Los encarcelamientos pol�ticos
eran una caracter�stica habitual
de los a�os tempranos del
gobierno de Frelimo. En mayo de
1992, Africa Watch estableci�
que todav�a hab�an 533 presos
por motivos pol�ticos en
prisi�n. Hasta entonces no se
conoc�a el destino de los
prominentes detenidos pol�ticos
de los primeros tiempos del
gobierno.
El
13 de abril de 1992, el
Presidente Chissano admiti� por
primera vez que los miembros de
la oposici�n hab�an sido
ejecutados por fuerzas de
seguridad en el pasado,
describi�ndolos como "traidores"
que merec�an su castigo. Tambi�n
coment�, a la defensiva, que el
gobierno no deber�a estar
obligado a hablar sobre el
asunto porque era
"controversial" y podr�a
producir desuni�n en un tiempo
en que la reconciliaci�n era lo
m�s necesario en Mozambique.
Africa Watch intent� investigar
el destino de miles de
asesinados, pero no ha podido
obtener m�s que breves listados
de disidentes bien conocidos que
fueron ejecutados bajo �rdenes
del gobierno.
Hasta su disoluci�n, Snasp era
la mayor organizaci�n
responsable de detenciones
pol�ticas en Mozambique. Su
abolici�n mejor� las
condiciones, aunque no detuvo
por completo esta pr�ctica.
Mientras que la milicia no ten�a
poderes para arrestar, sus
miembros deten�an personas
rutinariamente. Muchos
prisioneros entrevistados por
Africa Watch hablaron de que su
encarcelamiento, bajo sospecha
de ser miembros de Renamo, hab�a
sido llevado a cabo por
milicianos que destruyeron sus
papeles de identificaci�n, les
robaron su dinero y ropas y los
entregaron a la polic�a despu�s
de acusarlos de ser insurgentes
armados. Un detenido en la
prisi�n Machava inform�:
�Yo sol�a ir a ver televisi�n en
la oficina del Grupo Dinamizador
en la Avenida Eduardo Mondlane.
Iba a ver TV all� cada d�a. Una
noche los milicianos que se
encontraban alrededor del
edificio me pidieron mis
documentos. Estaban muy
borrachos. Yo present� mi guia
da marcha y mi comprobante (en
lugar de su documento de
identidad, que estaba siendo
renovado). La milicia rompi� los
documentos y dijo que hab�an
sido hechos ilegalmente por la
mafia. �T� eres un bandido
armado�, gritaron. Rompieron
cuatro de mis dientes
posteriores. No pude comer por
tres semanas despu�s de eso. Me
llevaron a la estaci�n de
polic�a�.
El
prisionero dijo en el momento de
la entrevista en diciembre de
1990 que hab�a sido detenido por
32 meses sin cargos; en octubre
de 1991 a�n estaba detenido. Ni
siquiera tuvo derecho a defensa
legal.
Un
abogado en Maputo dijo que
conoc�a casos de personas
torturadas en la provincia
norte�a de Nampula por no llevar
documentos de identificaci�n. El
Di�rio de Mo�ambique
inform� en julio de 1990 que
milicianos en la villa comunal
fuera de la ciudad de Xai Xai,
capital provincial de Gaza,
hab�an enterrado vivo a un
sospechoso de ser guerrillero
Renamo despu�s de haberlo
llevado a un cementerio y
obligarlo a cavar su propia
tumba.
El
brazo de seguridad del ej�rcito,
CIM, no ten�a poderes para
arrestar civiles, excepto
aquellos sospechosos de cr�menes
espec�ficos contra los
militares, como el robo de
almacenes del ej�rcito. Pero
entrevistas con detenidos,
especialmente aquellos
aprehendidos en zonas de guerra,
indicaron que CIM deten�a con
frecuencia civiles y esperaba
semanas, a veces meses, antes de
entregarlos a Snasp. Muchos
prisioneros dijeron haber sido
mantenidos as� tres meses antes
de ser enviados a Snasp, y uno
permaneci� en esa condici�n por
un a�o entero. Algunos dijeron
tambi�n haber sido golpeados
durante ese per�odo por soldados
del gobierno.
Un
detenido de 18 a�os, por
ejemplo, cont� que cuando estaba
regresando a su hogar en
Xinavane, en la provincia
Maputo, fue aprehendido por
milicianos:
�Cuando el cami�n se detuvo en
Marracuene, baj� para aliviarme.
