En
1928 Mao Tse-tung, el l�der comunista chino, instruy� a uno de sus subordinados
confiables, Tan Chen-lin, sobre comenzar a cultivar opio a gran escala.
Mao ten�a dos objetivos: obtener dinero para suministros que necesitaban y
'drogar a la regi�n blanca',
donde "blanco" era un t�rmino ideol�gico, no racista, que Mao usaba para
referirse a su oposici�n no-comunista. La estrategia de Mao era simple; usar
drogas para suavizar la zona escogida. Entonces, despu�s de que una regi�n
capturada hab�a sido asegurada, se prohib�a el uso de todos los narc�ticos y se
impon�a estrictos controles para asegurar que las amapolas permanecieran como
instrumento exclusivo del estado para uso contra sus enemigos.
Mao comenz�
usando el opio como arma pol�tica contra su propio pueblo, los chinos, durante
su impulso para establecer el comunismo a lo largo de China. Su uso del opio se
expandi� simplemente porque prob� ser un arma muy efectiva.
Tan pronto
como Mao tuvo total control sobre China continental en 1949, la producci�n del
opio fue nacionalizada y el tr�fico de narc�ticos se dirigi� contra los estados
no-comunistas, convirti�ndose en una actividad formal del nuevo estado
comunista, la Rep�blica Popular de China.
La
operaci�n de tr�fico chino se expandi� r�pidamente. Los objetivos oficiales eran
Jap�n, las fuerzas militares de Estados Unidos en el Lejano Oriente, los pa�ses
vecinos orientales y Estados Unidos. Las primeras organizaciones involucradas a
inicios de la d�cada de 1950 fueron el Ministerio de Relaciones Exteriores
chino, el Ministerio de Comercio, y el Servicio de Inteligencia. Corea del Norte
tambi�n estaba traficando narc�ticos
en cooperaci�n con China en ese momento, y estaba directamente conectada con el
flujo de drogas a Jap�n y las bases militares norteamericanas en el Lejano
Oriente.
El problema
de narc�ticos dom�sticos en Jap�n se volvi� serio hacia 1949.
La Divisi�n de Investigaci�n Criminal de las Fuerzas Armadas Americanas en
Jap�n, junto con las autoridades japonesas, comenzaron a construir una red a
trav�s de todo Jap�n para determinar c�mo estaban entrando las drogas al pa�s.
Para 1951, los japoneses identificaron oficialmente los narc�ticos que entraban
ilegalmente a su pa�s y las fuentes del tr�fico, que eran los comunistas chinos
y norcoreanos. Este tr�fico no estaba limitado al opio y la hero�na, sino que
inclu�a hach�s, marihuana, coca�na y peligrosos estimulantes sint�ticos como
drogas del grupo hiropon y aminobuteno.
Estos sint�ticos particulares eran especialmente peligrosos y se considera que
fueron responsables de serios problemas de salud que aparecieron por primera vez
en Jap�n a inicios de la d�cada de 1950.
La
experiencia de Estados Unidos fue similar a la de Jap�n. El nuevo tr�fico fue
identificado por primera vez a fines de la d�cada de 1940. Agentes de aduanas y
narc�ticos crearon redes para identificar las nuevas fuentes y en 1951
comenzaron a incautar grandes cantidades de hero�na en puertos importantes como
el de Nueva York, San Francisco y Seattle.
Se determin� que la hero�na hab�a sido manufacturada en China y el tr�fico era
controlado por chinos.
En uni�n
con el surgimiento del tr�fico internacional de narc�ticos chinos en 1949-52, la
producci�n de opio aument� constantemente y alcanz� una meseta de 2.000 a 3.000
toneladas por a�o. Esta producci�n se mantuvo pareja hasta 1958-64, cuando
aumentar�a a alrededor de 8.000 toneladas como parte del "gran salto adelante".
Las fechas
de estos aumentos son importantes. Examinando el uso de narc�ticos en los
Estados Unidos, hay dos cambios abruptos en el patr�n de crecimiento que
destacan. El uso de narc�ticos en Estados Unidos declin� durante las d�cadas de
1930 y 1940. Sin embargo hubo un aumento abrupto hacia 1949-52 simult�neamente
con el lanzamiento de la operaci�n de tr�fico de narc�ticos de China. Tras 1952
los niveles de consumo se estabilizaron. Luego, a fines de la d�cada e inicios
de la de 1960, comenz� un nuevo gran aumento. Este segundo cambio abrupto en el
patr�n de crecimiento coincide casi precisamente con una segunda expansi�n en la
operaci�n de narc�ticos china y con la entrada de la Uni�n Sovi�tica en el
tr�fico de drogas. Esta correlaci�n es uno de los indicadores de que el
crecimiento del tr�fico y uso de drogas no es un simple proceso evolutivo, o un
fen�meno dominado por la demanda de los consumidores. En realidad, hay grandes
fuerzas trabajando en el est�mulo y extensi�n del consumo.
En el caso
del tr�fico chino, no hay duda de que era una actividad oficial del estado. La
informaci�n sobre los emprendimientos de tr�fico chinos y norcoreanos fue
obtenida por la Seguridad Interna japonesa, Inteligencia de la Armada de los
Estados Unidos, el Bureau de Narc�ticos de los Estados Unidos, junto con la
asistencia encubierta de agentes del Tesoro, y por activos encubiertos de la CIA
en China.
La informaci�n identifica claramente las fuentes de producci�n, manufactura y
establecimientos de empaque, redes de tr�fico e incluso organizaciones de
gesti�n.
