Aturdida
por el impacto de la masacre noruega, la opini�n p�blica hoy asiste -
hipnotizada como est� - a un verdadero festival medi�tico dantesco. Las usinas
period�sticas trabajan sin cesar por mucho m�s que una jugosa y previsible
facturaci�n multimillonaria.
Las
�vedettes� del momento son los �intelectuales� omnipresentes que hacen del
horror un fest�n macabro. Algunos, incluso, festejan el crimen repudiable como
lo hicieron con las muertes de las Torres Gemelas.
�Hay alg�n
motivo para esos festejos? Por inconcebible que parezca, la mente criminal de la
�Intelligentzia�
moderna - devenida en �quinta columna�
para el socialismo e Islam - se regocija con el dolor: no podr�an ser m�s
rentables el hecho o el momento.
Una
denuncia necesaria: ��operaci�n rescate� para las izquierdas?
Tras las
elecciones portuguesas y el fin del socialismo espa�ol, Europa terminaba de dar
la espalda a la izquierda. De los 27 pa�ses de la Uni�n, salvo Grecia y
Eslovenia, todos expulsaron a los socialistas del poder.
Las
insostenibles cat�strofes nacionales que arrastraron a las bolsas
internacionales a la locura, sellaron el destino de las otras experiencias
populistas. Junto a sus dirigentes, los intelectuales �progresistas� daban
manotazos de ahogado, empe�ados en defender lo insostenible. Am�rica comenz� a
resentir, de norte a sur, los efectos de la agon�a roja.
En tanto,
la muerte del terrorista Bin Laden puso sobre el tapete la amenaza del
fundamentalismo musulm�n, con sus ramificaciones y conexiones en materias de
seguridad nacional, terrorismo, narcotr�fico y trata de esclavos. Paralelamente
renaci� el debate sobre el problema inmigratorio y demogr�fico que borrar� de
Europa los vestigios cristiano-occidentales dentro de pocos a�os. Alemania, sin
ir m�s lejos, ser� mayoritariamente musulmana dentro de menos de tres d�cadas y
con ella Holanda y otras naciones que ser�n dominadas f�cilmente, sin luchas ni
conflictos.
Tal era la
desesperante situaci�n de las izquierdas que reinaba en el mundo cuando lo
inconcebible tuvo lugar. Uno conveniente hasta lo inveros�mil.
Se hace
necesario desenmascarar la amplia maniobra publicitaria que ha comenzado a tener
lugar a nivel internacional, procurando salvar de la agon�a a los moribundos.
Lo
inaudito y el terror: un crimen inconcebible
La ma�ana
del 22 de julio, Noruega despertaba con los ecos de la lejana visita del
representante palestino. La naci�n n�rdica comprometi� su apoyo a imponer el
reconocimiento de Palestina como Estado, con derecho a constituir ej�rcitos y
autonom�a en territorios reclamados por Israel como propios. Fue el d�a anterior
al atentado y desde el mismo campamento donde ocurrieron los asesinatos, cuando
el Ministro de Asuntos Exteriores, Jonas Gahr St�re, hab�a declarado respecto al
asunto palestino: �La ocupaci�n debe terminar, el muro se debe demoler y hay
que hacerlo ya�.
Los hechos
son conocidos. Un coche-bomba con una exorbitante cantidad de explosivos detona
frente a las oficinas del primer Ministro causando enormes da�os materiales,
muertos y heridos. Horas despu�s el mismo terrorista se dirige al siguiente
punto de la agenda del mandatario y arriba a la Isla de Utoya, al campamento
juvenil del Partido gobernante. All� carga un arma de guerra con municiones
explosivas para destrozar los cuerpos de j�venes de entre 13 y 22 a�os. Dispara
sin descanso, escogiendo entre las v�ctimas que hu�an despavoridas e indefensas.
Inexplicablemente, pasada una hora desde el comienzo de la masacre, llega la
polic�a y detiene sin resistencias al autor de la cacer�a humana. Anders Behring
Breivik, de 32 a�os, se entrega voluntariamente y es puesto en prisi�n
preventiva, arriesgando una pena m�xima de apenas 25 a�os de c�rcel� condena por
completo insuficiente respecto al crimen masivo, y que recibir� s�lo si su
defensa no logra un mejor acuerdo con los jueces. Behring solicita un juicio
p�blico para acceder a la mayor publicidad posible. Y pide, adem�s, asistir en
un peculiar �uniforme� manufacturado por �l mismo.
