Formas de acoso
La
polic�a secreta Sandinista,
conocida como Directorado
General de Seguridad del Estado
(DGSE) estaba dentro del
Ministerio del Interior (MINT)
encabezado por Tom�s Borge. MINT
ten�a entre 15.000
y 30.000
empleados. Controlaba la polic�a
secreta, la polic�a regular,
todas las prisiones, tropas
especiales que comprend�an un
ej�rcito de elite, protecci�n
contra incendios, el tel�fono
nacional y los sistemas postales
e inmigraci�n. Adem�s, MINT
estaba a cargo de mantener
disciplina ideol�gica y pol�tica
en las fuerzas armadas, y
censura de prensa.
La
polic�a secreta Sandinista pod�a
arrestar a un sospechoso,
mantenerlo indefinidamente
incomunicado sin cargos, y
sentenciarlo sin juicio por
hasta dos a�os en prisi�n por
una variedad de "ofensas contra
el Estado".
Unos
7.000 prisioneros pol�ticos a�n
se encontraban encarcelados en
1989 mientras se estim� que unos
35.000 nicarag�enses fueron
procesados a trav�s del sistema
carcelario Sandinista.
Adem�s, miles de personas fueron
parte de una "poblaci�n flotante
carcelaria", arrestada
frecuentemente por "desv�o"
ideol�gico o pol�tico, mantenida
en la c�rcel un corto tiempo y
liberada s�lo para ser
re-arrestada m�s adelante como
un patr�n de intimidaci�n.
Individuos y organizaciones que
se resistieron a demandas
Sandinistas fueron acosados,
arrestados, atacados por turbas
politizadas, vilipendiados en la
prensa Sandinista o asesinados.
Se estima que m�s de 300.000
personas escaparon del pa�s - de
escasos 2,5 millones de
habitantes -, huyendo del terror
Sandinista s�lo en los primeros
ocho a�os.
Roberto Guill�n - de 23 a�os al
momento de su declaraci�n -
sirvi� como jefe adjunto de
contrainteligencia militar para
el Ministerio de Defensa, pero
se fue desencantando con las
t�cticas del gobierno y en
agosto de 1982 huy� para unirse
a Ed�n Pastora G�mez, un h�roe
de la revoluci�n Sandinista que
desert� en julio de 1981 y se
instal� en la vecina Costa Rica.
Los padres de Guill�n tambi�n
buscaron refugio en la embajada
venezolana. En una entrevista
exclusiva con el Jefe de la
Oficina de la Ciudad de M�xico
James Willwerth, Guill�n detall�
las c�rceles secretas, m�todos
de tortura y muertes sin proceso
judicial cometidos por los
Sandinistas, incluyendo el
sistem�tico asesinato de los
indios Miskito del departamento
nororiental de Zelaya. Esta es
parte de la historia de Guill�n:
�Al
comienzo fuimos entrenados para
trabajar contra terroristas y
esp�as de otros pa�ses. Pero
entonces nos instruyeron para
trabajar contra camaradas dentro
del Ministerio de Defensa.
Cualquier individuo que no
estuviera de acuerdo con las
pol�ticas del Frente Sandinista
de Liberaci�n Nacional era
considerado un elemento
excesivamente peligroso. Por
ejemplo, personas que hab�an
estado en desacuerdo pol�tico
con el Directorado Nacional
comenzaron a afrontar
acusaciones de robo, incluso
asesinato.
C�rceles clandestinas se
organizaron por zona,
distribuidas entre diferentes
organizaciones de seguridad. En
Managua, por ejemplo, la
contrainteligencia militar tiene
un taller de mec�nica a ocho
calles al sur de la Casa del
Obrero, una sede sindical.
Detr�s de la tienda hay dos
celdas contra una pared. Cada
celda es menor a un metro de
ancho y un metro de profundidad
y dos metros de altura. Los
prisioneros dentro son siempre
esposados, amordazados y se les
vendan los ojos. Se les sol�a
poner en esas celdas para
ablandarlos, o para
despersonalizaci�n. A veces eran
esp�as extranjeros: hondure�os,
guatemaltecos, y en ocasiones
agentes de inteligencia de los
Estados Unidos. Recuerdo a dos
agentes de Estados Unidos que
fueron disparados. Uno era de
Puerto Rico; el otro de Nueva
Orle�ns. El puertorrique�o hab�a
sido capturado tratando de
conseguir informaci�n sobre el
tr�fico de armas entre la Uni�n
Sovi�tica, Cuba y Nicaragua. No
era muy dif�cil atrapar esp�as
norteamericanos. Los servicios
de inteligencia de Estados
Unidos siempre subestimaban la
capacidad de contrainteligencia
nicarag�ense.
En el s�tano de la que una vez
fuera una academia militar en
Managua, hay una prisi�n oscura
y sin ventilaci�n que puede
contener 20 personas. En la base
militar Montelimar, hay varias
c�rceles subterr�neas cavadas en
las rocas. Est�n al nivel del
mar. Cuando hay marea alta, el
agua entra y llega en las celdas
hasta el nivel del pecho del
prisionero.
