Corea del Norte
vuelve a las
noticias. Tras haber
borrado el paradero
del tutor del
dictador y cinco
jerarcas, el mundo
conoci� detalles de
la ejecuci�n p�blica
a trav�s de, se
dijo, el �rgano
portavoz en Hong
Kong del Partido
Comunista de China,
"Wen Wei Po".
El acto de barbarie
habr�a sido
consumado para
placer de sus
sobrinos - Kim Jong-un
y Kim Jong Chol -
frente a 300
autoridades
comunistas, y
preparado privando
de alimentos a los
perros de caza por
cinco d�as para
entregar a las
bestias hambrientas
las v�ctimas para
ser devoradas.
Jang Song Thaek,
esposo de la t�a
materna del actual
tirano norcoreano,
form� a su sobrino
en los secretos del
poder tras la muerte
de su cu�ado, Kim
Jong-il. Fue
acusado, junto a los
jerarcas asesores
del c�mplice del
fallecido tirano
rojo Kim, de
corrupci�n y
desviarse de los
lineamientos
centrales del
comunismo, formando
una facci�n interna
dentro del Partido.
Una acusaci�n com�n
en todas las purgas
rojas, desde los
tiempos de Lenin,
para aterrorizar a
la poblaci�n,
disciplinar a los
jerarcas y depurar
las filas de
cualquier
posibilidad de no
pensar ni actuar
seg�n los deseos del
dictador de turno.
Desensibilizar a
Occidente
Espect�culos as� son
comunes en las
dictaduras rojas. El
caso se asemeja a,
por ejemplo, Guinea
Ecuatorial. All�,
como en otros
reg�menes
comunistas, las
ejecuciones masivas
y cr�menes
familiares en pugnas
de poder recuerdan
las del r�gimen
norcoreano.
Sin embargo, tras un
muy conveniente
silencio, se aclar�
que se trataba tan
s�lo de una farsa.
Una s�tira muy
apropiada, diremos,
para �hacer caer en
la trampa� a la
poblaci�n mundial
indignada con el
hecho. Del extremo
de barbarie hoy se
puede �aceptar� la
ejecuci�n por otros
medios, borrando de
la mente el crimen
por el simple hecho
de ser �menos
cruento�. Se juega,
as�, con los
sentimientos y
valores de los
sectores m�s sanos
de la sociedad.
El juego psicol�gico
rojo
El experimento de
psicolog�a social
fue iniciado por el
sitio basado en Hong
Kong �Tencent Weibo�.
El inter�s que
despierta el
sufrimiento causado
por el comunismo
norcoreano levant�
casi 300 mil visitas
en pocas horas.
Simulando una
confirmaci�n oficial
china, la nota
sat�rica estaba en
los titulares
mundiales. El diario
oficialista del
comunismo chino "Wen
Wei Po", con su nota
e imagen aliment� el
juego, d�ndole un
aire de
credibilidad. Un
aporte magro pero
con sello oficial,
pese al descr�dito
del diario oficial
del comunismo,
situado en un
pat�tico puesto 19
de credibilidad
entre 21 peri�dicos
chinos, seg�n el
an�lisis de la
Universidad China de
Hong Kong.
Luego fue el
gobierno cerrado de
Singapur quien a
trav�s del Straits
Times
prosigui� con el
juego.
Se esperaron d�as
hasta revelar el
fraude y manipular a
trav�s del
remordimiento a
Occidente. Hoy el
juego rojo es
desacreditar a la
prensa y sus
dirigentes. De este
modo, en lo sucesivo
y en retrospectiva,
las graves
acusaciones contra
la tiran�a comunista
norcoreana pierden
validez. Se puede
dudar, se puede
creer en el
�extremismo
anticomunista�,
pues, al fin y al
cabo, �los rojos no
son tan malos como
nos quieren hacer
creer por no
investigar m�s en la
realidad�. Una
manipulaci�n cl�sica
de los autores y
c�mplices de la
ideolog�a m�s
criminal de la
historia.
Lo que no debemos
olvidar
Este juego deja
entrever el objetivo
que describimos:
restar credibilidad
a las acusaciones y
acomplejar a los
denunciantes. Como
tercer objetivo
cumplido est� el
cubrir con impunidad
los cr�menes rojos.
