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EL TERROR ROJO

 

 

INVESTIGACIONES | Alerta 360 Internacional

 

Corea del Norte: el fuerte del miedo
Por Cynthia Caden
�ltima modificaci�n: 22 de diciembre de 2011 | Descargar completo en formato PDF

 

Tabla de contenidos
1. Introducci�n
2. Historia
3. La hambruna
4. Restricciones de libertad de movimiento
5. Las diferencias
6. M�s falta de libertad: expresi�n y asociaci�n
7. El horror de los (extensos) campos de prisioneros
8. M�s sobre torturas y ejecuciones

9. Los refugiados
10. Extendidos il�citos del Gobierno
11. Temibles armas
12. Corea del Norte hoy
13. Bibliograf�a relacionada

 
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El horror de los (extensos) campos de prisioneros

 

Corea del Norte ha estado operando campos de prisioneros desde 1947[1]. Aunque el r�gimen de Kim Jong Il ha negado su existencia, y los observadores extranjeros no tienen acceso a ellos, suficientes personas han escapado de Corea del Norte en a�os recientes para proveer de testimonios sustanciales acerca de las condiciones dentro del pa�s, e incluso en los campos de prisioneros. Unos cuantos han contado sus historias a los comit�s del Congreso de los Estados Unidos, algunos han publicado libros y docenas han dado entrevistas. Finalmente, investigadores de trayectoria han reunido esa informaci�n y adquirido nueva utilizando tecnolog�a satelital, entre otros medios.

 

Se sabe, entonces, que la situaci�n ya cr�tica de los disidentes pol�ticos empeor� en Corea del Norte cuando Kim Jong Il comenz� a temer que el colapso comunista de 1989 en Europa se extendiera a su gobierno. Junto al aumento de su inseguridad, aument� el n�mero de prisioneros pol�ticos en las c�rceles norcoreanas.

 

Adem�s de secuestrar a los individuos acusados, el Departamento de Seguridad del Estado tambi�n detiene hasta tres generaciones de miembros de la familia del acusado, incluyendo la madre, hermanos, hijos y nietos. Se cree que esta pr�ctica comenz� con la proclamaci�n de 1972 de Kim Il Sung: "facciosos o enemigos de clase, quienes sean, su semilla debe ser eliminada por tres generaciones"[2].

 

Al igual que el prisionero pol�tico acusado, los miembros de la familia no tienen garantizado un juicio, motivo por el cual algunos han llamado secuestro al acto de privaci�n de libertad ejercido por el gobierno. Lo que suele suceder es que los recogen y transportan a prisiones pol�ticas sin recibir ninguna informaci�n como cu�ndo - si alguna vez - ser�n liberados.

 

En el pasado, la Rep�blica Popular Democr�tica de Corea ha estado tambi�n involucrada en secuestro de ciudadanos extranjeros. En 2002, Kim Jong Il reconoci� al Primer Ministro japon�s Koizumi la relaci�n de "instituciones especiales" de su Rep�blica en el secuestro de ciudadanos japoneses entre 1977 y 1983, y dijo que aquellos responsables hab�an sido castigados. Mientras cinco v�ctimas sobrevivientes y sus familias han podido huir de Corea del Norte y retornar a Jap�n en octubre de 2002, 12 casos m�s permanecieron sin resolver y continuar�an siendo un problema mayor en las relaciones entre Corea del Norte y Jap�n.

 

En octubre de 2005, Corea del Norte reconoci� por primera vez haber secuestrado ciudadanos de Corea del Sur en d�cadas anteriores, diciendo que varios de los secuestrados todav�a estaban vivos. En junio de 2006 permitieron a Kim Young Nam, un surcoreano secuestrado por el norte en 1978, participar en una reuni�n familiar.

 

Como est� claro, el gobierno detiene y encarcela personas a voluntad. Han habido personas "desaparecidas", sacadas de sus casas y enviadas directamente a campos de prisioneros. El Ministerio de Seguridad P�blica decide qui�n ser� castigado y el Ministerio de Seguridad del Estado decide cu�l ser� la pena. En ocasiones el acusado tiene representaci�n, pero el papel principal del abogado es persuadir al acusado de que confiese[3].

