Durante el gobierno de
transici�n en 1974, Frelimo
confi� casi exclusivamente en
los Grupos Dinamizadores (GDs),
que eran grupos de ocho a diez
personas organizados en
f�bricas, vecindarios urbanos y
villas para implementar
directivas del partido. Esas
directivas estaban mayormente
relacionadas con la
movilizaci�n, educaci�n pol�tica
e implementaci�n de pol�ticas
sociales y econ�micas radicales.
Frelimo estaba comprometido
espec�ficamente con la
destrucci�n absoluta del aparato
colonial, tal como quedar�a
pronto reflejado en sus leyes y
pol�ticas.
La
primera Constituci�n de
Mozambique fue aprobada el 20 de
junio de 1975, cinco d�as antes
de la independencia, por
aclamaci�n del Comit� Central.
Los documentos eran
esencialmente un conjunto de
directrices sobre la forma en
que Frelimo gobernar�a al pa�s.
El presidente del Partido,
Samora Machel, autom�ticamente
se convirti� en el presidente
tambi�n de la Rep�blica Popular.
La
nueva Constituci�n era de
ideolog�a marxista-leninista. El
art�culo 4 comenzaba: �La
Rep�blica Popular de Mozambique
tiene los siguientes objetivos
fundamentales: la eliminaci�n de
estructuras coloniales y
tradicionales de opresi�n y
explotaci�n y la mentalidad que
subyace en ellas�.
Consecuentemente Frelimo se
dedic� a un programa radical de
transformaci�n socialista,
destinado a reconstruir toda la
base social y material de la
vida mozambique�a. Este programa
inclu�a ejercer un mayor grado
de control del Estado sobre la
poblaci�n rural que el intentado
antes.
Samora Machel impuso una dura
�dictadura del proletariado�.
Todas las instituciones
educativas, hospitales,
negocios, industrias,
agricultura y comercio fueron
nacionalizados. Toda propiedad
fue confiscada. Esto result� en
un �xodo masivo de colonos
portugueses capacitados. Dentro
del primer a�o de
�independencia� quedaron menos
de 20 m�dicos en todo el pa�s.
Tras arrancar las industrias de
las manos privadas para dejarlas
bajo control gubernamental,
Frelimo se apoder� de granjas
particulares, cre� granjas
cooperativas estatales y forz� a
los granjeros a abandonar sus
hogares para mudarse all�, donde
vivir�an mayores carencias y
control directo de todos sus
actos.
En
1976 el gobierno cambi� el
nombre de su capital de Louren�o
Marques a Maputo. Machel tambi�n
renombr� calles de la capital
como Lenin, Marx, Fidel Castro y
Ho Chi Minh,
y foment� la revoluci�n en la
regi�n.
La
desproporcionada mayor cantidad
de altas posiciones ocupadas por
gente del sur fue denunciada con
frecuencia por los no-sure�os
como una dominaci�n de un
segundo Imperio de Gaza, una
referencia al reino del Nguni en
el siglo XIX que control�
grandes partes de Mozambique
central.
Este
dominio del sur, que estaba
velado por el discurso anti-tribal
de Frelimo de unidad nacional,
nutri� las tensiones regionales
existentes que ven�an del
per�odo colonial.
Como
resultado de esa dominaci�n tras
la independencia, las elites
locales en el centro y el norte
se sintieron marginadas por
Frelimo. Hab�a algunos grupos
�tnicos (Ndaus, Sena, Macua) que
no estaban representados ni en
el partido ni en el Estado y
tambi�n se resintieron.
El unipartidismo propio del
marxismo en el poder imped�a por
lo dem�s que se crearan otros
movimientos que les
representaran.
A
los r�gulos, jefes
antiguos, les prohibieron
ejercer sus funciones pol�ticas
ya desde el temprano 26 de junio
de 1975 porque, seg�n Frelimo,
hab�an sido parte del sistema
colonial. A cambio, el gobierno
central someti� a los jefes
locales con administradores y
secretarios del Partido que con
frecuencia ven�an de otras
regiones, no hablaban el idioma
local y no estaban
familiarizados con la cultura
local. La sustituci�n con
administradores for�neos de los
r�gulos cuya legitimidad
y autoridad derivaba de las
funciones pol�ticas y religiosas
que ejerc�an en sus comunidades
cre� un descontento considerable
en muchas zonas rurales.
Por
este motivo, muchos r�gulos
quisieron apoyar a los rebeldes
Renamo cuando surgieron. Al fin
de cuentas Renamo s� aceptaba
las tradiciones y religi�n
locales, y consecuentemente
reintegraron a los antiguos
jefes y les confiaron la
administraci�n p�blica de la
zona que controlaban.
Renamo tambi�n restaur� antiguas
costumbres no tan positivas pero
muy extendidas en la poblaci�n
local, como la poligamia y el
lobolo (precio de novia) que
Frelimo hab�a prohibido como
�pr�cticas feudales y
reaccionarias�.
