El Terror Rojo
Todo lo anterior es
coherente con que, como el
resto del liderazgo
bolchevique,
Trotsky estaba totalmente a
favor de la implementaci�n
del Terror Rojo. El uso del
Terror ni empez� con Stalin
ni fue un tr�gico accidente
provocado por la
intervenci�n extranjera o
por el deseo de defender la
revoluci�n. Mas bien se
trat� de un elemento de
gobierno concebido por Marx
y ejecutado en la pr�ctica
por Lenin y Trotsky. De
hecho, �stos ya mencionaban
la necesidad de utilizar el
terror masivo y sistem�tico
al menos desde 1908.
En una conversaci�n con su
amigo Adoratsky en Ginebra
Lenin expres� que el sistema
consistir�a en fusilar a
todos los que se
manifestaran contrarios a su
revoluci�n.
Trotsky transmiti� el
testimonio de un
enfrentamiento entre los
eseristas de izquierda y
Lenin con ocasi�n de la
decisi�n bolchevique de que
quien ayudase o alentase al
enemigo ser�a fusilado en el
acto. Al escuchar que los
eseristas (socialistas
moderados) encontraban
intolerable esta medida,
Lenin se�al�: "�Cre�is
realmente que podemos salir
victoriosos sin utilizar el
Terror m�s despiadado?".
Como el mismo Trotsky
indica, muy de acuerdo por
lo dem�s, aqu�lla era una
�poca en la que Lenin no
perd�a ocasi�n para
inculcarles que la
utilizaci�n del Terror era
inevitable.
Por su propia parte nuestro
�inofensivo intelectual�
ensalz� el Terror en m�s de
una ocasi�n como el �nico
medio para conseguir los
objetivos del comunismo.
Llegando a decir, por
ejemplo (y entre otras), que
�cuando
la fuerza es necesaria, debe
aplicarse con valent�a,
firmeza y completamente�,
o
"el hombre que reconoce la
importancia hist�rica
revolucionaria del hecho de
la existencia del sistema
sovi�tico debe tambi�n
aprobar el Terror Rojo"
y tambi�n
�en no m�s de un mes de
tiempo el terror asumir�
formas muy violentas, tras
el ejemplo de la gran
Revoluci�n Francesa; la
guillotina... estar� lista
para nuestros enemigos...
esa notable invenci�n de la
Revoluci�n Francesa que
acorta al hombre por la
cabeza�,
adem�s de
�el hombre que repudia el
terrorismo en principio -
i.e. repudia medidas de
supresi�n e intimidaci�n
contra los
contra-revolucionarios -
debe rechazar toda la idea
de la supremac�a pol�tica de
la clase obrera y su
dictadura revolucionaria. El
hombre que repudia la
dictadura del proletariado
repudia la revoluci�n
socialista�.
Se entiende que esto �ltimo
volv�a a dicho hombre un
enemigo de clase, y por
tanto era sujeto de
eliminaci�n. Y agreguemos a
todo esto que incluso
escribi� una obra
"Terrorismo y comunismo"
para hablar sobre el uso del
Terror Rojo.
No debe entonces
sorprendernos esta orden del
mismo Trotsky: �Erradiquen
a los contrarrevolucionarios
sin piedad, encierren a los
personajes sospechosos en
campos de concentraci�n...�.
Los campos de trabajo
esclavo, tambi�n conocidos
como "campos de
concentraci�n", "campos de
trabajo forzado" y "campos
de re-educaci�n" jugaron un
papel vital en los sistemas
comunistas desde su mismo
inicio, como ya hemos
se�alado. La polic�a secreta
de Lenin comenz� a
establecer campos de
concentraci�n en 1918.
Trotsky formaba parte de la
iniciativa:
"Proponemos la creaci�n de
un comando de trabajo penal
para que trabajen
desertores, y su internaci�n
en campos de concentraci�n"
y
la primera admisi�n oficial
aparece hecha bajo su
nombre, despu�s de que
amenaz� a las fuerzas checas
rebeldes con el
confinamiento en campos de
concentraci�n si se
rehusaban a unirse al
Ej�rcito Rojo.
Durante las primeras semanas
de revoluci�n fue Trotsky
quien hizo los "m�s
militantes pronunciamientos".
