La
situaci�n no cambiar�a esencialmente en el per�odo posterior al conocido como
Terror Rojo. Por razones t�cticas en 1922 el nombre de la Cheka fue cambiado al
de Oficina Pol�tica del Gobierno. Pero la sustancia y forma de la organizaci�n
Cheka, e incluso sus actividades personales, permanecieron invariables. Y el GPU,
como era llamado ahora, tuvo la misma reputaci�n que su predecesora.
El nuevo
per�odo del Terror Rojo fue llamado el per�odo de "Terror Tranquilo", porque a
trav�s del pa�s bajo el peso del Terror desaparecieron todos los vestigios de
vida pol�tica. La gente, deprimida psicol�gicamente y f�sicamente exhausta, no
mostraba actividad pol�tica. Y sin embargo, como antes, las prisiones se
llenaron con prisioneros pol�ticos.
Arrestos y
deportaciones masivos, decretados por las cortes y por �rdenes de la
Administraci�n - que les enviaban a lugares remotos, olvidados, despoblados y
m�s indeseables clim�ticamente en Siberia, Turkest�n y las Islas Solovets -
ten�an lugar a diario.
El poder
del GPU se extend�a como antes a las vidas de los arrestados, y cuando el GPU lo
consideraba �til, el t�rmino arbitrario de sus v�ctimas (el derecho de la Cheka
de disparar en circunstancias especiales fue nuevamente revivido en 1924).
El
espionaje universal, penetrando en familias individuales, segu�a la pista dela
aparici�n del esp�ritu anti-sovi�tico entre las distintas clases de poblaci�n.
Las formas en que el Terror Tranquilo se llev� a cabo estuvieron marcadas por
m�s "justicia revolucionaria" que las org�as sedientas de sangre del per�odo del
Comunismo militar y la guerra civil.
Esta
"justicia revolucionaria" expresaba que las funciones ilimitadas de la antigua
Cheka estaban limitadas y algunas de ellas eran entregadas a las cortes.
"Inevitablemente", escribe Lenin, la infalible autoridad comunista, en 1918, "en
la medida de que la meta original del poder Bolchevique no se vuelve represi�n
militar, sino gobierno, la manifestaci�n t�pica de represi�n y condena no ser�
disparar en el punto, sino el juicio en la corte". Pero la corte no ser�a
diferente "de un �rgano tal como la Cheka", declara Krylenko en su libro "Corte
y Ley en RSSS", publicado en 1927.
Krylenko se
refiere al testamento de Lenin, recuerda las palabras pronunciadas por �l en el
primer per�odo de la Nueva Pol�tica Econ�mica: "Las cortes revolucionarias deben
decretar la ejecuci�n por disparo cuando est� probado que el acusado es un
Menchevique". Cuarenta y tres art�culos completos del C�digo Criminal daban a
las cortes revolucionarias la posibilidad de sentenciar al acusado a muerte en
la Rep�blica Sovi�tica. �Esto no es Terror Rojo? Es la corte revolucionaria.
De "El Terror Rojo en Rusia" (cap�tulo "El registro del Terror Rojo"). Sergei
Petrovich Melgunoff. 1975.