 

El impresionante reporte titulado "El Gulag escondido: exponiendo los campos prisi�n de Corea del Norte" re�ne los testimonios de 30 norcoreanos que han experimentado la vida en prisi�n, algunos como prisioneros y otros como guardias. Fue compilado por un veterano investigador de derechos humanos, David Hawk, quien trabaj� documentando eventos dram�ticos como el genocidio camboyano en la d�cada de 1970 y la matanza de Rwanda en la d�cada de 1990.

 

Este informe arroja luz sobre dos frases coreanas que definen los dos principales niveles del sistema de campos de prisioneros y merecen ser aprendidos en Occidente, como una vez tuvimos que absorber el t�rmino gulag para comprender el sistema sovi�tico. La primera expresi�n es kwan-li-so, cuya traducci�n es "colonias de trabajo para prisioneros pol�ticos", en las cuales los ofensores pol�ticos son sentenciados de por vida incluso sin juicio, sin recurso, a veces con tres generaciones de sus familiares como ya dijimos, y a veces sin que siquiera sepan por qu� est�n all�. Hay seis o siete de esas kwan-li-so, enclaves de enorme extensi�n de los cuales casi nadie regresa nunca[4], y en los cuales - explica el Sr. Hawk, "la caracter�stica m�s prominente de la vida d�a a d�a en el campo-c�rcel de trabajo es la combinaci�n de raciones de alimentos por debajo de la subsistencia y un trabajo muy duro".

 

La otra frase es kyo-hwa-so, que significa "campos-prisi�n de trabajo de largo plazo", en los cuales son sentenciados tanto ofensores pol�ticos como criminales comunes por t�rminos espec�ficos de tiempo y hay cierta pretensi�n de "reeducaci�n a trav�s del trabajo". Pero en esos campos, cuenta este informe, "la p�rdida de la vida ocurre en tan alto n�mero que muchos de los kyo-hwa-so son percibidos por los prisioneros como campos de muerte en los que esperan morir antes de completar su sentencia". M�s all� de eso, hay centros de detenci�n especial - especialmente brutal - para norcoreanos forzadamente repatriados despu�s de intentar huir hacia China, y devueltos para sufrir las consecuencias de su �traici�n�.

 

Peor que todo lo mencionado - como dice en el informe - es la lista de historias que detallan el asesinato rutinario de beb�s nacidos de prisioneras, como lo contaron ocho testigos por separado. Un com�n denominador es que cuando las mujeres embarazadas son forzadamente repatriadas despu�s de huir hacia China, es pol�tica asesinar a sus reci�n nacidos, porque pueden haber sido hijos de hombres chinos. Una historia incluso describe detalles macabros de beb�s golpeados en el suelo hasta morir, con sus madres obligadas a mirarlo.

 

En otra entrevista, una ex-prisionera, abuela de 66 a�os identificada como "detenida n�mero 24" para proteger a sus familiares que tal vez a�n est�n vivos en Corea del Norte, describe haber sido asignada para ayudar en el parto de beb�s que eran luego arrojados de inmediato en cajas pl�sticas para que muriesen all�[5].

 

Por otra parte, como ya dijimos antes los prisioneros reciben s�lo el nivel de comida que impide su muerte por hambre a la vez que son forzados a realizar trabajos agotadoramente largos y fuertes. Es esta combinaci�n la que convierte en general a los campos de trabajo en verdaderos campos de muerte.

 

La pr�ctica de producir hambre entre los prisioneros es un mecanismo para "mantener control sobre los reclusos". Por ejemplo, los prisioneros reciben una cuota estricta y con frecuencia irreal de trabajo diario. Si fallan en cumplir esa cuota, ven a�n m�s reducidas sus raciones de comida. Esto obliga a los prisioneros a trabajar tanto como puedan para evitar las reducciones de comida. Como las raciones son igualmente insuficientes, las enfermedades y muerte causada por desnutrici�n son muy comunes en los campos.

 

Un ex carcelero inform� que en Campo Prisi�n Nro. 22 (que ten�a alrededor de 50.000 prisioneros), 1.500 a 2.000 mor�an s�lo de desnutrici�n y enfermedades relacionadas cada a�o[6]. Ese mismo guardia declar� que la mayor�a de los que mor�an eran ni�os, que eran retenidos all� a pesar de su juventud, indefensi�n y total inocencia[7].