Inmediatamente despu�s de
las escaramuzas armadas en
la toma de Petrogrado, dijo
que por cada obrero o
soldado bolchevique
capturado por el enemigo el
nuevo gobierno "demandar�
cinco de los cadetes
(militares)... que
mantenemos como prisioneros
y herenes". De hecho,
Trotsky ten�a el punto de
vista de que "no debemos
entrar en el reino del
socialismo con guantes
blancos en un suelo pulido"
y esto quer�a decir que
estaba a favor de las
pol�ticas sangrientas que se
estaban llevando a cabo.
Cuando las crueles medidas
de seguridad fueron
objetadas en el Ejecutivo
Sovi�tico, Trotsky dijo que
"las demandas por
abstenerse de toda represi�n
en tiempos de guerra civil
eran demandas de abandonar
la guerra civil", lo
cual resultaba inaceptable.
Habl� de la misma forma poco
despu�s de la proscripci�n
de los Kadet�s, a quienes
caracteriz� como un
"terror blando... contra
nuestros enemigos de clase".
Adem�s, mientras la tuvo
disfrut� ejercer como
"autoridad administrativa
sin control" tanto como
Stalin, a quien despu�s
conden� por erigir una
burocracia personal para
gobernar sobre la URSS.
Ya dijimos que las pol�ticas
militares de Trotsky
inclu�an la imposici�n de
pena de muerte por retirada
y la ejecuci�n de
prisioneros de guerra. De
hecho Trotsky tuvo una
estrecha relaci�n con la
pena de muerte, que us�
tanto entre los suyos como
con tropas enemigas.
Estas acciones en sus
propias filas quedan
particularmente claras en
sus propias palabras:
"Mientras esos maliciosos
monos sin cola que est�n tan
orgullosos de sus logros
t�cnicos - los animales que
llamamos hombres - creen
ej�rcitos y guerras, el
comando siempre estar�
obligado a poner a los
soldados entre la posible
muerte en el frente y la
inevitable en la
retaguardia".
En marzo de 1920 Trotsky
propuso en su campa�a para
la militarizaci�n del
trabajo
que "los desertores del
trabajo" deb�an ser
obligados a ir entrar en
batallones de trabajo
forzado o sentenciados a
campos de trabajo forzado.
Al respecto dir�a:
�La militarizaci�n es
impensable sin militarizar a
los sindicatos como tales,
sin el establecimiento de un
r�gimen en el que cada
obrero se sienta soldado del
trabajo, que no pueda
disponer por s� mismo
libremente; si se le da la
orden de trasladarse, debe
cumplirla; si no la cumple,
ser� un desertor a quien se
castiga. �Qui�n cuida de
ello? El sindicato; �l crea
el nuevo r�gimen. Esto es la
militarizaci�n de la clase
obrera�.
M�s adelante Trotsky no
continu� abogando por la
militarizaci�n del trabajo,
pero presion� por una
industrializaci�n
planificada y una campa�a
anti-kulak
que implementada en ese
entonces y luego por Stalin
terminar�a produciendo
millones de muertes y
deportaciones entre el
campesinado.
El Terror ya estaba en su
apogeo. A la direcci�n de
Lenin y Trotsky, las fuerzas
de seguridad del Estado (la
Cheka y el Ej�rcito Rojo) -
m�s tarde renombradas el
OGPU - dispararon,
arrestaron, encarcelaron y
ejecutaron a miles de
personas, hubieran o no
planificado realmente una
rebeli�n contra el gobierno
comunista. La mayor�a de los
supervivientes ser�an
deportados m�s tarde a
campos de trabajo forzado en
Siberia.
Pero expliquemos un poco
mejor el Terror Rojo
acaecido bajo Lenin y
Trotsky. En la pr�ctica fue
una campa�a de arrestos
masivos y ejecuciones
conducido por el gobierno
bolchevique, con cifras de
v�ctimas tan altas como las
ya mencionadas, rondando los
250.000 asesinatos directos
y 400.000 m�s producidos en
su mayor�a en centros de
detenci�n de diversa
categor�a.
En la historiograf�a
sovi�tica, se dice que el
Terror Rojo fue anunciado
oficialmente el 2 de
septiembre de 1918 por Yakov
Sverdlov, y termin�
alrededor de octubre de
1918. Sin embargo, muchos
historiadores, comenzando
con Sergei Melgunov, aplican
este t�rmino a las
represiones de todo el
per�odo de la Guerra Civil
Rusa, 1918-1922, ya que
tales represiones masivas
fueron conducidas sin
proceso judicial por la
polic�a secreta, la Cheka,
junto con elementos de la
agencia de inteligencia
militar bolchevique, el GRU.
