La
pol�tica del ej�rcito de Frelimo
de reasentamiento de civiles
desplazados por la guerra en
centros de acomodaci�n
pobremente suministrados fue muy
criticada a nivel internacional
a mediados de 1990, cuando se
descubri� que miles de personas
hab�an sido "recuperadas" de
zonas rebeldes por la fuerza.
Las leyes de guerra requieren
que incluso cuando la seguridad
de los civiles o una necesidad
militar imperativa requieren
reubicaci�n deben tomarse todas
las medidas posibles para
asegurar que reciban condiciones
satisfactorias de refugio,
higiene, salud, seguridad y
nutrici�n en los lugares de
reasentamiento. Los riesgos de
una pol�tica que desatiende
estos requerimientos se hicieron
evidentes con la recaptura del
peque�o pueblo de Mugulama en el
f�rtil distrito de Ile en la
provincia Zambezia el 16 de
diciembre de 1989.
Renamo retom� la zona las
siguientes semanas, y Frelimo
march� con la poblaci�n civil 50
kil�metros hasta la capital de
distrito, s�lo para llevarlos de
regreso nuevamente una vez que
el ej�rcito gan� control
completo de la zona el 20 de
enero de 1990. Por los
siguientes dos meses y medio,
entre 10.000 y 20.000 civiles,
arrancados de sus hogares y con
poca comida, comenzaron a sufrir
hambre. Para ese momento el
ej�rcito permiti� a los
organismos internacionales de
ayuda para comenzar el
suministro de la zona el 5 de
abril. La desnutrici�n entre las
20.000 personas era
aproximadamente del 50%. Al
menos veinte personas mor�an
all� cada d�a.
El
gobierno comenz� a usar
reasentamientos forzados en la
d�cada de 1980, cuando el
ej�rcito cre� m�s de 200 villas
comunales en las provincias de
Manica, Sofala, Inhambane, Tete
y Zambezia para alejar a los
campesinos de Renamo. En abril
de 1988, los granjeros tra�dos a
la base del campo en Casa
Banana, al pie de la monta�a
Gorongosa, se quejaron de que
las tropas FAM (Fuerzas Armadas
de Mozambique) hab�an quemado
sus cosechas para forzarlos a ir
a los centros de desplazados. En
ese momento, dichos centros
consist�an en apretadas hileras
de chozas de barro que
albergaban a 10.000 personas,
rodeados por una muralla de
barro de 2,5 m. de altura y
vigilados por tropas de
Zimbabwe.
Entre fines de 1989 y fines de
1991, la FAM fue asistida en el
norte de Mozambique por la
milicia pro-gubernamental
Naparama. Este grupo fue
responsable, a solas y en
conjunto con la FAM, de la quema
de muchas casas. Tropas
Naparamas y FAM entraron en
Nauela a la fuerza, atacando
zonas civiles cerca de la base
rebelde de Belo Horizonte el 29
de abril de 1990. En una
entrevista con Africa Watch,
Joaquima Fernando, una mujer de
32 a�os, madre de dos ni�os,
describi� lo que pas�. Ella huy�
de su casa de barro con techo de
paja cuando los Naparamas
entraron al �rea soplando
cuernos y sacudiendo latas.
Despu�s de que los milicianos
expulsaron a las tropas
rebeldes, llegaron soldados FAM
para rodear a la poblaci�n.
Muchos civiles se escondieron en
el monte, mientras los soldados
quemaban sus casas. "No hay
m�s casas aqu�", dijo la
Sra. Fernando. "Todas est�n
destruidas".
El
hermano del jefe Mambo de
Mulevala describi� la recaptura
de Mulevala por la milicia
Naparama: "La gente primero
escuch� de Naparama por la
ocupaci�n de Murrua. Supieron
que Naparama estaba viniendo un
d�a cuando comenzaron a ver
penachos de humo elev�ndose de
las casas quemadas al avance de
los Naparamas. Todos comenzaron
a correr, dejando casi todo
detr�s. Naparama ocup� Mulevala
y luego fue al monte a recuperar
gente. Los trajeron a Mulevala y
tomaron la poca comida, como
gallinas, que ten�an las
personas�.
El
�xito de la milicia Naparama en
"recuperar" civiles de zonas
tomadas fue llamativo en Alto
Molocue. De enero a marzo,
cuando la milicia inici� sus
actividades, alrededor de 500
civiles llegaban a Alto Molocue
cada mes. La cifra para abril,
cuando la milicia comenz� las
operaciones, era 2.001, y en las
primeras tres semanas de mayo de
1990 se elev� a 3.583. A inicios
de 1991 hab�an "liberado" a
149.000 civiles s�lo en la
provincia de Zamb�zia.
Los recuperados primero eran
interrogados en un "centro de
recepci�n" dirigido por el
ej�rcito y la polic�a de
seguridad, Snasp. Hubo muchas
quejas de que la milicia y el
ej�rcito hab�an forzado a los
campesinos a dejar sus hogares,
campos e incluso miembros de sus
familias. Joaquina, una mujer de
32 a�os de la localidad de
Nimala, dijo a mediados de mayo
de 1990 que fuerzas de milicia y
Frelimo hab�an entrado en su
zona el 29 de abril, quemaron
las casas de los campesinos y se
llevaron a todos los civiles que
pudieron encontrar a Alto
Molocue. La mujer no conoc�a el
destino de su marido y sus dos
hijos, que hab�an escapado de
las fuerzas de gobierno cuando
llegaron.
Otra
mujer de 38 a�os llamada
Diolaida estaba en el hospital
en Alto Molocue con su hijo de
dos a�os que estaba muriendo de
sarampi�n y diarrea,
enfermedades que se estaban
extendiendo en los campos de
desplazados por las malas
condiciones de vida. Ella hab�a
sido tra�da la semana anterior
de Nauela. Su marido y cuatro
ni�os mayores quedaron atr�s.
Los pueblos controlados por
rebeldes de Murrua y Mulevala
cayeron ante el ej�rcito en
julio y agosto de 1990, y un
estimado de 70.000 personas
fueron llevadas a centros de
acomodaci�n. Cuando el ej�rcito
permiti� que agencias de ayuda
internacional comenzaran
operaciones de alivio tres meses
despu�s, la situaci�n era
desesperada. Al menos 3.900
personas murieron s�lo en
Mulevala en noviembre y
diciembre debido a malnutrici�n
y un brote de c�lera.