 

Para asegurarse de que los prisioneros se mantengan a un nivel cercano a la muerte por hambre, los intentos de obtener comida no autorizada, incluso malas hierbas, son castigados con golpes y ejecuci�n[8].

 

La pr�ctica del hambre de prisioneros constituye por s� misma una exterminaci�n porque es "la imposici�n intencional de condiciones de vida, entre otras cosas, la privaci�n de acceso a comida... calculada para destruir una parte de la poblaci�n"[9].

 

No siendo suficiente con ello, obligan a los reclusos, incluyendo una vez m�s y por desgracia a los ni�os, a realizar trabajos demandantes y peligrosos en los campos de prisioneros. Las condiciones de trabajo carcelarias llevan a un 20 a 25% de la fuerza laboral a muerte por exceso de trabajo cada a�o[10]. Los trabajos incluyen: miner�a, cortes de madera, producci�n agr�cola y costura. Adem�s de las muertes, muchos prisioneros terminan amputados o discapacitados por accidentes debidos, en general, a que las condiciones en que les ponen no tienen ning�n tipo de protecci�n.

 

El trabajo forzado constituye "esclavitud" porque el gobierno de Corea del Norte est� "ejerciendo los poderes unidos al derecho de propiedad sobre una persona", forzando a los prisioneros a trabajar bajo condiciones peligrosas, reducidos a un estado de servilismo[11].

 

Adem�s del trabajo forzado y el hambre, el gobierno norcoreano usa sistem�ticamente la tortura para interrogar prisioneros como castigo en las prisiones pol�ticas. Los presos pol�ticos son torturados primero cuando son detenidos, en un esfuerzo por hacerlos "confesar"[12] al mejor estilo estalinista y chino. Una vez puestos en el campo, con frecuencia vuelven a ser torturados como castigo. Muchos informaron que los guardias golpean tan terriblemente que han visto salirse los ojos de la v�ctima, o quedar expuestos sus huesos[13]. Tambi�n son puestos en confinamiento solitario en recintos muy peque�os. Una de sus variantes es la "caja del sudor", una celda tan peque�a que una persona no puede pararse bien ni recostarse dentro. Un prisionero encerrado all� no tiene permitido moverse y casi no recibe comida, sobreviviendo con la ingesti�n de los insectos que entran en la caja[14]. Los prisioneros con frecuencia se congelan y sus cuerpos quedan cubiertos de llagas.

 

Soon Ok Lee, prisionera de la c�rcel Kaechon en Corea del Norte por siete a�os, public� sus memorias y testific� sobre su experiencia ante el Congreso de Estados Unidos. Su historia da un ejemplo claro de la vida que llevan los as� recluidos. La informaci�n aqu� vertida es de "Una sobreviviente: 7 a�os de tortura en un campo de prisioneros en Corea del Norte".

 

All� cuenta que fue encarcelada por siete a�os en el campo de lavado cerebral pol�tico Kaechon en la provincia Pyungbuk. Permaneci� all� desde 1987 hasta enero de 1993. Al ingresar ten�a 39 a�os. Hab�a trabajado hasta entonces en una oficina de suministros, y era gerente general. Fue recluida porque la econom�a norcoreana estaba en recesi�n y el suministro de materiales no estaba en buenas condiciones. Leamos un extracto de sus propias palabras:

 

"En la Prisi�n Kaechon hab�a m�s de 6.000 prisioneros. Todos ellos eran prisioneros pol�ticos y eran tratados como bestias. Y los guardias de la prisi�n dec�an a los prisioneros, �Ustedes no son seres humanos. Deben pensar que son bestias; de otra forma no sobrevivir�n�.

 

No todos los reclusos estaban ideol�gicamente en contra del gobierno - simplemente eran miserables por la falta de comida, y cuando pronunciaron una palabra de queja, se consider� que representaban un problema ideol�gico.

 

Entre los casi 7.000 prisioneros hab�a alrededor de 2.000 esposas cuyos hijos estaban en casa, y despu�s de un mes de mi vida en la c�rcel vi que las ejecutaban p�blicamente.