La tortura f�sica tiene dos
formas. Una consiste en golpes,
choques el�ctricos, golpes en
los test�culos, etc. Los m�todos
probaron ser los m�s efectivos
para la KGB y la inteligencia
cubana y ambos son a la vez m�s
complejos y simples para obtener
informaci�n. Los sovi�ticos y
cubanos han encontrado que los
m�todos violentos con frecuencia
son contraproducentes. La gente
se apega a los principios por
los que luchan. Pero si
despersonalizas a la persona,
perder� sus est�ndares sociales,
sus principios.
Un m�todo es cambiar el
metabolismo del cuerpo.
Encierras a un hombre en un
cuarto sin luz o con mucha luz
las 24 horas del d�a. Lo
interrogas constantemente, a
intervalos. Le llevas comida
cada dos horas, diciendo que es
hora de comer. Despu�s de dos
d�as pierde el sentido del
tiempo. La constante recepci�n
de comida le lleva a un estado
de desesperaci�n. La mente, al
recibir tanta presi�n, llega un
punto en que se bloquea. Es
cuestionado constantemente. La
mente est� tan exhausta, no
tiene defensa. Hay muchos medios
m�dicos para hacer que una
persona quede pr�cticamente
inconsciente.
En un sentido m�s general, la
presi�n comienza en el momento
en que un hombre o mujer se
convierte en prisionero. Hay
asientos con respaldos muy
inc�modos. Los individuos tienen
que mantener una posici�n erecta
y tienen que mirar directamente
a su interrogador. Si trata de
ponerse c�modo, le golpear�n.
Otro m�todo es ponerle en un
cuarto peque�o, completamente
blanco. El �nico amoblamiento es
su silla, la silla del
interrogador y un escritorio. En
la mitad de la pared,
recorriendo la habitaci�n, hay
una franja negra. A medida que
la interrogaci�n contin�a, el
individuo comienza a sentir que
la l�nea negra se le est�
acercando.
A veces las personas son
encerradas en una celda tan
peque�a que s�lo pueden
sentarse, no ponerse de pie.
Entonces el prisionero es
fotografiado, se le hace poner
en cuclillas para buscar drogas
en su ano. Si el prisionero es
flaco, se le entrega un uniforme
holgado. Si es gordo, ser� muy
apretado. Se siente rid�culo.
Desde entonces, le llaman s�lo
por n�mero. El interrogatorio
comienza, y puede ser muy
intenso o muy relajado. Su celda
siempre estar� muy iluminada o
muy oscura. No tiene ventanas,
s�lo una puerta. Usualmente est�
dise�ada para hacer eco. Todo
hace eco. Se desorienta
completamente�.
El ataque a los indios Miskitos
Roberto Guill�n contin�a: �Fui a
Cuba a estudiar
contrainteligencia. Cuando
regres� en abril de 1982 fui
asignado a Zelaya Norte. Despu�s
de llegar all�, comenc� a
descubrir barbaridades que se
hab�an cometido contra el pueblo
Miskito leyendo los informes del
Ministerio de Defensa. Aqu� hay
un apunte que copi� en mi
libreta: "El 8 de febrero de
1982, a las 8:45 AM, una tropa
de guardias fronterizos
dispararon contra personas
civiles en el R�o Coco en el
punto de la comunidad de
Bilwaskarma". El informe
explicaba que la gente estaba
viajando en canoas en el momento
en que las tropas les
dispararon. Un hombre
sobrevivi�. Leyendo eso, no pude
comprender por qu� el jefe de
contrainteligencia de la regi�n
no hab�a tra�do esto a juicio.
No pod�a entender tampoco por
qu� los soldados matar�an a una
mujer embarazada en la canoa.
El
Directorado public� un art�culo
en Barricada
jact�ndose de que los soldados
Sandinistas mataron
contrarrevolucionarios que
sal�an de Honduras. Era el mismo
ataque del que estaba leyendo.
El informe que yo le�a dec�a que
la gente estaba buscando comida
y viv�a en Nicaragua. Fueron de
Wasp�n (un pueblo en el r�o) a
Bilwaskarma en sus canoas No
pod�a entenderlo. Luch� contras
las barbaridades que Somoza
cometi� contra el pueblo
nicarag�ense. Pero a medida que
el proceso revolucionario
aument�, el nivel de odio de
clases aument�. Entre los
oficiales, se cre� la actitud de
que uno pod�a matar en lugar de
perdonar.
Las poblaciones Miskito
comenzaron a levantarse. El
Ministerio de Defensa dijo en su
propaganda que la gente que
luchaban contra nosotros eran
antiguos Guardias Nacionales
(colaboradores de Somoza), no
Miskitos. El 5 de junio
particip� de un tiroteo que se
dijo que era de guardias, pero
en realidad era con Miskitos.