Por lo que se puede rastrear
m�s all� de las
declaraciones comunistas, el
primer anuncio oficial del
Terror Rojo, publicado en
Izvestiya, "Llamamiento a la
clase obrera", el 3 de
septiembre de 1918, llamaba
a los trabajadores a
"aplastar la hidra de la
contra-revoluci�n con terror
masivo!... cualquiera que se
atreva a propagar el m�s
ligero rumor contra el
r�gimen sovi�tico ser�
arrestado inmediatamente y
enviado a un campo de
concentraci�n". Esto fue
seguido por el decreto
"Sobre el Terror Rojo",
publicado el 5 de septiembre
de 1918, por la Cheka.
Para tener una idea m�s
clara de aquello a lo que
nos referimos veremos
algunas cuantas cifras
que se manejaban en el
momento en que Trotsky era
segundo a cargo de la
Naci�n, y dirig�a al
Ej�rcito Rojo en muchas de
estas misiones:
31 de agosto-4 de septiembre
de 1918: Chekistas
masacraron a 1.300 "rehenes
burgueses" mantenidos en
prisiones de Petrogrado y
Kronstadt.
500 "representantes de las
clases derrotadas" fueron
ejecutados inmediatamente
por el gobierno bolchevique
tras el asesinato de Uritsky.
Septiembre-Octubre de 1918:
Ejecuciones masivas de
"rehenes burgueses" en
Mosc�, Petrogrado, Tver,
Nijni-Novgorod, Viatka, Perm,
Ivano-Voznessensk, Tula...
etc. N�mero estimado de
v�ctimas: 10.000 a 15.000
ejecutados sumariamente
basados en las listas de
ejecuciones sumarias
publicadas en el diario
"Semanario Cheka" y otra
prensa oficial.
El 15 de octubre, el
chekista Gleb Bokiy,
resumiendo el oficialmente
terminado Terror Rojo,
inform� que en Petrogrado
800 supuestos enemigos
hab�an sido disparados y
otros 6.229 encarcelados.
En apenas unas semanas la
Cheka, la polic�a pol�tica
del nuevo gobierno, realiz�
casi tres veces m�s
ejecuciones que las que el
r�gimen zarista hab�a
pronunciado como sentencias
de muerte en un per�odo de
92 a�os (1825-1917).
Las condenas de muerte en el
per�odo zarista relativas a
materias pol�ticas s�lo
fueron 6.321 en casi un
siglo, con la mayor cifra de
1.310 en 1906, el a�o de la
reacci�n contra la
revoluci�n de 1905. Adem�s,
las penas de muerte bajo el
r�gimen zarista se
pronunciaron siguiendo
procedimientos legales
(incluyendo cortes
marciales) y con frecuencia
fueron conmutadas con
sentencias de c�rcel y
trabajo forzado.
Cuando la guerra civil
progresaba, significativos
n�meros de prisioneros,
sospechosos y rehenes fueron
ejecutados en base de su
pertenencia a las "clases
pudientes" y tales n�meros
se registraron en ciudades
ocupadas por los
Bolcheviques:
En Kharkiv hubo entre 2.000
y 3.000 ejecuciones en
febrero-junio de 1919, y
otras 1.000-2.000 cuando el
pueblo fue nuevamente tomado
en diciembre de ese a�o; en
Rostov-on-Don,
aproximadamente 1.000 en
enero de 1920; en Odesa,
2.200 en mayo-agosto de
1919; luego 1.500-3.000
entre febrero de 1920 y
febrero de 1921; en Kyiv, al
menos 3.000 en
febrero-agosto de 1919; en
Ekaterinodar, al menos 3.000
entre agosto de 1920 y
febrero de 1921; en Armavir,
un peque�o pueblo en Kuvan,
entre 2.000 y 3.000 en
agosto-octubre de 1920. La
lista podr�a seguir y
seguir.
Febrero-marzo de 1919:
Masacres masivas de "rehenes
cosacos" por tropas
regulares del Ej�rcito Rojo
durante su progreso en la
regi�n del Don. En pocas
semanas ejecutaron a 8.000
cosacos.
12-14 de marzo de 1919:
2.000 a 4.000 huelguistas y
amotinados del Regimiento de
Infanter�a 45 en Astrakhan
fueron ejecutados o
ahogados, arrojados de
barcas en la mitad del Volga
con piedras al cuello. Desde
el 15 de marzo en adelante
la represi�n afect� a la
"burgues�a" acusada de haber
"inspirado al complot de la
Guardia Blanca". Varios
cientos de "burgueses"
fueron asesinados.