Sin embargo, el �progresismo� de
Frelimo estaba lejos de
favorecer a los habitantes. La
campa�a revolucionaria marxista
de Frelimo contra todas las
religiones inclu�a la adoraci�n
a los ancestros que consideraron
oscurantista y el subsiguiente
acoso a templos y curanderos
tradicionales en los primeros
a�os tras la independencia
afectaron a grandes sectores de
la poblaci�n rural. Se cerraron
miles de iglesias y escuelas
cat�licas y se termin� toda
actividad misionera.
Otros grupos opuestos a Frelimo
fueron los antiguos prisioneros
de los campos de reeducaci�n
establecidos justo despu�s de la
independencia, incluyendo ex
funcionarios coloniales y
oponentes de Frelimo, y unos
50.000 inmigrantes urbanos que
eran considerados improductivos
y arbitrariamente deportados de
las ciudades en el sur a las
zonas rurales del norte,
particularmente a Nampula y
Niassa, como parte de la
Operaci�n Producci�n en 1983.
Muchos de esos hombres se
unieron voluntariamente a Renamo
porque quer�an vengarse del
gobierno.
Para muchos que inicialmente
estaban a favor de Frelimo, el
r�pido declinio econ�mico tras
la independencia, la resultante
escasez de bienes de consumo, la
deficiente comercializaci�n de
los productos agr�colas e
interminables colas en los
negocios desacreditaron el
programa del gobierno de
reconstrucci�n nacional y
constituyeron otro factor a
favor de su opositor Renamo.
La
revoluci�n marxista en
Mozambique tambi�n detuvo
abruptamente la floreciente
industria tur�stica. Antes,
500.000 turistas de Sud�frica y
Rodesia visitaban Mozambique
cada a�o. Tras la revoluci�n ya
no ser�an bienvenidos.
Con la ayuda de la KGB sovi�tica
y la Stasi de Alemania Oriental,
se estableci� la organizaci�n de
seguridad de Mozambique Snasp.
El jefe de la fuerza a�rea
mozambique�a, el General Mayor
Hama Thai, era norvietnamieta.
Los aviones de la fuerza a�rea,
unos 35 MiG-17 y 50 MiG 2l, eran
volados por alemanes orientales.
Snasp dirig�a las prisiones y
campos de reeducaci�n de
Mozambique, llamados �Centros
para descolonizaci�n mental�,
que albergaban unos 300.000
cautivos.
No
hab�a prensa libre. Los alemanes
del Este dirig�an AIM, el
Servicio de Informaci�n del
Estado. Tambi�n proveyeron
asistencia t�cnica en la mina de
carbol Maatice, que ten�a una
reserva estimada en 400 millones
de toneladas m�tricas.
Aproximadamente 12.000 ni�os
mozambique�os fueron enviados a
Alemania Oriental para realizar
trabajo fabril forzado,
por el tratado de cooperaci�n
con ese pa�s que inclu�a
provisiones de defensa militar
que el presidente Machel firm�
en un trato de amistad de 25
a�os.
En
la primera visita de Estado de
Samora Machel a la Uni�n
Sovi�tica prometi� transformar
Mozambique en el "primer
estado verdaderamente marxista
de �frica".
Se
firm� un acuerdo militar entre
la Uni�n Sovi�tica y la
Rep�blica Popular de Mozambique.
Consejeros militares sovi�ticos,
h�ngaros, b�lgaros, alemanes
orientales, vietnamitas y
cubanos llegaron en gran
cantidad al pa�s.
Frelimo entonces cerr�
definitivamente la frontera con
la vecina Rodesia, cometiendo un
suicidio econ�mico. El cierre de
esta frontera priv� a Mozambique
de m�s de 500 millones de
d�lares al a�o de moneda fuerte,
causando incluso mayor desempleo
y deteniendo las actividades en
el puerto Beira.
El
partido comenz� a organizar el
campo a lo largo de las l�neas
de las zonas liberadas durante
la lucha por la independencia.
El nuevo gobierno reprimi� a las
iglesias, especialmente las
cat�licas romanas que
consideraba que hab�an apoyado a
los portugueses durante la
guerra. Adem�s nacionaliz�
colegios, hospitales y misiones.
Un estimado de 10.000 Testigos
de Jehov� fueron rodeados y
enviados a gigantescos campos de
reeducaci�n cerca del pueblo de
Milange, en la frontera con
Malawi.
Machel marc� la pauta en su
mensaje del D�a de la
Independencia de 1975, donde
dijo que la religi�n, y
especialmente la Iglesia
Cat�lica, era un poderoso factor
en la alienaci�n cultural y
humana de los mozambique�os para
hacerlos instrumentos d�ciles y
objetos de explotaci�n.
Frelimo tambi�n lanz� campa�as
para minimizar lealtades a
religiones ind�genas y formas de
organizaci�n social. Los jefes
tradicionales, muchos de los
cuales ejerc�an autoridad en
base a lazos espirituales a la
tierra, fueron el objetivo
particular. En el distrito Erati,
en la provincia norte�a de
Nampula, funcionarios de Frelimo
anularon los resultados de las
elecciones de asamblea local
despu�s de que los jefes
tradicionales ganaron las
bancas. Se llam� a nuevas
elecciones, pero se prohibi� la
candidatura de los jefes. Los
votantes a no ten�an los
representantes que quer�an.