Ellos no perdieron a nadie.
Nosotros perdimos 19 hombres,
oficiales as� como soldados.
Veintid�s m�s estaban heridos.
Solamente yo y otro hombre no
est�bamos heridos o muertos. El
jefe de personal regional y su
escolta huyeron cuando
comenzaron los combates. Cuando
decidi� irse, lo defendi�
diciendo que no pod�a permitirse
el lujo de morir como cualquier
soldado ordinario.
Hubo arrestos de Miskitos en
gran escala. Alrededor de 800
personas fueron detenidas. Un
alf�rez vio a una mujer india
entre los prisioneros y la
viol�. Cuando esto fue
investigado el jefe de personal
lo perdon� y lo transfiri� a
otra unidad en Kambla. Esto fue
interpretado como una promoci�n.
Yo fui transferido a Managua en
agosto. Ahora estaba determinado
a abandonar Nicaragua.
Pero
el 8 de agosto, Seguridad del
Estado me llam� a una reuni�n en
el edificio del Ministerio de
Defensa en la base militar
Chipote. All� me propusieron que
yo proveyera las log�sticas,
armas, camiones y soldados para
eliminar f�sicamente a los 800
prisioneros Miskitos. La gente
de Seguridad del Estado dijo que
deb�an ser asesinados, y que lo
pod�a mirar como si hubiesen
muerto en combate. Cuando se
discuti�, pr�cticamente qued� en
estado de shock debido a los
conflictos morales que esto
causaba en mi interior. Me puse
enfermo. Quer�an que yo
proveyera soldados para cavar
las tumbas, guardias para
controlar a los Miskitos
mientras eran disparados,
camiones para transportarlos. No
s� si la masacre finalmente
ocurri� o no. El 10 de agosto
dej� Nicaragua�.
Hoy se conoce como Navidad Roja
a la operaci�n de traslado de 42
comunidades de ind�genas
Miskitos de la Costa Atl�ntica
de Nicaragua desde la franja
fronteriza del R�o Coco con
Honduras hacia el interior del
pa�s, a unas nuevas comunidades
conocidas como Tasba Pri (Tierra
Libre). Esta operaci�n se
realiz� a principios de 1982, en
los inicios de las agresiones de
los Contra hacia el gobierno
Sandinista.
El traslado ser�a efectuado en
enero, avisando a las
comunidades ind�genas
inmediatamente antes del mismo.
Las casas y dem�s construcciones
fueron quemadas, destruidos los
cultivos y sacrificados los
animales.
El Profesor Bernard Nietschmann
declar� el 3 de octubre de 1983:
"En varias villas habl� con
personas que hab�an presenciado
los asesinatos arbitrarios de
civiles Miskitos por fuerzas
militares Sandinistas. Muchos de
esos asesinatos ocurrieron
durante una de varias invasiones
y ocupaciones militares
Sandinistas de villas ind�genas.
Algunos de los habitantes fueron
arbitrariamente disparados
cuando los soldados de gobierno
invadieron primero las villas;
otros fueron asesinados durante
las semanas de ocupaci�n,
confinamiento, tortura e
interrogaci�n. Por ejemplo, se
me inform� por varias fuentes de
primera mano que un hombre fue
clavado a trav�s de sus manos y
tobillos a una pared y le
dijeron que permanecer�a all�
hasta que confesara que era un
"Contra" o muriera. Muri�. Su
viuda, vestida de negro, y otros
en esa villa traumatizada se
llenaron de dolor e ira por esta
y otras atrocidades cometidas
durante su confinamiento forzado
mientras existi� el reino de
terror realizado por varios
cientos de soldados Sandinistas.
Otros Miskitos fueron asesinados
forzando sus cabezas bajo el
agua para extraer confesiones de
actividades
"contrarrevolucionarias". Dos
hombres mayores, de 60 y 63 a�os
de edad, fueron amenazados con
la muerte a menos que confesaran
su relaci�n con los "Contras".
Ellos tambi�n fueron finalmente
asesinados en el curso de esos
mismos eventos.
A lo
largo de mis notas y grabaciones
hay descripciones de tales
asesinatos en villa tras villa
en la regi�n india de la Costa
Atl�ntica. Las descripciones me
las dieron esposas, hijas,
madres y otros familiares y
habitantes. Los asesinatos
arbitrarios de Miskitos civiles
han sido extendidos. Un patr�n
f�cil de ver. Los hombres y
mujeres Miskito son acusados de
ser Contras, torturados o
amenazados con muerte a menos
que confiesen, asesinados y
luego se informa que eran
Contras, en el caso de que haya
alg�n informe".
El Secretario de Estado
estadounidense acus� a los
Sandinistas de genocidio y la
embajadora de los EE. UU. en la
ONU, Jeanne Kirkpatrick, afirm�
en ese entonces que miles de
ind�genas se encontraban en
campos de concentraci�n.