 

Vi a una joven esposa que ten�a ni�os de 5 y 7 a�os. La vi forzada a venir a la c�rcel, y ella gritaba: �tengo hijos pero yo he sido encarcelada, y mi esposo fue encarcelado, y ahora los ni�os morir�n de hambre en casa�. Y vi c�mo la ejecutaron, en frente de los 6.000 prisioneros. Hab�a seis verdugos con tres balas cada uno. Disparar�an 18 tiros al coraz�n. Nosotros no �ramos prisioneros de guerra y no �ramos enemigos, pero ejecutaron a una madre de ni�os de esa manera.

 

En la prisi�n hab�a muchos cristianos. Y desde la Guerra Coreana - en Corea la llaman Guerra del 25 de junio - el enemigo n�mero uno es Dios. Kim Il Sung odiaba a Dios por sobre todo.

 

Entre 1956 y 1963 muchos cristianos fueron encarcelados, y el resto de sus familias fueron encarceladas en otras c�rceles para familias.

 

En la Prisi�n Kaechon, yo cre�a en Dios y fui pateada por los guardias, y ten�a que trabajar en la f�brica de herrajes. Ese tipo de trabajo se hace bajo una alta temperatura, y mi columna vertebral comenz� a encogerse. Y mi altura pas� a ser de 120-130 cent�metros. Era tratada como un animal. Mi espalda se curv� como una pelota de f�tbol, la distancia entre mi coraz�n y est�mago se estrech�, y mis hombros estaban pegados a los huesos. Parec�a como un animal extra�o.

 

Me sent�a como si tuviese dos cabezas, porque el hueso de mis hombros sobresal�a demasiado. Sent� que me hab�a convertido en un extraterrestre, no en un ser humano de este mundo. Era tratada como una bestia, como una esclava.

 

Fui golpeada con una correa de cuero de 10 cent�metros de ancho y 1,5 metros de largo. Y fue pateada con botas. Y me convert� en un extra�o animal. Experiment� esa atrocidad durante mi vida de prisionera. Por siete a�os s�lo tuve 100 gramos de ma�z para cada comida. No ten�a otra comida. Ni siquiera una vez. Una torta de ma�z de 100 gramos. Y me daban una peque�a taza de agua salada. Si alguien no cumpl�a su deber diario, entonces la porci�n ser�a de la mitad: 50 gramos.

 

Era simplemente una prisionera bajo la dictadura. Bajo esa dictadura no podemos decir nada y no podemos sonre�r, no podemos mostrar l�grimas ni caminar libremente, y �ramos forzados a ir al ba�o s�lo tres veces al d�a. No puedo creer que sobreviviera ante ese control, incluso controlando mis funciones f�sicas y bajo la presi�n de rifles y cuchillos.

 

Qued� realmente impactada cuando Kim Il Sung estaba vivo y trat� de fabricar armas bioqu�micas. La prueba no era en animales sino en seres humanos, �porque nuestro enemigo no es un animal, sino un ser humano�. Esas eran las instrucciones de Kim Jong Il, y ellos las probaban en prisioneros en lugar de animales. Vi muchas pobres v�ctimas. Cientos de personas se convirtieron en v�ctimas de pruebas bioqu�micas.

 

En esa c�rcel hab�a 6.000 prisioneros, y hay un total de 200.000 prisioneros pol�ticos[15] en Corea del Norte. En el tiempo de mi encarcelamiento vi m�s de 2.000 esposas y mujeres embarazadas. Y hay una ley de que los prisioneros pol�ticos no contin�en su descendencia, por tres generaciones. Para detenerlas, entonces, fueron forzadas a abortar a sus ni�os. Pusieron agua salada en el vientre de las mujeres con una larga jeringa, para matar al beb�, incluso si la mujer estaba de ocho o nueve meses de embarazo. Y entonces, en ocasiones nace un ni�o vivo, y entonces si eso ocurre los guardias patean al beb� hasta matarlo. Vi a un beb� que lloraba con dolor. Nunca lo olvidar�.

 

Una vez tomaron a 50 personas de nuestro grupo, las pusieron en un auditorio y les dieron un pedazo de repollo coreano hervido, y tan pronto como se lo comieron, sali� sangre de sus bocas y anos. Y murieron. Vi que en 20 o 30 minutos murieron de esa forma en ese lugar. Viendo esa escena enloquec�. �Era realidad o una pesadilla?

