A nadie le gusta sentirse estafado y
menos a�n que le mientan. Pese a lo que transmiten las noticias y los discursos
de los formadores de opini�n (prensa, pol�ticos, analistas, opinadores, etc.) el
p�blico ni es pasivo ni es tonto. Por el contrario, est� descontento, se
indigna, repudia y rechaza. O ridiculiza a los estafadores.
En tiempos electorales - y fuera de
�stos -, el problema de los pol�ticos que en teor�a ofrecen una alternativa al
suicidio socialista es que suelen traicionar tanto a sus ideales como a sus
electores. Es frecuente, dolorosamente frecuente, ver a sus principales figuras
utilizar los esl�ganes lanzados por la izquierda como si fuesen propios. O
incluso la ceguera y estupidez pol�tica de intentar �camuflarse� de rojos para
captar un electorado supuestamente �indeciso� o incluso de centro-izquierda...
que jam�s votar�a por lo que representa �la derecha�.
Si un votante de izquierdas tiene
que optar por un candidato, quien se presente de derecha pero de izquierda se
convierte en un ser rid�culo y poco cre�ble. No deja de ser de derechas, sea en
el campo que sea que milite como tal. La izquierda jam�s se presentar�a como de
derechas... en tanto y en cuanto no pueda enga�ar a incautos con promesas que
nunca cumplir�. Sus concesiones son siempre oportunistas o pr�cticas,
generalmente de orden econ�mico, pero una vez instalada en el poder omnipotente,
la izquierda repetir� una y otra vez los mismos resultados que se pueden esperar
a sus siempre iguales principios: pobreza, represi�n, fin a la libertad de
expresi�n, clima de enfrentamiento social, muerte a las libertades de
iniciativas o creencias, etc.
El �Red Complex� tiene relaci�n con
aquellos pol�ticos, l�deres de opini�n, prensa o bien opinadores acomplejados
por los esl�ganes de la izquierda que, sinti�ndose avergonzados de sus
principios, los adoptan como propios, con la jerga, t�rminos e iniciativas.
Podemos reconocerles utilizando � sin entender hasta d�nde conducen las ideas en
la pr�ctica � t�rminos como equidad, justicia social, igualdad, redistribuir,
separatismo o democratizar, por ejemplo.
No es preciso ser expertos en
pol�tica o historia para comprender que en t�rminos rojos �justicia� significa
aplicar la doctrina marxista, pues lo �justo� no es para ellos sino marxismo: es
combatir a los que tienen m�s ingresos e igualar por abajo a la sociedad con
condiciones m�nimas de vida para evitar el �aburguesamiento�. Igualdad no
significa una dignidad com�n sino el exterminio de todo lo que no sea socialista
militante. Democratizar significa dar el poder absoluto al �pueblo�, que en
otras palabras no es sino al socialismo organizado, etc.
En definitiva, el complejo rojo
deriva del absurdo de querer contentar a todos o, por consecuencia, no contentar
a nadie. Nada es m�s impopular a la hora de escoger un representante de ideas �
eso es un pol�tico � que aquel que no tiene m�s ideas que las ajenas y las
cambia como quien muda de ropa seg�n el clima.
Otro aspecto ignorado por los
acomplejados rojos es el sentido popular, o la psicolog�a del pueblo. El
contacto con el pueblo real, cotidiano, lejos de respuestas dadas en encuestas,
demuestra que es mucho m�s conservador en sus opiniones personales. Naturalmente
los esl�ganes de la izquierda hacen huella y en grupos se tiende a �no quedar
mal� y, por consecuencia, se adoptan los grandes temas rojos como propios. E
incluso es probable que la insistencia de los formadores de opini�n modifiquen
ciertas ideas. Sin embargo, frente a los hechos concretos toman partido por lo
conservador: un atentado terrorista, caos social, una amenaza real de guerra,
relaciones familiares, pol�ticas econ�micas o fiscales en su aspecto personal,
etc. hacen que la poblaci�n opine de forma conservadora. En crisis, un buen
l�der conservador que supiese transmitir los temores y expectativas de la
poblaci�n probablemente obtendr�a un respaldo electoral enorme... siempre y
cuando no pretendiese al mismo tiempo contradecirse con la ideolog�a roja.
Sin embargo, el
lector podr�a levantar una objeci�n leg�tima: �si esto es as�,,, �por qu� se
reelige a los corruptos y traidores?�. La respuesta es simple pero dura:
porque no dejan otra opci�n a los electores. El sistema partidista presenta al
electorado a rojos de distinta tonalidad y... �a los acomplejados rojos
haci�ndoles el juego!