Corea, tierra de antigua
civilizaci�n y Estados
tempranos, pas� la mayor parte
de su historia bajo monarqu�as
soberanas antes de ser
conquistada y anexada por Jap�n
despu�s de la Guerra
Ruso-Japonesa de 1904-1905.
Despu�s de que Jap�n se rindiera
en la Segunda Guerra Mundial,
Corea fue dividida entre las
fuerzas americanas y las
sovi�ticas (como sucediera a
Alemania) y se form� la
Rep�blica Popular Democr�tica de
Corea en el Norte, controlada
por los sovi�ticos, en 1948.
Desde entonces se encuentra
entre los reg�menes m�s
recluidos, represivos y
militarizados
del mundo. De hecho, Corea del
Norte es uno de los sitios m�s
aislados que existen en la
actualidad, con severas
restricciones en libertad de
informaci�n y en la entrada o
salida del pa�s.
Contando con el apoyo sovi�tico
y chino, la totalitaria Corea
del Norte atac� al Sur en junio
de 1950, en un intento por
unificar el pa�s por la fuerza.
Sigui� un conflicto
internacional mayor y esta
guerra cobrar�a millones de
vidas antes de la tregua firmada
en 1953, siendo al menos tres
veces m�s las v�ctimas civiles
que las militares.
Desde la instauraci�n del
comunismo, la violaci�n
sistem�tica de los derechos
humanos y cr�menes contra la
humanidad son cometidos a
diario. Las minor�as como los
discapacitados, por ejemplo, no
tienen ning�n tipo de
protecci�n. Las mujeres tambi�n
sufren de serias
discriminaciones por parte del
sistema.
Con m�todos de castigo propios
de una barbarie � donde incluso
los ni�os son forzados a
presenciarlos � los "enemigos
del pueblo" y otros disidentes
son ejecutados p�blicamente bajo
las disposiciones del c�digo
penal para cr�menes pol�ticos.
Aparte de unos pocos servicios
budistas y cristianos mantenidos
y monitoreados por el gobierno,
se proh�ben todas las
actividades religiosas. El
adoctrinamiento constante es
apoyado por asociaciones
vecinales y las escuelas en
todos los niveles. Las opiniones
de todos los norcoreanos son
constantemente reunidas y
revisadas. Las llamadas
telef�nicas y las cartas son
monitoreadas.
No hay libertad art�stica; todo
el arte deb�a servir para dorar
el mito de Kim Il Sung y su
hijo, Kim Jong Il, cuyo culto a
la personalidad alcanz� unas
proporciones que nos recuerda a
los de Stalin en Rusia y Mao en
China.
Los relatos detallados de las
atrocidades comunistas en el
estado estalinista armado
nuclearmente son dif�ciles de
conseguir por le dificultad de
la gente para escapar del pa�s
y, como suele suceder, las
estad�sticas son fragmentarias.
Casi no se puede obtener datos
desde adentro del pa�s a causa
de la fuerte represi�n. Por esos
motivos, toda la informaci�n
disponible existe gracias al
minucioso trabajo de numerosos
investigadores.