 

Durante 1990, �91 y �92 trataron m�s estrictamente a los cristianos. Fueron enviados a un lugar de trabajo separado. En ese tiempo, 30 prisioneros fueron pateados por las botas de los guardias. Luego les tiraron agua hirviendo encima. No hay otro infierno como el de Corea del Norte.

 

Experimentamos malnutrici�n, y cuando alcanz�bamos el tercer grado de desnutrici�n - la peor condici�n - cuando tom�bamos agua o com�amos pan, sal�a por el ano inmediatamente.

 

En la c�rcel hab�a ratas. All� se hac�an bienes de cuero, as� que hay muchas ratas. Cuando pod�amos atrapar una rata, pens�bamos que era un d�a afortunado. Si nos encontraban atrap�ndolas, �ramos puestos en celdas de confinamiento solitario. No pod�amos cocinar la rata, as� que la com�amos cruda. Cuando come un pedazo de pan y agua salada y pasa un a�o as�, el ser humano pierde el sentido del gusto. Pod�amos comernos las ratas sin sentir el sabor.

 

Cuando estuve all�, hab�a 24 campos de prisi�n. Despu�s de eso se redujo el n�mero a la mitad. Sin embargo, hay 200.000 prisioneros y en otro tipo de prisiones otros 200.000. Un total de 400.000 prisioneros. Todos los norcoreanos saben que hay c�rceles, e incluso ni�os de tres a�os saben que hay c�rceles y cuando lloran se les dice: "ser�s enviado a un campo de prisi�n", y dejan de llorar. La gente es muy cuidadosa de expresar su opini�n, incluso una palabra, porque no saben cu�ndo ser� capturada y encarcelada si dice algo incorrecto�.

 

Por su parte, Shin Dong-hyuk[16] dice que fue torturado y vio a su madre ahorcada y su hermano disparado a muerte. A pesar de que escap� al Sur, ha encontrado gran dificultad para aprender a vivir simplemente una vida normal all�.

 

Su testimonio comienza con la historia de su nacimiento en el campo Nro. 14, de padres cuya uni�n fue arreglada por guardias de prisi�n. Como premio por su excelente trabajo como mec�nico, su padre recibi� a la mujer que ser�a su madre. Shin vivi� con ella hasta que tuvo 12 a�os, cuando lo sacaron para enviarlo a trabajar con otros ni�os.

 

Shin describi� el com�n y casi rutinario salvajismo del campo: la violaci�n de su sobrina por guardias de prisi�n y los golpes hasta morir de una ni�a que fue encontrada con cinco granos de trigo no autorizado en su bolsillo. �l mismo una vez encontr� tres granos de ma�z en un mont�n de esti�rcol de vaca, los recogi�, limpi� con la manga y se los comi�. "As� de miserable como puede parecer, ese fue un d�a de suerte", dijo.

 

Kwon Hyok, un ex agente de inteligencia norcoreana, termin� persuadi�ndose de desertar hacia el sur y finalmente relatar�a los horrores que vio en el campo en el cual trabajaba.

 

Explic� que "en Corea del Norte los prisioneros pol�ticos son aquellos que dicen o hacen algo contra el presidente muerto Kim Il Sung, o su hijo Kim Jong Il. Pero tambi�n est� incluida una amplia red de parientes".

 

La tortura, dijo, era una rutina. "Los prisioneros eran como cerdos o perros. Pod�as matarlos sin preocuparte de si viv�an o mor�an". Luego describi� la tortura del agua, la de colgarlos, la caja de encierro y c�mo �l mismo orden� ejecuciones p�blicas en el campo, no s�lo para los que trataban de escapar sino tambi�n para toda su familia y las familias de sus vecinos, llegando a ejecutar a 31 miembros de cinco familias por el �crimen� de uno de ellos.

 

Cont� tambi�n que hab�a presenciado experimentos qu�micos sobre prisioneros pol�ticos en cuartos construidos especialmente en el campo. Varios gases diferentes, incluyendo a uno que llam� Vinyla, relacionado con la fibra artificial Vinalon. Describi� las instalaciones- cuartos de vidrio dentro de otra sala mayor - sellados y con una ventanilla de ventilaci�n por donde entraba el gas. Por encima hab�a una galer�a de observaci�n donde los cient�ficos contemplaban la agon�a de sus v�ctimas.

