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EL TERROR ROJO

 

 

INVESTIGACIONES | Alerta 360 Internacional

 

Laos: horror ignorado
Por Cynthia Caden
�ltima modificaci�n: 29 de octubre de 2013 | Descargar completo en formato PDF

 

Tabla de contenidos
1. Introducci�n
2. Historia
3. La desgracia de un pueblo
4. Dur�sima vida y muerte en la selva
5. Ataques a la religi�n
6. Las condiciones carcelarias
7. La vida del "pueblo libre"
8. Bibliograf�a relacionada

 
  1  2  3  4  5  6  7  8 

 

Las condiciones carcelarias

 

Los "campos de seminario" tambi�n llamados centros de reeducaci�n, fueron una pieza central de la pol�tica del nuevo r�gimen hacia los enemigos que hab�an vencido. El dogma Marxista-Leninista del PRPL no permite un respiro en la lucha de clases, y aquellos identificados como sus anteriores enemigos fueron los presuntos saboteadores y subversivos de la fase socialista de la revoluci�n que estaban llevando a cabo.

 

Tras su victoria, el r�gimen juzg� que las personas no aptas para el sistema deb�an participar en la nueva sociedad en su marco mental actual. Para ello construyeron una serie de campos, conocidos s�lo por sus n�meros. Estos inclu�an el Campo 01 en Sop Hao; el Campo 03 cerca de Na Kai, que recibir�a tambi�n el nombre Viangxai en Pali, que significa "Pueblo Victorioso"; el Campo 05 cerca de Muang Xamteu; y los Campos 04 y 06 cerca de Muang Et, todos en Houapahn.

 

Tambi�n se construy� un campo en Muang Khoua en Nam Ou, y otros fueron construidos en el centro y el sur. No hay cifras oficiales del n�mero total de personas enviadas a reeducaci�n, porque la red de campos era mantenida en secreto para el mundo exterior. La �nica informaci�n fue tra�da afuera por ex prisioneros y sus familias. Varios estimados publicados han puesto el n�mero de reclusos en 30.000, en 37.600 y en 50.000[1].

 

Esa cantidad de gente fue confinada en campos de trabajo forzado, viviendo con raciones m�nimas de comida y medicinas[2]. Los antiguos soldados eran usados para trabajo pesado como cortar madera y construir canales, y la tasa de mortalidad era evidentemente alta.

 

En agosto y septiembre de 1977, un grupo de 26 funcionarios "reaccionarios" de alto rango y oficiales militares en el Campo 05 fueron acusados de tramar un golpe de estado y los arrestaron. Esas personas fueron enviadas al Campo 01. El grupo inclu�a a Pheng Phongsavan, el ministro que hab�a firmado el Acuerdo Vientiane, Touby Lyfoung, el lider Hmong, Soukhan Vilaysan, otro de los ministros de Souvanna Phouma que hab�a estado con �l en el Lao Issara y se hab�a elevado para convertirse en secretario general de los Neutralistas; y los Generales Bounphone Maekthepharak y Ouan Ratikoun. Todos murieron en el Campo 01[3].

 

As�, aquellos que jugaron alg�n papel de cierta relevancia en la historia moderna de Laos fueron relegados por el r�gimen al estatus de no-personas y su destino puesto en las manos de los guardias de prisi�n.

 

Otros, como Tiao Sisoumang Sisaleumsak, un ministro del gobierno de Souvanna Phouma en la d�cada de 1960, el General Sengsouvanh Souvannarath, comandante de las fuerzas Neutralistas, Khamchan Pradith, un intelectual y diplom�tico, e incluso Sing Chanthakoummane, un lugarteniente en el Segundo Batall�n de Paracaidistas en 1960, fueron mantenidos en �campos de seminario� por quince a�os o m�s antes de liberarlos[4].