El 16 de marzo de 1919,
todos los destacamentos de
la Cheka se combinaron en un
solo cuerpo, las Tropas de
Defensa Interna de la
Rep�blica, con 200.000
miembros en 1921. Estas
tropas vigilaban los campos
de trabajo, dirig�an el
sistema Gulag, conduc�an
requisiciones de comida,
aplastaban rebeliones
campesinas y obreras, y los
motines en el Ej�rcito Rojo,
que como ya dijimos estaba
plagado de descontento.
Durante la supresi�n de la
Rebeli�n Tambov,
desencadenada a causa de la
recolecci�n forzosa de
cosechas realizada por el
gobierno sovi�tico, haciendo
morir de hambre a los
campesinos,
los estimados sugieren que
alrededor de 100.000
campesinos y sus familias,
enfrentados al sistema por
el hambre que estaban
pasando, fueron encarcelados
o deportados y alrededor de
15.000 ejecutados.
La insurrecci�n era de tal
envergadura que el r�gimen
envi� 30.000 soldados del
Ej�rcito Rojo y efectivos de
la Cheka para sofocarla. El
ej�rcito emple� artiller�a
pesada y trenes armados para
combatir a los campesinos
hambrientos. Incluso ha
quedado consignado que en
ocasiones se emplearon armas
qu�micas contra las tropas
campesinas, en base a
arsenales sobrantes de la
Primera Guerra Mundial.
Adem�s, establecieron varios
campos de concentraci�n,
donde llevar�an a los
familiares de los rebeldes
en calidad de rehenes. El
resultado de estas acciones
fue el aplastamiento de la
rebeli�n por parte del
Ej�rcito Rojo a mediados de
1921. Se estima que las
p�rdidas totales entre la
poblaci�n de la regi�n de
Tambov, debido a las
ejecuciones, deportaciones y
el encarcelamiento en campos
de concentraci�n, es de
aproximadamente unas 240.000
personas.
El Terror Rojo de hecho fue
el que marc� el comienzo del
Gulag, y algunos
investigadores han estimado
que 70.000 personas fueron
encarceladas s�lo en
septiembre de 1921. Las
espantosas condiciones de
los campos llevaron a altos
niveles de mortalidad, y
hubo repetidas masacres. La
Cheka del campo Kholmogory,
por ejemplo, adopt� la
pr�ctica de ahogar
prisioneros inmovilizados en
el cercano r�o Dvina.
Ocasionalmente, cuando iban
perdiendo, prisiones enteras
eran "vaciadas" de presos
mediante ejecuciones masivas
antes de abandonar el pueblo
a las fuerzas Blancas.
El 16 de marzo de 1919, la
Cheka asalt� la f�brica
Putilov. M�s de 900
trabajadores que hab�an ido
a huelga fueron arrestados.
Fueron m�s de 200 los
ejecutados sin juicio
durante los siguientes d�as.
Se sucedieron numerosas
huelgas porque los obreros
desfallec�an de hambre y
esperaban conseguir raciones
de comida de los soldados
del Ej�rcito Rojo. Ped�an la
eliminaci�n de privilegios
para los comunistas,
libertad de prensa y
elecciones libres. Todas las
huelgas terminaron siendo
cruelmente suprimidas a
trav�s de arrestos y
ejecuciones.
En la ciudad de Astrakhan,
por dar otro ejemplo, los
huelguistas y los soldados
del Ej�rcito Rojo que se les
unieron fueron cargados en
barcazas y arrojados por
cientos en el Volga con
piedras alrededor de sus
cuellos. Entre 2.000 y 4.000
fueron disparados o ahogados
el 12, 13 y 14 de marzo de
1919. Adem�s, la represi�n
tom� las vidas de unos 600 a
1.000 �burgueses�.
Fines de octubre-comienzos
de noviembre de 1920: Cinco
stanitsy (grandes
municipios) cosacos fueron
vaciados de sus habitantes,
a los que deportaron para
enviarlos a minas a realizar
trabajo forzado. El n�mero
de deportados fue de
alrededor de 17.000 personas.
A estas cifras podr�amos
agregar los miles de
"rehenes burgueses" muertos
en Ucrania en 1918 (aprox.