 

"La escena m�s inolvidable que recuerdo fue cuando vi a toda una familia morir. Fueron metidos en el cuarto y los vi sofocarse a todos hasta la muerte. La �ltima persona en morir fue el hijo m�s peque�o que estaba llorando por sus padres hasta que muri�".

 

Luego explic� que las v�ctimas m�s j�venes de estos experimentos eran ni�os y los mayores estaban en su sexta d�cada de vida. Eran escogidos por otros y llevados al cuarto para ser desnudados y recibir el "tratamiento". Antes de su ingreso se chequeaba que no estuvieran enfermos.

 

Al ser preguntado, "�qu� sent�a usted al ver morir ni�os?", su respuesta fue: "No sent�a simpat�a en absoluto porque me hab�an ense�ado a pensar que ellos eran todos enemigos de nuestro pa�s y que todos los problemas de nuestro pa�s eran su culpa. As� que yo sent�a que merec�an morir"[17].

 

Notas:

[1] Informe sobre Derechos Humanos en Corea del Norte. Instituto Coreano para la Unificaci�n Nacional. 2006.

[2] "El gulag escondido: exponiendo los campos de prisioneros de Corea del Norte". David Hawk. Comit� de los Estados Unidos para los Derechos Humanos en Corea del Norte. 2003.

[3] "Derechos humanos en la Rep�blica Democr�tica de Corea". David Weissbrodt. Minneapolis: Comit� Internacional de Abogados de Minnesota. 1988. p�gs. 88-95.

[4] Se cree que unos 400.000 prisioneros han muerto en esos campos en los �ltimos 30 a�os. ("La Comunidad Internacional y Derechos humanos en Corea del Norte". Choi Sung-chol. Centro para el Avance de los Derechos Humanos Norcoreanos. 1996. El estimado cubre el per�odo de 1972 a 1995).

[5] Testimonios en "Gulags de Corea del Norte". Claudia Rosett. 22 de octubre de 2003. The Wall Street Journal.

[6] Esta informaci�n es consistente con el testimonio de Sun Ok Lee y otros ex detenidos. Ver especialmente "Voces desde el Gulag de Corea del Norte". Larry Diamond. Se�l. Life and Human Rights Press, 1998.

[7] "Acuarios de Pyongyang". Kang Chol-hwan y Pierre Rigoulot. Basic Books, 2001.

[8] "El gulag escondido: exponiendo los campos de prisioneros de Corea del Norte". David Hawk. Comit� de los Estados Unidos para los Derechos Humanos en Corea del Norte. 2003.

[9] Estatuto de Roma del Tribunal Penal Internacional, 17 de julio, 1998.

[10] "Muerte, Terror en el Gulag de Corea del Norte". Robert Windrem. NBC News, 15 de enero de 2003.

[11] Estatuto de Roma del Tribunal Penal Internacional, 17 de julio, 1998.

[12] "El gulag escondido: exponiendo los campos de prisioneros de Corea del Norte". David Hawk. Comit� de los Estados Unidos para los Derechos Humanos en Corea del Norte. 2003.

[13] "Muerte, Terror en el Gulag de Corea del Norte". Robert Windrem. NBC News, 15 de enero de 2003.

[14] "Acuarios de Pyongyang". Kang Chol-hwan y Pierre Rigoulot. Basic Books, 2001.

[15] Grupos de derechos humanos estiman que 200.000 personas ahora se encuentran en campos de prisi�n de Corea del Norte. Muchos de los campos han sido vistos en im�genes de sat�lite, pero Corea del Norte niega su existencia. ("Im�genes revelan escala de campos de prisioneros de Corea del Norte". 3 de mayo de 2011. Amnist�a Internacional) / �Fugitivo relata los horrores en un campo de prisioneros en Corea del Norte�. Blaine Harden. Washington Post Foreign Service. 11 de diciembre de 2008.

[16] "Fugitivo cuenta los horrores de un campo de prisioneros en Corea del Norte". Blaine Harden. Washington Post Foreign Service. 11 de diciembre de 2008.

[17] "Vi asesinar a una familia entera". The Telegraph. 1 de febrero de 2004.
 

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