As� ha
pasado a la historia como el mayor psic�pata serial desde la Segunda Guerra
Mundial. Las masacres anteriores, europeas o americanas, palidecen en n�mero de
v�ctimas y crueldad� si es aceptable tal punto de comparaci�n.
�Por qu�
Noruega?
El s�ptimo
pa�s con mejor nivel de vida a escala mundial, con un ingreso per c�pita de US$
54.600
y una tasa de cesant�a casi inexistente, es un remanso de paz en medio del caos
europeo. La monarqu�a protestante, sin embargo, acusa fisuras irreversibles. Su
crisis de natalidad - semejante al promedio europeo - es tan baja que nacen
menos personas que las que mueren. La poblaci�n envejece sin posibilidad de
renovarse. Su pol�tica de inmigraci�n y multiculturalismo aparece, por tanto,
como un oscuro anuncio del fin de la naci�n dentro de no mucho tiempo. Esto ha
disparado la alerta en algunos sectores minoritarios de la poblaci�n.
Sin
embargo, el temperamento frio de los noruegos hace transitar el proceso con una
pasividad que hace impensables grandes movilizaciones, protestas violentas o
cambios dram�ticos en las pol�ticas gubernamentales.
El crimen
de Behring se cometi� con las garant�as psicosociales necesarias para causar
terror por el factor de lo impensable. Y con las garant�as de un tratamiento del
caso que desde otras naciones ser�a - como m�nimo - calificada de indignante e
insostenible impunidad. Horas despu�s de los cr�menes, el gobierno noruego
respondi� enf�tico: �responderemos el atentado con m�s democracia�.
El
terror como arma psicol�gica
�Qu�
requiere el terror para ser posible? No es la cantidad de v�ctimas, ni la
calidad de �stas. Simplemente requiere ser impredecible. El terror como tal
necesita que la gente nunca sepa si ser� v�ctima de un acto terrorista. �sta es
la cuesti�n fundamental que aparece en Noruega,
De la nada,
sin motivos ni avisos, sin sentido y con todo un aparataje de fondo que proyecta
la posibilidad de nuevos cr�menes del mismo tenor, el crimen de Behring pas� a
habitar en el inconsciente de los noruegos y atraviesa fronteras para mezclarse
con cualquier semejanza con los aparentes motivos y perfil del hoy tristemente
c�lebre terrorista.
El
absurdo perfil
Tres fueron
los movimientos de la prensa: primero, un relato confuso que vinculaba el
atentado con un polic�a local. Luego, la reivindicaci�n del atentado por parte
de un frente fundamentalista isl�mico, suceso que r�pidamente fue desmentido
por la cadena musulmana Al-Jazeera, que entreg� una informaci�n precisa y
acabada del verdadero criminal, adelant�ndose a las informaciones de los
organismos de inteligencia internacional, y demostrando as� un impresionante
conocimiento de los hechos. Y como tercer movimiento, la propagaci�n urbi et
orbi del perfil que se quiso publicar en las primeras planas mundiales.
Para estos
efectos, se tratar�a de un �cat�lico ultraderechista, antimarxista y xen�fobo
obsesionado con aplastar el Islam�. Se le vincula con el nazismo, con los
grupos neoconservadores interesados en el �falso problema mahometano� para
justificar el �inexistente choque de las civilizaciones� y hasta con el
apartheid sudafricano.
Tambi�n se
le presenta como un granjero intelectual que los �ltimos 9 a�os investig� y
escribi� un voluminoso tratado-declaraci�n de m�s de 1.500 p�ginas.
Pero los
hechos, poco a poco, comienzan a caer por tierra ante el avance de los
investigadores. No as� de la prensa interesada en remarcar este falso perfil.
La
poblaci�n cat�lica de Noruega alcanza apenas el 1%. Y en el escrito publicado
por Behring - que no es cat�lico - vomita odio por el catolicismo y considera a
la religi�n como un mero instrumento social. Es pagano y en su desequilibrio ve
el retorno a un paganismo esoterista de corte neo-templario como un arma para
luchar contra el avance imparable del Islam, desde la fundaci�n de su propia
extra�a �iglesia�.
