericanas, africanas � que han
generado las mayores hambrunas conocidas por el hombre � a la violencia de las
asi�ticas o las aterradoras europeas, todas han revelado el grado de
descomposici�n moral al que puede llegar el ser humano llevado por sus peores
aspectos. No hay propaganda tur�stica que pueda negarlo ni argumentos econ�micos
que puedan justificarlo.
Cuba, madre y
maestra
Quien intenta
analizar con seriedad y objetividad una situaci�n, debe no s�lo reunir toda la
informaci�n posible al respecto, sino que debe contrastar con experiencias
paralelas, recorrer hasta su origen las causas que le produjeron y trazar l�neas
generales que le definan y que permitan predecir y explicar lo que ocurrir�a o
bien ocurre en cualquier otra situaci�n que presente semejanzas en sus elementos
centrales. En el socialismo son tan claras sus caracter�sticas, tan n�tidas sus
fuentes, tan patentes sus resultados y procesos que ante la sola idea de
socialismo, sin hacer uso de �magia�, se pueden proyectar y anticipar los
funestos destinos que se avecinan para una naci�n.
Cuba, en este
contexto, se vuelve madre y maestra de las revoluciones americanas. El estilo
demag�gico, sus ense�anzas sobre represi�n y manipulaci�n, la exportaci�n de sus
guerrillas asesinas y entrenamiento para terroristas, su influencia en los
destinos de otras naciones, su doctrina de agitaci�n permanente y formas de
represi�n e intimidaci�n a la oposici�n, la restricci�n de libertades y el
desparpajo para proclamar victorias y �xitos inexistentes, le convierten en una
decr�pita y espantosa, pero madre y maestra al fin y al cabo, de las
revoluciones socialistas americanas.
Una tiran�a que
debe ser defendida y sostenida al costo que implique, como entre sus hijas
americanas que se prestan apoyo las unas a las otras.
Venezuela ser�
festejada como un triunfo revolucionario, como una predicci�n del poder
eternizado en otros reg�menes socialistas, una burbuja de ox�geno para las
agonizantes dictaduras de facto en la regi�n. Se hablar� de elecciones limpias
a�n cuando no permitan fiscalizaciones o se haga uso de los recursos y poder
estatal para hacer auto-propaganda falsificando incluso la imagen del coronel,
haci�ndole lucir m�s joven y sano de lo que est� en realidad y se oculte su
verdadero estado de salud, como en el caso de su protector Fidel Castro.
Ser� proclamada como
modelo de progreso y bienestar, de triunfo popular a pesar de que se recurra al
populismo m�s vulgar y a condiciones civiles opuestas al menor valor
democr�tico. Un modelo, en fin, donde democracia es sin�nimo de socialismo y
profundizar la �democracia� equivale a radicalizar el socialismo.
Cuba ha creado el
modelo, ha sentado las pautas y ha ense�ado a sus secuaces los medios para
asaltar el poder y retenerlo destrozando la democracia, haciendo populismo,
llevando a la descomposici�n social y econ�mica a sus naciones, sembrando odio y
divisiones, eliminando a la oposici�n, apoder�ndose de los medios de
comunicaci�n y haciendo uso de los recursos estatales para sostener su poder,
muchas veces din�stico, para implementar la v�a local de socialismo.
Cuba, maestra y
compa�era de las revoluciones, ha llevado a�n m�s lejos su modelo de destrucci�n
y terror, abrazando las causas de la yihad, ali�ndose con terroristas y
reg�menes brutales en Medio Oriente, importando a Hezbollah y aparatos
represores, asoci�ndose con el narcotr�fico y las mafias y, por supuesto,
creando un gui�n teatral en el cual los dictadores son v�ctimas permanentes de
la maldad libertaria occidental, acosados d�a y noche por siniestras
conspiraciones y enfrentado a lo que su industria cultural proclama como
�corrupci�n capitalista y democr�tica�. Versi�n que, lamentablemente, cala en
los �tontos �tiles�, como fueron bautizados por Lenin, dispuestos a marchar y
apoyar todas las causas e ideas que supongan revoluci�n, corrupci�n y pobreza.
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