 

Los informes, provistos mayormente por entrevistas de prisioneros que huyeron o fueron liberados y por cartas desde adentro de los campos enviadas a familiares en Laos, dec�an que los campos difer�an mucho en sus niveles de severidad. Algunos de ellos en zonas cercanas de la capital, Vientiane, eran aparentemente instalaciones de reeducaci�n de corto t�rmino para adoctrinar a indeseables como prostitutas y adolescentes rebeldes. Esos campos han sido visitados por diplom�ticos extranjeros y periodistas.

 

Las condiciones m�s represivas, de acuerdo a los informes, eran en Pong Sali, Samneua y Attapu, todas fortalezas de larga data del Pathet Lao, usadas para internar a aquellos funcionarios de alto rango y militares del anterior gobierno que no pudieron escapar antes de la toma comunista.

 

Las condiciones fueron descritas como "brutales" y hacinadas para prisioneros pol�ticos en Samkhe, en la Provincia Vientiane. Las declaraciones indicaron que los que intentaron escapar de los campos o prisiones eran ejecutados.

 

El comunismo llevaba s�lo tres a�os en el poder, cuando la revista Time public� un art�culo que retrata las condiciones impuestas a los disidentes. Dec�a as�:

 

�Durante siglos Laos fue un pa�s tranquilo de campos de arroz y un pueblo notablemente pac�fico. Pero dos d�cadas de guerra civil y tres a�os de gobierno comunista lo han cambiado. Bajo la disciplina de Pathet Lao, que tom� el control en 1975, la suave vida de los laosianos ha entrado en una dura transformaci�n.

 

Esto es particularmente evidente en la remota provincia Phong Sali. All�, el Pathet Lao cre� campos de prisiones para "enemigos del estado". Las pesadas paredes est�n cubiertas con alambre de p�as y rodeadas con estacas de bamb� afiladas. M�s all� no hay nada m�s que densa jungla y monta�as. "Puedes tratar de escapar - se mofan los guardias - pero te tendremos aqu� dentro de siete d�as".

 

Esa jungla es de m�xima seguridad de un sistema de detenci�n que podr�a dar a Laos la triste distinci�n de tener m�s prisioneros pol�ticos per capita que ning�n otro pa�s. Por el c�lculo del mismo r�gimen 40.000 laosianos (de una poblaci�n de 3,4 millones) han sido llevados a "campos de reeducaci�n".

 

La mayor�a de ellos son antiguos oficiales del ej�rcito y funcionarios "derechistas" relacionados con el anterior gobierno favorable a Estados Unidos, y al menos en teor�a, pueden esperar su liberaci�n despu�s de haber aprendido sus lecciones.

 

Pero las cifras del r�gimen no incluyen a los 12.000 desafortunados que fueron enviados a Phong Saly sin ninguna pretensi�n de reeducarlos. Como cont� un alto funcionario de Pathet Lao al periodista australiano John Everingham, quien pas� ocho d�as en la c�rcel de Lao el a�o anterior: "Nadie nunca regresa".

 

Aquellos que terminan en Phong Saly son acusados de cr�menes espec�ficos, aunque los cargos pueden ser tan vagos como ser "esp�a" o "reaccionario", al habitual estilo comunista. Como los soldados del Pathet Lao han recibido el permiso de acusar a cualquiera y no son necesarios los juicios, muchos laosianos han desaparecido en Phong Saly por motivos peque�os o inexistentes.

 

Entre otros enviados a los campos se encoentraba Khong Khetsakhorn, un operador de maquinaria cuyo crimen fue haber trabajado en proyectos de construcci�n de USAID y Ut Philaphan-deth, reto�o de un importante negocio familiar laosiano, que fue acusado de albergar "un nido de esp�as".