Varios milicianos me detuvieron
y pidieron mis documentos. Yo no
ten�a. Pero s� ten�a una �guia
da marcha�. Expliqu� que ven�a
de Xinavane, estaba yendo a
Sud�frica, pero ten�a que
regresar porque no ten�a
pasaporte. Los milicianos
dijeron que estaba mintiendo.
Rompieron mi guia da marcha.
Dijeron que yo era un bandido
armado. Les dije que no, pero
comenzaron a golpearme. �Cuando
mientes, eres un bandido
armado�, dijeron. Los milicianos
me quitaron los zapatos y me
dejaron en calcetines. Me
llevaron a la c�rcel... En julio
de 1989 me trajeron a Machava.
Los agentes de seguridad sol�an
golpearme con el sjambok
(manguera de goma). �Tienes que
estar aqu� porque est�s
mintiendo��.
Entrevistas realizadas por
Africa Watch a 43 prisioneros
mantenidos en c�rceles de
seguridad dejar�an claro que la
vasta mayor�a de los detenidos
no conoc�an su derecho a
consejo y apelaci�n, y muchos de
ellos se encontraban cumpliendo
detenciones de largo t�rmino en
base a confesiones extra�das
bajo tortura.
Quienes s� fueron enjuiciados
tambi�n enfrentar�an serias
fallas del sistema. Muchos
prisioneros dijeron que hab�an
sido representados por abogados
designados por la corte, que no
atend�an su caso adecuadamente.
Una buena cantidad dijo que no
se hab�an llamado testigos; la
evidencia contra ellos consist�a
s�lo en documentos entregados
por Snasp. A veces los acusados
eran encarcelados en base a
confesiones extra�das bajo
amenaza o como resultado de
tortura, a pesar de que la ley
mozambique�a no permite
reclusiones en base a
confesiones sin corroboraci�n.
Un
preso, detenido por soldados en
1984, dijo que fue mantenido en
las barracas principales del
ej�rcito en Maputo:
"Fui mantenido en una celda
subterr�nea con otros once desde
julio a diciembre. Era de unos
dos por cinco metros. El ba�o
estaba en la celda. Uno de los
detenidos muri�. Lehab�an
disparado en la cabeza y
gradualmente enloqueci�. Lo
aliment�bamos extra, pero muri�
en la celda en la mitad del d�a.
Una delegaci�n Frelimo... vino y
se llev� el cuerpo en un cami�n.
Un
agente puso un cuchillo en mi
dedo y dijo: �Renamo o no�. Yo
dije no, entonces �l hizo un
corte al me�ique de mi mano
derecha. Era un corte peque�o,
pero confes� lo que quer�an
escuchar. Me preguntaron qui�n
era mi instructor, d�nde fui
entrenado. Hicieron eso cada
noche por una semana... me
pegaban. Mi nariz estaba
sangrando. Un hombre abri� un
cuchillo y amenaz�: �Si dices
que no eres Renamo, te
apu�alar�. CIM me golpeaba
mucho. Un soldado puso un
rev�lver en mi cabeza y dijo:
�Si no dices que eres Renamo
dispararé’”.
Un
angole�o �confes� ser un agente
saboteador sudafricano y fue
sentenciado en 1990 a veinte
a�os en prisi�n bajo el cargo de
intentar bombardear objetivos
del Congreso Nacional Africano
en Maputo. Describi� as� su
interrogatorio en marzo de 1987:
�Me llevaron a la Brigada
T�cnica de Investigaci�n en la
Avenida 24 de julio. Soport�
algunas torturas y golpes all�.
No ten�a mantas ni ropas.
�Despu�s de que te golpeen,
echar�n agua sobre ti�. No com�
por diez a quince d�as. Estaba
casi mentalmente enfermo
entonces. Me dijeron que deb�a
decir la verdad o me matar�an.
Me amenazaron con una AK-47 y
una pistola Moksrov. Mis
interrogadores eran un
mozambique�o y dos cubanos. Uno
de los cubanos dijo: �Nosotros
somos extranjeros, y si te
matamos, nadie preguntar� nada
sobre ti��.
Despu�s de una hu�da y recaptura
a fines de abril de 1987, el
tratamiento fue igualmente
brutal:
�Me forzaron a pararme contra la
puerta. No se me permit�a ir al
ba�o. Pasaban la comida bajo la
puerta de la celda. Ten�a que
orinar en la taza y defecar en
el plato de comida. Ten�a
ampollas en todo mi cuerpo y no
ten�a fuerza en mis piernas.