As�, las purgas
pasan a un segundo
plano, la crueldad a
la que se somete al
pueblo, su hambruna
y enfermedades, el
r�gimen de
esclavitud y terror�
no parecen tan mal.
�S�lo fueron
fusilados�,
se dice ahora, como
si eso disminuyese
el crimen. �Tal
vez�, agregar�n
otros, pues la
represi�n roja
impide conocer lo
que ocurre dentro de
la inmensa
c�rcel-pa�s.
Oscuridad propia de
todos los reg�menes
totalitarios y que
hoy se repite en
China, con el
bloqueo al peri�dico
brit�nico The
Guardian para evitar
informaciones sobre
el conflicto uigur
en Xinjiang. �Se
les entiende poco,
se precisa ser m�s
comprensivos�,
concluir�n otros
m�s, clamando por
calmar los �nimos
contra la barbarie
roja.
Tambi�n se omite una
cuesti�n de fondo:
el aprendiz de
tirano no se
impresiona con los
cr�menes ni la
barbarie.
Ha sido educado en
un sistema donde lo
com�n, lo habitual,
es la represi�n, el
crimen y el modelo
de terror y
manipulaci�n. Como
primeros actos de
poder orden�
ejecuciones, una
prueba nuclear y dos
lanzamientos de
prueba de misiles
que est�n prohibidos
por las Naciones
Unidas, adem�s de
intentos de tensar
al mundo con
conflictos con otras
naciones y el
fantasma del
holocausto nuclear
jugueteando con sus
gruesos dedos sobre
el bot�n rojo.
Este juego ha
demostrado que la
guerra psicol�gica (psywar)
sigue vigente en las
modernas amenazas
roja e isl�mica,
como se ha probado
en las
manipulaciones
palestinas o sirias.
Occidente siempre
ser� el culpable y
movido por oscuros
intereses. Poco
importa que, por
ejemplo, en
Venezuela han muerto
m�s personas por
violencia en el caos
socialista durante
el 2013 (24.763),
que en el Irak
sometido a la guerra
(9.472).
Corea del Norte, con
al menos 200.000
presos pol�ticos
oficiales y millares
m�s acusados de
delitos comunes -
como es habitual
bajo el comunismo
para encubrir
persecuciones
pol�ticas -, con
verdaderos horrores
que la prensa no
cubre, sufrimientos
y represiones
inimaginables para
el occidental
promedio, ha ganado
esta movida en el
ajedrez de la guerra
psicol�gica.
Es un juego
arriesgado pero
seguro, confiado en
la oscuridad a la
que se somete a la
naci�n. Ni la
prensa, ni los
servicios
humanitarios que han
podido llegar hasta
all�, ni los mismos
diplom�ticos conocen
qu� ocurre realmente
y en toda su
extensi�n en Corea
del Norte. Nadie
puede tener contacto
con la poblaci�n, se
crean las noticias
bajo una pauta
ideol�gica estricta
y se persigue a
quienquiera se
aparte de las normas
establecidas. Ni se
consiente ayuda
humanitaria para no
dar a conocer la
situaci�n real de la
poblaci�n, Los
expertos dudan
incluso de las
cifras oficiales de
poblaci�n,
sanitarias o de
econom�a.
Norcorea no es el
�nico ni el �ltimo
caso de manipulaci�n
medi�tica. Ha
servido para probar
a la poblaci�n
interna (jerarqu�a y
militantes) de los
pa�ses comunistas,
la debilidad
occidental por su
�falta de rigor� al
corroborar las
noticias, omitiendo
por supuesto la
ausencia de
informaci�n que
permita tratar con
mayor seriedad la
situaci�n detr�s de
las nuevas cortinas
de hierro. No es muy
distinto al problema
que enfrentamos con
el tratamiento de
noticias proveniente
de los pa�ses
dominados por la
yihad. Sin embargo,
el punto central es
que los cr�menes
hist�ricos y
actuales en ambos
casos se cometen y
se aseguran bajo
jugadas como esta,
con la mayor
impunidad.