 

Los �nicos prisioneros que se sabe que han salido de Phong Sali son cinco de un grupo de 15 nacionalistas tailandeses liberados de las c�rceles laosianas el �ltimo mes como gesto de reconciliaci�n. Cuentan que all� hay trabajo forzado, malnutrici�n y enfermedad. Uno dijo: "est�bamos tan flacos, tan hambrientos que incluso tratamos de asar sapos. Rogamos por medicinas, pero el doctor no pod�a darnos ninguna. Cre�mos que �bamos a morir". Otros hablaron de tres prisioneros arrojados en jaulas de tigres por haber matado y comido al perro del guardia. Un tailand�s dijo que las enfermedades mataron al menos al 10% de los aproximadamente 600 prisioneros de su campo.

 

Los planes de Pathet Lao para Phong Sali parecen estar formados por lo que los comunistas vietnamitas eufem�sticamente llaman una "nueva zona econ�mica", un �rea remota donde la agricultura primitiva pueda absorber una gran poblaci�n de exiliados pol�ticos que permanecer�n all�. Las esposas de algunos prisioneros han sido advertidas de que deben empacar y unirse a sus maridos si quieren volver a verlos�[5].

 

A�n hoy las fuerzas de seguridad abusan de los prisioneros, particularmente aquellos que disienten del gobierno. El informe de derechos humanos publicado por el Departamento de Estado en 2003 dijo: "los prisioneros fueron en ocasiones abusados y torturados, las condiciones carcelarias eran extremadamente duras y amenazantes contra la vida, y el sistema judicial no asegura el proceso debido a los ciudadanos en el juicio"[6].

 

En 1991, Laos aprob� una Constituci�n que establece el Estado de Derecho[7], pero a�n no se ha desarrollado el marco legal necesario. El poder judicial dispone de escasos recursos y no est� plenamente desarrollado; los tribunales est�n bajo la influencia del poder ejecutivo y del Partido. El propio gobierno admite numerosas deficiencias, incluida �la ausencia de uniformidad y coherencia en la aplicaci�n de la ley�, la escasez de personal cualificado y una difusi�n ineficaz de las leyes � de las que se imprime un n�mero limitado de copias � a escala nacional[8].

 

Durante a�os, organizaciones de protecci�n de los derechos humanos han expresado su preocupaci�n por los juicios injustos y la ausencia de garant�as relativas a juicios justos, por los prejuicios pol�ticos de los tribunales y por la impunidad de la que disfrutan quienes cometen a�n las m�s graves violaciones de derechos humanos. Personas consideradas como opositores pol�ticos han sido condenadas a largas penas de c�rcel simplemente por haber ejercido su derecho a la libertad de expresi�n o de reuni�n pac�fica; la tortura y los malos tratos bajo custodia contin�an.

 

Est� prohibido el acceso desde el extranjero a los organismos independientes de vigilancia de los derechos humanos.

 

�Y qu� ocurre con aquellas personas que intentan salir de la selva para reintegrarse a la sociedad pac�ficamente? Seg�n informes facilitados a Amnist�a Internacional, en varios casos se ha hostigado, detenido y sometido a malos tratos a los grupos que han decidido dejar de vivir en la clandestinidad.

 

El 4 de junio de 2005, un grupo de 173 personas sali� de la selva y, tras una larga caminata, lleg� a la localidad de Chong Thuang, con la idea de �rendirse�.

 

La Fact Finding Commission (FFC), grupo de presi�n hmong con sede en Estados Unidos, hab�a advertido a las autoridades y a las organizaciones internacionales que un grupo de 30 familias iba a salir de la selva, e intent� concertar la presencia de organizaciones internacionales con el fin de observar su llegada y garantizar su bienestar. Sin embargo, no fue posible contar con presencia internacional, por lo que s�lo acudieron tres miembros de la Fact Finding Commission[9].

 

�Nos ayudaron unos estadounidenses que vinieron a recogernos cuando salimos del bosque para llevarnos a Laos, donde nos convertir�amos en ciudadanos laosianos�, relat� a Amnist�a Internacional Chong Vang Lor[10], miembro del grupo de 56 a�os de edad, cuando la organizaci�n se reuni� con �l en Tailandia.