Comenc� a ejercitarme en mi
celda. El 1 de junio, el
ej�rcito sudafricano atac�
objetivos del ANC en Maputo.
Todos los extranjeros en la
c�rcel fueron llevados al BTI.
No tuvimos comida por tres d�as,
y no se nos permit�a hablar,
aunque lo hac�amos a trav�s de
las ventanas. Quince d�as
despu�s fuimos llevados
nuevamente a la c�rcel�.
Otro detenido, liberado despu�s
de dos meses de encierro en
julio-agosto de 1989 sin cargos
en una c�rcel de seguridad en la
provincia sure�a de Gaza, culp�
a los guardias carceleros de los
abusos:
�Sol�an atar las manos y pies de
las personas a los barrotes de
la ventana y dejarlos colgando
all�. La persona perd�a toda
sensibilidad. Los guardias me
pidieron que los ayudara a bajar
a un hombre que hab�a perdido
completamente su sensibilidad.
Golpearon a un ni�o de 13 a�os
hasta dejarlo inconsciente.
Ten�a muchas heridas. El hecho
es que nadie controla lo que
ocurre en la c�rcel. Ninguno de
los altos funcionarios, o el
gobernador visitan jam�s la
c�rcel. No saben qu� ocurre
all�. La Cruz Roja visita, pero
s�lo una vez cuando estuve all�.
Los guardias amenazaron a las
personas para que no hablaran.
Dijeron: �No digan lo que ocurre
aqu�, porque ellos se ir�n, y
luego nos ocuparemos de
ustedes��.
Un
chico de 17 a�os capturado de la
guerrilla Renamo en Quelimane
dijo a Africa Watch:
�Por un a�o estuve bajo el
control de CIM. CIM golpea a la
gente. Algunos detenidos eran
sacados y golpeados. Los
oficiales dijeron que no estaban
hablando suficientemente bien.
Los golpes comenzaron a
detenerse cuando la Cruz Roja
empez� a visitar. La comida
mejoraba mucho cuando iba a
venir un delegado de la Cruz
Roja�.
El
hacinamiento, las condiciones
insalubres y la falta de cuidado
m�dico han sido problemas
cr�nicos en las prisiones
mozambique�as, tanto para
detenidos pol�ticos como
criminales comunes. Las
estaciones de polic�a no eran
mejores. En julio de 1991 hubo
tres muertes reportadas en
custodia policial en el pueblo
Beira, debido a c�lera y anemia
aguda. El inspector de polic�a,
Antonio Paulo, admiti� que las
condiciones en las celdas eran
deplorables, y que una
instalaci�n designada para 70
detenidos conten�a 216.
En
el art�culo escrito por Eric
Mansen llamado �Terror en la
c�rcel de Maputo�, publicado por
el Sunday Times en el Reino
Unido el 29 de mayo de 1988,
leemos:
�Tras cuatro meses en una c�rcel
en Mozambique, un hombre de
negocios nigeriano que viv�a en
Gran Breta�a lanz� una cruzada
contra los �indecibles horrores�
infligidos a los prisioneros
all�.
Peter Ighofose, de 52 a�os,
escap� el 13 de abril sobornando
guardias y con la ayuda de otros
reclusos que le pidieron que
contara al mundo su sufrimiento.
Ighofose cont� que los oficiales
de prisi�n forzaban a las
mujeres y j�venes a tener
relaciones sexuales con guardias
y polic�a, operaba un sistema de
trabajo esclavo y vend�an la
comida de la c�rcel a gente de
afuera.
Tras 14 d�as en la c�rcel civil
de Maputo, Ighofose fue
trasladado a la conocida Cadeia
Central. �Nos daban s�lo una
comida al d�a, usualmente entre
la 1 y las 3 AM. Era una taza de
avena�.
La
prisi�n fue construida para
albergar 500 ocupantes, pero
ten�a 8.000. Su celda para 50
prisioneros era compartida por
400 que dorm�an sobre el suelo
de piedra.
Ighofose dijo que muchos
prisioneros se volvieron locos y
murieron de desnutrici�n y
tortura. Unos 1.000 ni�os entre
10 y 15 a�os se encontraban en
dos grandes celdas, usadas como
burdeles homosexuales. Alrededor
de 2.000 mujeres, muchas con
beb�s, eran mantenidas en
prisiones civiles y algunas
fueron abusadas sexualmente por
la polic�a.
Tambi�n acus� a los directores
de prisi�n de realizar venta de
esclavos invitando a granjeros a
escoger prisioneros para que
trabajasen para ellos�.