Cuando comenz� la creaci�n de
aldeas en Erati, los poderosos
jefes locales fueron nuevamente
ignorados y la gente de uno o
m�s clanes fueron forzadas a
vivir en una zona controlada por
otro, en ocasiones un grupo
rival, creando as� obviamente
graves tensiones.
En
febrero de 1977 Frelimo realiz�
su tercer congreso,
transformando formalmente al
movimiento de liberaci�n en un
partido de vanguardia
Marxista-Leninista. Su
"misi�n hist�rica es guiar,
organizar, orientar y educar a
las masas, transformando as� al
movimiento de masas popular en
un poderoso instrumento para la
destrucci�n del capitalismo y la
construcci�n del socialismo".
La
decisi�n lleg� en el momento de
la guerra contra Rodesia, cuando
Mozambique estaba buscando
atraer significativas ayudas
militares de Europa Oriental y
la Uni�n Sovi�tica. Se crearon
"organizaciones democr�ticas
de masas" para asegurar el
control del Partido Frelimo de
trabajadores, mujeres, la
juventud y los periodistas.
Las granjas estatales,
mayormente fincas abandonadas
por los portugueses, recibieron
inversiones masivas, mientras
que la agricultura campesina fue
ignorada.
En
1979, el gobierno introdujo el
castigo capital en Maputo,
volviendo obligatoria la pena de
muerte para ciertas ofensas como
alta traici�n y rebeli�n armada,
lo cual permit�a acabar con
cualquiera que no concordara con
sus objetivos y metodolog�as.
Los
informes de tortura se
convirtieron en algo com�n a
trav�s de los a�os. En enero de
1983 siete supuestos miembros de
Renamo fueron asesinados en las
provincias sure�as de Maputo y
Gaza en dos ejecuciones
p�blicas. La flagelaci�n se
introdujo para uso de todas las
cortes en marzo, y la lista de
cr�menes que garantizaban
sentencia de muerte fue
expandida, incluyendo mercado
negro y robo armado.
Las acusaciones muchas veces
recayeron sobre inocentes, que
no ten�an derecho a defensa ni
juicio y pasaban a�os en
c�rceles en estado lamentable.
Seg�n un oficial de alto rango,
"Frelimo en 12 meses de gobierno
ha torturado y ejecutado
proporcionalmente m�s personas
que los portugueses en 500 a�os
de gobierno colonial". Tal
cr�tica result� en la muerte del
oficial.
Con la partida de los
portugueses rurales y los
comerciantes indios, los
negocios del campo fueron
vaci�ndose. Poco apoyo del
Estado y ning�n bien de consumo
que comprar hicieron que los
campesinos dejaran de producir
excedentes. Adem�s, 1982-84 vio
la sequ�a m�s severa en d�cadas
en el centro del pa�s. El
resultado fue una depresi�n
econ�mica que se precipitar�a
con rapidez.
El
espiral de violencia rural y la
sequ�a enviaron a miles de
campesinos a Maputo, Beira y
otras ciudades, que ya estaban
sufriendo severa escasez de
alimentos. La respuesta del
gobierno fue la Operaci�n
Producci�n, un esquema para
forzar al estrato urbano m�s
pobre a ir a remotas villas
comunales en el norte.
En
1984, el comandante general de
la Operaci�n Producci�n, el
entonces Ministro de Interior
Armando Guebuza, el principal
administrador de la Operaci�n
Producci�n, anunci� la
introducci�n de la 'guia da
marcha', un permiso
requerido para viajar entre
distritos. Este requerimiento
permaneci� en funcionamiento
hasta la promulgaci�n en
noviembre de 1990 de una nueva
constituci�n que recuperaba y
garantizaba la libertad de
movimiento.
En
su cuarto Congreso del Partido,
en 1983, Frelimo trat� de
revertir el curso de sus
pol�ticas que hab�an llevado al
pa�s al colapso, planificando
nuevos esquemas de desarrollo,
prometiendo apoyo a peque�os
granjeros privados y llamando a
la construcci�n de peque�os
proyectos con materiales
locales. Pero la inercia de
declinio, la guerra con sus
abusos y destrozos y los
proyectos previos
gubernamentales ten�an hundida
la econom�a. La producci�n
agr�cola en venta y las
exportaciones en 1985 eran un
cuarto de las cifras de 1980-81.
La producci�n industrial hab�a
disminuido un 50%. En 1983-84,
la hambruna s�lo en las
provincias de Gaza e Inhambane
mat� a decenas de miles de
personas.
La
infraestructura econ�mica y
social qued� ampliamente
destruida, y las oportunidades
para educar una generaci�n se
perdieron. El pa�s estaba en
bancarrota, y el gobierno qued�
dependiente de ayuda extranjera
para pagar a sus empleados. El
campo fue militarizado y muchos
hombres y ni�os crecieron
sabiendo c�mo vivir s�lo a
trav�s del robo y la extorsi�n.