Como ha sucedido en cada uno de
los gobiernos comunistas a lo
largo de la historia, sin
importar su �poca, cultura o
raza, el pueblo al que dicen
representar ha sufrido todo tipo
de privaciones y vejaciones.
El
caso de Mozambique no es
distinto. Aunque sus desgracias
est�n te�idas de la feroz guerra
que tuvo lugar a partir de su
�liberaci�n�, aqu� nos hemos
concentrado en el da�o
premeditado y extensivo a manos
del gobierno en innumerables
casos de violencia, abuso e
ineficiencia que podr�an haberse
evitado salvando las vidas de
millones de personas. Un drama
que, por cierto, es sumamente
acallado por la izquierda
internacional, que procura
concentrar la atenci�n en los
da�os provocados por la
contraparte �anticomunista�,
aunque ya hemos visto que ese no
es exactamente la posici�n de
tal agrupaci�n.
Desde los extensivos ataques a
la religi�n hasta el f�rreo
control de movimiento, desde la
sa�a con que se somet�a al
pueblo para dominarlo a trav�s
del terror, hasta la corrupci�n
que dejaba a los m�s
desprotegidos totalmente
vulnerables, el gobierno
comunista mozambique�o demostr�
una vez m�s que no importa en
qu� contexto hist�rico o
geogr�fico se intente establecer
la ideolog�a para generar caos,
miedo y todo tipo de p�rdidas.
En
la actualidad, despu�s de la
inmensa cantidad de cr�menes
cometidos, Frelimo determin�
�distanciarse� del
marxismo-leninismo que le
inspirara en los aqu� estudiados
a�os de 1975 a 1994. Sin embargo
su orientaci�n izquierdista
extrema sigue manteniendo
sometida a su poblaci�n a la
carencia, con un 70% hundida
bajo el nivel de pobreza.
Mozambique sigue siendo conocido
por sus crisis de malaria y
sida. El agua est� contaminada
en grandes porciones de su
territorio a pesar de haber
recibido numerosa ayuda de la
ONU.
De
las 25 ciudades m�s sucias del
mundo, Maputo, sin procesamiento
de saneamiento tiene sus calles
llenas de basura y dificultades
para el tratamiento de aguas
residuales que contaminan
visiblemente el r�o local. Se
encuentra en el puesto 23 del
vergonzoso ranking siendo s�lo
superado por Nueva Delhi
(India), y Port Harcourt
(Nigeria).
Adem�s, el pa�s est� considerado
entre los m�s corruptos del sur
de �frica,
y en la medici�n de expectativa
de vida se encuentra en el sexto
puesto de los 10 peores pa�ses
del planeta, con un promedio de
46 a�os.
Tambi�n se halla en la lista de
los que poseen m�s cantidad de
minas antipersonales, con 3
millones de ellas regadas a lo
largo de su territorio como
saldo de la terrible guerra all�
librada, y que no se han
eliminado, con su consiguiente
elevado n�mero de v�ctimas
inocentes que a�n en la
actualidad mueren o quedan
severamente mutiladas por su
acci�n. Seg�n Handicap
International, alrededor de 20
personas pisan una de estas
minas cada mes. El 60% mueren
por falta de acceso a servicios
de salud.
Se
hace trabajar a los ni�os en
cosechas de algod�n, ganader�a y
como dom�sticos, adem�s de
diversos puestos de venta.
Algunas ni�as tambi�n son
involucradas en prostituci�n, y
existe el tr�fico interno y
hacia Sud�frica y Swazilandia
para explotaci�n sexual y
trabajo forzado en agricultura,
trabajo manual y servicio
dom�stico.
Como tambi�n suele ocurrir con
la izquierda, el "gobierno del
pueblo" reprime las
manifestaciones de la gente
cuando no le conviene que se vea
su descontento. El 24 de enero
de 2008, por ejemplo, en el
Distrito de Manhica (provincia
de Maputo), 300 granjeros se
reunieron para formular una
carta para el Administrador del
Distrito demandando mejores
leyes de tierra y denunciando la
violaci�n de derechos leg�timos
de los granjeros sobre su
tierra. Se manifestaron
pac�ficamente, con carteles
donde se le�a "La tierra es
nuestra riqueza", "Valoricemos
nuestra producci�n agr�cola", o
"Por la implementaci�n correcta
de la Ley de Tierras". 20
minutos despu�s de que empez� la
marcha, una barrera policial
armada irrumpi� entre los
manifestantes y atac� a golpes a
los hombres y mujeres que se
hab�an reunido all�. Lo
mencionado hasta aqu� son apenas
algunos ejemplos de lo que
significa a�n hoy en d�a vivir
en Mozambique.
Nos preguntamos, despu�s de todo
lo aqu� expuesto, c�mo es
posible que no se buscara
justicia para este castigado
pa�s africano, que sigue
viviendo bajo el dominio de un
brutal gobierno que ni siquiera
intenta justificar su terrible
pasado cercano, limit�ndose a
cambiar la piel superficial de
su discurso, mientras mantiene
una buena medida de sus
desastrosas metodolog�as.