La operaci�n china de narc�ticos tambi�n fue penetrada y observada por los
servicios de inteligencia sovi�tico y checoslovaco, ya que ciertas operaciones
se conduc�an en conjunto con los comunistas coreanos, vietnamitas y japoneses.
Estas
operaciones tambi�n fueron descritas por varios oficiales chinos que despu�s
dejaron su pa�s y consiguieron asilo pol�tico en otros pa�ses. Uno de esos
oficiales que se fue a fines de la d�cada de 1950 describi� una reuni�n secreta
de oficiales del estado en 1952, cuando la operaci�n china fue reorganizada, y
se adopt� un plan de 20 a�os.
En esa reuni�n se tomaron decisiones para estandarizar grados de narc�ticos,
establecer normas de promoci�n, ajustar precios dise�ados para estimular un
marketing agresivo, despachar representantes de ventas, expandir la
investigaci�n y producci�n, y reorganizar responsabilidades gerenciales.
Esta informaci�n tambi�n fue confirmada por datos colectados por agentes de
inteligencia sovi�ticos y checoslovacos.
La
organizaci�n detr�s de las operaciones de narc�ticos chinos era extensiva e
involucraba a varios ministerios y agencias desde los niveles nacionales hasta
los locales. Estas organizaciones supervisaban la recuperaci�n de tierras para
la producci�n (Ministerio de Silvicultura y Recuperaci�n), cultivo e
investigaci�n para producir mejores variedades de amapolas (Ministerio de
Agricultura); desarrollo de opi�ceos (Comit� para el Examen de Austeridad);
gesti�n de almacenamiento y preparaci�n para la exportaci�n (Ministerio de
Comercio); gesti�n de organizaciones de comercio exterior (Ministerio de
Comercio Exterior); control estad�stico y programaci�n (Junta de Producci�n del
Gobierno Central); finanzas (Ministerio de Hacienda); marketing a trav�s de
representantes especiales e intriga pol�tica (Ministerio de Relaciones
Exteriores); y operaciones encubiertas y de seguridad (Ministerio de Seguridad
P�blica).
El tr�fico
inclu�a contrabando cl�sico, transporte por compa��as navales (a sabiendas o sin
saberlo); uso de comunistas y personas de etnia china en el extranjero;
colaboraci�n con sindicatos de crimen organizado internacional; uso de puestos
extranjeros de entidades matrices continentales; abuso de privilegios
diplom�ticos; uso de mercanc�a de marca normal como cubierta; transporte por
correo; y falsificaci�n o envase de marcas falsas.
La estrategia y t�cticas de drogas sovi�tica empleaba t�cnicas, gerenciamiento y
organizaci�n, blancos y motivaciones bastante similares, aunque en un estilo
sovi�tico leninista, y a una escala considerablemente ampliada.
A lo largo
de las d�cadas de 1950 y 1960, probablemente el ejercicio del control cotidiano
oficial m�s importante sobre las operaciones de narc�ticos en China fue de Chou
En-lai. Como el ide�logo jefe sovi�tico, Mikhail A. Suslov, explic� durante un
discurso en China en una reuni�n del Comit� Central Sovi�tico en febrero de
1964, la estrategia de Chou En-lai era 'desarmar a los capitalistas con las
cosas que les gusta saborear (refiri�ndose a drogas)'.
El profesor
J. H. Turnbull era cabeza del Departamento de Qu�mica Aplicada en la Real
Universidad Militar de Ciencias, Shrivenham, en el Reino Unido, y un experto en
tr�fico de narc�ticos y sus implicaciones estrat�gicas. En 1972, tras la
publicidad enfocada en el uso masivo de narc�ticos contra los soldados
norteamericanos en Asia Sudoriental, Turnbull prepar� un resumen sucinto de la
estrategia china de tr�fico de narc�ticos. El tr�fico chino, escribi�, estaba
"dirigido principalmente a los mayores sectores industriales del Mundo Libre. En
t�rminos puramente comerciales, esto ofrece objetivos evidentes, ya que
proporciona mercados grandes y ricos...".
Esos sectores industriales l�deres eran particularmente vulnerables debido a la
naturaleza abierta de la sociedad subyacente.
La
producci�n y distribuci�n de drogas, enfatiz� Turnbull, era "una fuente valiosa
de ingresos nacionales, y una poderosa arma de subversi�n".
Luego identific� tres objetivos b�sicos de las actividades subversivas chinas
empleando drogas: financiar actividades subversivas en el extranjero; corromper
y debilitar al pueblo del Mundo Libre; y destruir la moral de los militares
norteamericanos en servicio en el sureste asi�tico".
La
conclusi�n de Turnbull fue casi id�ntica a la alcanzada veinte a�os antes por el
Comisionado de Narc�ticos norteamericano, Harry Anslinger. Y es igualmente
relevante hoy. La diseminaci�n encubierta de narc�ticos opi�ceos, en particular
la adictiva hero�na, para prop�sitos comerciales y subversivos, representa una
de las amenazas m�s graves a los servicios armados y sociedades del Mundo Libre.
La operaci�n subversiva debe ser reconocida como una forma peculiar de guerra
qu�mica clandestina, en la cual la v�ctima se expone a s� misma voluntariamente
al ataque qu�mico.
De "Coca�na roja: drogando a Am�rica
y Occidente".
Joseph D. Douglass. Edward Harle
Limited.
1990.