 

Las 30 familias hab�an dejado atr�s una vida en la clandestinidad en la zona especial de Xaisomboune, a cuatro d�as a pie del distrito de Phoukout, provincia de Xieng Khouang. En primer lugar, un jefe de la polic�a local coordin� la ayuda que se les ofreci�.

 

�Luego vinieron los soldados. Nos llevaron a una prisi�n en un campamento del ej�rcito, a las afueras de la localidad de Phoukout. Durante dos meses, nos retuvieron en las celdas en todo momento, unas 10 familias en cada una. Si necesit�bamos ir al ba�o, ten�amos que pedir permiso a los guardias�, recuerda Chong Vang Lor.

 

El edificio de la prisi�n estaba en medio del campamento, y las puertas estaban cerradas con cadenas y cerrojos. La comida era muy escasa: dos raciones al d�a consistentes en un pu�ado de arroz cada una. �Los guardias ten�an una actitud muy intimidatoria, en especial al principio: por la noche disparaban por encima del tejado del edificio y gritaban u hostigaban a los detenidos desde fuera. Muchos de los guardias, tanto militares como polic�as, eran de etnia hmong�. �No mataron a nadie, pero dos ni�os murieron de desnutrici�n��, afirma Chong Vang Lor.

 

Tras dos meses, se permiti� a las familias salir de la celda por el d�a, aunque sin traspasar el �rea del campamento militar. Por la noche, volv�an a encerrarlos. La comida durante ese periodo, que dur� unos cuatro meses m�s, segu�a siendo excesivamente escasa. A pesar de que, seg�n informes, las autoridades hab�an recibido provisiones internacionales de alimentos, no hubo en absoluto una mejora en las raciones.

 

En total, permanecieron recluidos unos seis meses, hasta que se les orden� irse, especificando que no lo hicieran en grupos, sino como familias individuales. Temerosos, todos salieron a la vez, por la noche, pero en diferentes direcciones, como se les hab�a ordenado.

 

Durante seis meses, se retuvo a estas 173 personas - incluidos ni�os - sin cargos ni juicio, en condiciones lamentables que violan los derechos humanos reconocidos como normas del derecho internacional consuetudinario vinculantes para todos los Estados.

 

Varias de estas 173 personas viven ahora como refugiadas o solicitantes de asilo en Tailandia. El gobierno laosiano ha negado p�blicamente toda la informaci�n que se ha difundido sobre sus circunstancias.

 

Por su parte Kay Danes, que sufri� cerca de un a�o en una c�rcel laosiana, relat� lo ocurrido en el gulag comunista al Congreso de los Estados Unidos.

 

Su marido, Kerry Danes, que trabajaba en una compa��a de seguridad con base en Hong Kong llamada Securicor, fue arrestado en diciembre de 2000 y acusado de robar zafiros de la caja de seguridad de una mina a la que estaba proveyendo seguridad.

 

La pareja neg� haber hecho nada malo y fue liberada diez meses despu�s tras la intervenci�n del Primer Ministro australiano John Howard y el Ministro de Exterior Alexander Downer.

 

"Me pidieron antes de dejar el lugar que les hablara hoy para que pudieran entender un poco de la pesadilla", dijo ella a un foro de activistas de la oposici�n laosiana y miembros norteamericanos del Congreso.

 

"Fuimos golpeados en una habitaci�n oscura y abandonados a morir. Cre�mos que el mundo nunca conocer�a nuestro sufrimiento. Cuando nuestros cuerpos yac�an rotos y sangrando sobre el suelo fr�o y sucio de concreto, rezamos para que de alguna forma supieran que ten�amos fr�o, miedo y est�bamos muriendo".

 

Danes dijo que estaba comprometida en exponer las penas de sus compa�eros de infortunios, encarcelados por el gobierno comunista de Laos por sus creencias pol�ticas y otras �transgresiones� semejantes. Dijo que los prisioneros estaban hacinados en celdas diminutas, abusados y golpeados, y forzados a comer sopa hecha de pescado encontrado en pozos de aguas residuales[11].