6.000). O las ejecuciones
masivas en Crimea (mediados
de noviembre a fines de
diciembre de 1920), cuando
aproximadamente 50.000
personas fueron disparadas o
colgadas, la mayor�a
civiles, con frecuencia
pertenecientes a la elite
social.
Represiones como las
mencionadas, asesinatos y
deportaciones se
convirtieron en moneda
corriente en toda la Uni�n
Sovi�tica. Muchos
historiadores creen que el
Terror Rojo era �necesario�
para los Bolcheviques para
seguir en el poder, debido a
que a pesar de sus
declaraciones no ten�an
apoyo popular. �Y c�mo iban
a tenerlo si hund�an al pa�s
en la miseria y la
represi�n?
Ya desde un principio los
Bolcheviques recibieron
menos de un cuarto de los
votos en las elecciones que
sostuvo la Asamblea
Constituyente despu�s de la
Revoluci�n de Octubre. Y
como hemos visto, las
huelgas masivas de obreros
rusos � exhaustos, forzados
y hambrientos - fueron
inmisericordemente
suprimidas durante el Terror
Rojo.
Un ejemplo emblem�tico lo
aporta la ya mencionada
rebeli�n de Kronstadt. Se
trat� de un levantamiento
fracasado de parte de
marineros, soldados y
civiles sovi�ticos guiados
por Stepan Petrichenko,
contra el gobierno en 1921
durante ese per�odo de
revueltas contra los
Bolcheviques que resultaba
de las condiciones
mis�rrimas de vida y la
represi�n que se estaban
soportando desde su asunci�n
al poder. La rebeli�n
originada en Kronstadt, una
fortaleza naval en la isla
Kotlin y el golfo de
Finlanda sirvi� de base a la
Flota B�ltica Rusa y como un
puesto de vigilancia de los
accesos a San Petersburgo,
el ex Petrogrado, a 55
kil�metros de distancia.
Al final de la Guerra Civil,
la Rusia bolchevique estaba
agotada y en ruinas. La
hambruna del �ltimo a�o - en
buena medida provocada a
prop�sito para controlar a
la poblaci�n - se agregaba
al cap�tulo del desastre. En
los a�os que siguieron a la
revoluci�n de octubre, las
epidemias, hambre, luchas,
ejecuciones y quiebra
econ�mica y social general
hab�an tomado muchas vidas.
Los rebeldes - que lejos de
ser parte del "complot de
los Guardias Blancos" como
se quiso hacer creer para
proceder al aplastamiento,
eran en realidad socialistas
que ped�an, entre otras
cosas, libertad de
expresi�n, que las
votaciones usaran votos
secretos y derecho de
asamblea, e incluso su
solicitud de liberaci�n de
presos ateni�ndose a
aquellos que pertenec�an a
las clases trabajadoras de
la sociedad o que
pertenec�an a los partidos
socialistas y la
reactivaci�n de los soviets
sin injerencias del Partido.
Pero no se aceptaron sus
solicitudes y se inici� el
aplastamiento de la
revuelta. Sobra decir que
los marinos claramente no
eran contra-revolucionarios
Blancos como se dijo, sino
que cre�an que la revoluci�n
dar�a libertad y democracia
a Rusia. Pero eso no
modific� el hecho de que
Trotsky los tratar�a como si
fuesen terroristas que
quer�an destruir a la Madre
Rusia, que los bolcheviques
� por supuesto �
representaban.
Con Trotsky a la cabeza, en
marzo de 1921 se lanzaron
50.000 soldados del Ej�rcito
Rojo contra los obreros de
Kronstadt.
Kamenev escribi�: "Trotsky
envi� otra demanda a
Kronstadt para que se
rindieran. La orden conten�a
la amenaza:
Les disparar� como a
perdices".
As�, los marinos de
Kronstadt, proclamando su
derecho a opinar por su
cuenta sobre la Revoluci�n,
fueron masacrados a su orden.
No debemos olvidar que se
trataba de �h�roes� de la
revoluci�n de 1917.
Aunque no hay cifras exactas
sobre las p�rdidas, los
historiadores s�lo han
llegado a estimar que unas
2.200 personas fueron
fusiladas en los d�as
siguientes a la revuelta y
que un n�mero similar fue
encarcelado, muchos en el
campo de prisioneros Solovki.
Las cifras sovi�ticas
oficiales � siempre
minimizadoras - indican que
aproximadamente 1.000
rebeldes fueron asesinados,
2.000 resultaron heridos,
entre 2.300 y 6.528 fueron
capturados, mientras otros
tantos huyeron a Finlandia.
