Es sabido por
todos: cualquier elecci�n donde triunfe una posici�n �derechista� ser�
consecuentemente desacreditada y envuelta en un clima manipulador de terror
psicol�gico. En Europa el fantasma del socialismo nacionalista de Hitler es le�a
f�cil para encender con los discursos emanados desde toda la izquierda. Derecha
y liberales quedan paralizados ante la ola de terror electoral alimentado por la
prensa alarmista. Esto, que no sucede frente a elecciones de izquierda, es un
punto fundamental para comprender el problema belga y su repercusi�n europea.
El 28 de septiembre
se cumplen 102 d�as de caos pol�tico. B�lgica est� desgobernada desde la
dimisi�n de Ives Lterme y la convocatoria de elecciones anticipadas. Twitter
hierve en cr�ticas y burlas al respecto. La naci�n va a la deriva.
El reciente triunfo
de Nueva Alianza Flamenca, de acento patri�tico, puso a Bart De Wever a la
cabeza de la mayor�a ciudadana pero tuvo que negociar con los socialistas
acaudillados por Elio Di Rupo, apoyado por el 30% de los franc�fonos del sur y
por el Rey Alberto II. Bajo Su majestad deben conciliarse tanto quienes desean
una B�lgica unida como quienes apuestan por la divisi�n nacional en taifas
ling��sticas. Posiciones �stas que no parecen garantizar la estabilidad de un
gobierno que enfrenta divisiones administrativas, ling��sticas y secesionistas.
Y la mesa negociadora de siete partidos no propone respuestas ante la gravedad
de la situaci�n.
�Primar� el
criterio de unidad e independencia nacional como abogan los socialistas o se
concretar� un estado confederado con la escisi�n de Valonia como propone el N-VA
gobernante? B�lgica a�n no da se�ales claras sobre el criterio que imperar�.
No en vano el
socialista Di Rupo en gesto melodram�tico ha pidi� dos veces su dimisi�n al Rey
en menos de seis d�as y se autocalific� como realizando �la tarea de un tit�n�
para continuar con claudicaciones que conducen a pensar que s�lo �l puede ser la
respuesta belga de unidad. "No se puede conciliar lo irreconciliable", declar�
recientemente, con el consecuente p�nico nacional recogido por la prensa. Tras
�l aparecieron los presidentes de las C�maras de Senadores y Diputados por
encomienda particular del Rey en caso de que el h�roe socialista renuncie
definitivamente frente al caos ingobernable.
La estrategia, sin
embargo, parece tener �xito y el apret�n de manos de Di Rupo y De Weber en el
d�a 100 de anarqu�a abri� un panorama esperanzador que reforz� el papel
mesi�nico del socialista franc�fono.
Las redes sociales
reflejan su desesperanza de acuerdos entre el �tsunami independentista� y el
socialista redentor. "Que B�lgica se compre un Gobierno en Ebay" dicen los
internautas o "Gobierno belga: Error 404 No encontrado".
B�lgica vot� por un
gobierno conservador, representativo y conciliador, pero el terror y el caos se
apoderaron del escenario a solo horas de presentarse los resultados de la
voluntad popular.
El efecto abrumador
sobre el electorado est� rindiendo el des�nimo y apat�a esperables del exceso de
tensi�n. Y esa es una amenaza, tal vez, mucho m�s grave que las anteriores,
porque entregar� el mandato al m�s h�bil en ofrecer soluciones frente al
desapego electoral por sus representantes.
B�lgica representa
en su drama el conflicto europeo de los �ltimos a�os. Y al parecer, frente a las
estrategias de las izquierdas, ser� un problema cada vez m�s extensivo y
profundo, si los electores reaccionan apostando a la derecha o cualquier forma
no �aprobada� por los cultores del rojo.