 

Otro ejemplo actual lo dan los ex funcionarios de gobierno de alto rango que fueron encarcelados por expresar sus puntos de vista pol�ticos disidentes. Fueron muy publicitados por grupos de derechos humanos y finalmente los liberaron en octubre de 2004, tras 14 a�os de prisi�n[12]. Ambos ten�an la salud muy deteriorada.

 

Latsami Khamphoui fue viceministro de econom�a y planificaci�n, y Feng Sakchittaphong ten�a un algo rango en el Ministerio de Justicia. Fueron arrestados en 1990 por escribir cartas a funcionarios del gobierno donde expresaban su preocupaci�n por las actuales pol�ticas del gobierno y abogaban por reformas econ�micas y pol�ticas pac�ficas. Tras un juicio injusto, ellos y otro ex funcionario de gobierno, Thongsouk Sayshangkhi - ex vice ministro de ciencia y tecnolog�a - fueron sentenciados a 14 a�os de prisi�n.

 

Los tres fueron enviados a una c�rcel remota, lejos de sus hogares en la ciudad capital de Vientiane y detenidos all� bajo condiciones de vida muy duras. Fueron mantenidos en la oscuridad la mayor parte del tiempo, subsistieron con una dieta exigua, raramente les permitieron recibir visitas familiares y les negaron cuidado m�dico adecuado. La salud de los tres qued� fuertemente deteriorada durante su encarcelamiento. Thongsouk sufri� de angina y muri� en la c�rcel a mediados de febrero de 1998 por falta de atenci�n m�dica.

 

El embajador norteamericano en Laos, Douglas Hartwick, tras el foro sostenido en mayo en la misma sala en que apareci� Kay Danes, dijo que las acciones del gobierno eran imperdonables, y agreg�: "Laos es un estado autoritario de un solo partido, donde la disensi�n no est� permitida, las libertades fundamentales como la expresi�n religiosa est�n restringidas y los derechos humanos de su poblaci�n son limitados".


 

Notas:

[1] "Laosianos enfrentan muerte si son enviados a casa, dice activista". Mike Fahey. Madison Capital Times. 16 de diciembre de 1999.

[2] "Testigos hablan de carencias alimenticias, trabajo forzado y muchas muertes". Bernard Gwertzman. The New York Times. Noviembre de 1976.

[3] "Laos Rep�blica Democr�tica Popular Lao". Andrea Matles Savada, ed. Laos: estudio de un pa�s. Washington: GPO para la Biblioteca del Congreso. 1994.

[4] Ib�dem.

[5] "Aparecen espinas en la tierra del loto". 20 de febrero de 1978. TIME asociado con CNN.

[6] "Estados Unidos dice que los derechos han empeorado en Asia el �ltimo a�o". 25 de febrero de 2004. Radio Free Asia.

[7] Constituci�n de la Rep�blica Democr�tica Popular de Laos, 1991, enmendada el 6 de mayo de 2003.

[8] Plan Provisional Estrat�gico de Gobierno (2006 � 2010). Documento de pol�tica del gobierno de Laos, noviembre de 2006.

[9] �La experiencia de la FCC en Chong Thuang�. Comunicado de prensa. 27 de junio de 2005. Ed y Georgie Szendrey. Comisi�n de FactFinding.

[10] Con objeto de proteger a Chong Vang Lor, no se revela su verdadero nombre.

[11] Relato en "Aussie cuenta al Congreso del terror en c�rcel de Laos". 2 de octubre de 2002. AFP.

[12] "Ex funcionarios laosianos Latsami Khamphoui y Feng Sakchittaphong liberados tras 14 a�os en prisi�n". Comit� sobre Derechos Humanos. The National Academies. 17 de diciembre de 2004.
 

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