En julio de 1921 se abrieron
7 campos de concentraci�n en
la provincia Tambov para el
internamiento de
"familias de bandidos
insurgentes", que era
como se llamaba a cualquiera
que se opusiese al sistema.
Para el final de julio de
1922 estos campos ten�an
aproximadamente 50.000
prisioneros, la mayor�a
mujeres, ancianos y ni�os.
El tifus, el c�lera y el
hambre elevaron la
mortalidad al 15 a 20% por
mes en el oto�o de 1921.
El terror de 1917-21, adem�s
de las acciones directas del
Ej�rcito Rojo incluy� a su
agencia ejecutiva en jefe:
la ya mencionada Cheka. En
principio la Cheka fue
concebida como parte de un
recurso provisional para la
armadura rota - burocracia,
judicial, polic�a, ej�rcito
- del estado sovi�tico. La
Cheka se expandi� de unos
2.000 hombres a mediados de
1918 a m�s de 35.000 seis
meses m�s tarde y alrededor
de 140.000 para el final de
la guerra civil, sin contar
a unas 100.000 tropas de
frontera. Y a diferencia del
gobierno zarista, en lugar
de llevar a los criminales y
sospechosos pol�ticos a los
tribunales revolucionarios
para juicio y sentencia, la
Cheka generalmente ignoraba
todo control judicial.
Por ese motivo, un gran
n�mero de muertos
permanecer� totalmente
an�nimo y desconocido por el
mundo moderno, a pesar de
todas las investigaciones
que han intentado esclarecer
los tr�gicos sucesos de ese
per�odo.
Debemos recordar esta
informaci�n, donde cada
n�mero representa a miles de
v�ctimas del r�gimen -
personas inocentes que s�lo
quer�an vivir libremente en
su tierra - al releer las
declaraciones de Trotsky a
favor del Terror Rojo. Y
para terminar, una �ltima
frase suya de su
participaci�n e
identificaci�n con las
acciones emprendidas:
"Estamos luchando. Estamos
luchando una batalla de vida
y muerte. La prensa es un
arma no de una sociedad
abstracta, sino de dos lados
irreconciliables y en lucha.
Estamos destruyendo la
prensa de la
contra-revoluci�n, as� como
destruimos sus puestos
fortificados, sus negocios,
sus comunicaciones y su
sistema de inteligencia".
Por otra parte, Trotsky
tambi�n fue el primer
bolchevique prominente en
abogar por la
colectivizaci�n forzada de
la agricultura, plan que
Stalin ejecut� despu�s de
desterrar a su rival a una
isla turca. Mientras Trotsky
formaba parte del liderazgo
sovi�tico declar� numerosas
veces su punto a favor de la
violencia. Ya hemos
mencionado varios, veamos
ahora otro: "�Qu� penoso
sinsentido son los discursos
sobre la conquista pac�fica
del poder por el
proletariado por medios de
parlamentarismo
democr�tico!",
dir�a por ejemplo al
socialista alem�n Karl
Kautsky. Con esta
mentalidad, algunos
historiadores piensan que si
Trotksy se hubiese
convertido en el principal
l�der sovi�tico, su
incesante defensa de la
"revoluci�n permanente"
habr�a producido un "ba�o de
sangre" europeo.
Como buen ejemplo de esta
realidad a nivel
internacional tenemos que ya
desde el destierro - y como
lineamientos para los
espa�oles revolucionarios -
Trotsky, en la isla de
Prinkipo (Turqu�a) redact�
los "10 mandamientos del
comunista", de los cuales,
resaltan los siguientes:
�I. Se debe procurar la
detenci�n de los personajes
mon�rquicos m�s
significados, la
confiscaci�n de los bienes
de la monarqu�a y de la
grandeza y el armamento del
proletariado.
II. El Gobierno es un
gobierno de explotadores. El
proletariado deber�
mantenerse en oposici�n
irreconciliable.
III. Los choques violentos
de los obreros con los jefes
socialistas ir�n en
aumento...
VII. Los comunistas lanzar�n
las consignas m�s radicales:
voto desde los dieciocho
a�os, creaci�n de milicias,
confiscaci�n de bienes,
concesi�n de derechos
pol�ticos a los soldados,
separaci�n de la iglesia.
VIII. La consigna central
es la del "Soviet" -desde
Mosc�- , que debe ser
popularizada mediante
propaganda incansable...