Quienes
revisamos ese voluminoso mamarracho constatamos con no mucha sorpresa que se
trata de un burdo fraude hecho de �cortar y pegar� de Internet textos de toda
suerte y condici�n. Basta tomar cualquier frase al azar, pegarla en un navegador
y aparecer�n cientos de entradas con la misma frase provenientes de distintos
autores y temas. Desfilan ante el pasmado lector informes de cosechas de
remolacha, especificaciones de bal�stica, datos de armaduras, antecedentes del
marxismo cultural, la actualidad de la invasi�n musulmana a Europa y fotograf�as
personales como anexo a la �declaraci�n�, mezclando informaci�n de autores
serios con infobasura.
�Fueron
necesarios 9 a�os para escribir un texto armado a las apuradas, inconcluso e
incoherente, con material recientemente publicado en la red?
Apenas
podr�a considerarse motivo de inquietud su plan de acci�n, si fuese cierto -
como declara - que cuenta con criminales de guerra serbios entrenando
simpatizantes en el norte de �frica. Lo �nico original del texto es su �plan� de
dominaci�n: tres fases de acci�n, con una primera (1999-2030), que despertar� la
�conciencia dormida de los europeos� haciendo uso de de 'ataques
sobrecogedores de las c�lulas clandestinas', haciendo uso del terror por
acciones criminales ejecutadas por una o dos personas. La segunda fase
(2030-2070), da paso a la insurgencia armada y prev� dar golpes de Estado.
Finalmente, la tercera fase (2070-2083), viene a ser propiamente la guerra en
contra de los inmigrantes musulmanes. Sobra decir que cualquier analista serio
descartar�a tal quimera por ignorar los datos m�s esenciales del panorama
geopol�tico actual, con sus pormenores demogr�ficos, militares, econ�micos,
pol�ticos y geogr�ficos.
Como si los
absurdos no fuesen suficientes, el trabajo del �nacionalista� noruego est�
publicado y plagiado casi por completo del� ingl�s. Un verdadero escarnio para
la pureza racial que pretender�a Behring en �su� trabajo.
Algunas
precisiones necesarias
Quedar�an
muchos aspectos m�s para comentar sobre los absurdos e incoherencias de este
caso. Pero baste con consignar que el terrorista noruego no es quien se pretende
imponer como perfil.
Ser
fundamentalista no significa lo que la prensa �conservadora� quiere declarar con
buena fe, haci�ndola pasar por un movimiento protestante anticat�lico
decimon�nico. Un fundamentalista propone arrasar todo el desarrollo,
enriquecimiento y tradici�n adquirido con el paso de los siglos, para volver a
lo que imaginan son los �fundamentos� de lo que creen. En el catolicismo se
vivi� como la siniestra �Teolog�a de la Liberaci�n�, movimiento fuertemente
progresista, que pretend�a �volver� a un (inexistente) socialismo de los
primeros cristianos, borrando 2.000 a�os de doctrina y tradici�n de la Iglesia.
Un fundamentalista musulm�n pretende borrar la cultura de Sherezade, por
ejemplo, para imponer una sociedad no muy distinta pero si muy af�n a la de la
Teolog�a de la Liberaci�n. Y as� con todo lo que se pretenda aniquilar como
progreso y se pida retornar a un �fundamento original�, de corte marxista.
La
propuesta de Behring no corresponde en absoluto al ideario de la �derecha�, ni
siquiera como una ant�tesis de lo que propone la izquierda.
Tampoco
eleva una proposici�n que pueda identificarse con el nacionalismo cl�sico, si
bien confunde al p�blico por su socialismo de corte nacional, en oposici�n al
socialismo de corte internacional m�s propio del marxismo.
En cuanto a
la acusaci�n de xenofobia, parecer�a estar justificada por su denuncia al
problema de Eurabia.
Sin embargo, la xenofobia pretende acusar al pensamiento de quien rechaza todo
lo extranjero por s� mismo, por provenir desde afuera de su territorio. Y no es
�ste el caso, vista su propuesta de unificaci�n europea en un frente com�n
contra el Islam. Behring reconoce, incluso, su amistad con j�venes de otras
razas y credos.
Finalmente,
no podemos obviar un punto fundamental. El terrorista de Noruega es mas�n grado
3 de la Logia de Noruega, cuyo sistema particular de grados alcanza hasta el 10.
�Qu� podr�a
tener de cat�lico, nacionalista, derechista y xen�fobo un mas�n? Cuando se
especula sobre las intrigantes complicidades que requiri� Behring para adquirir
los materiales, armamentos y facilidades, estas cuestiones se abren como
preguntas candentes e inquietantes.
�Un
Frankenstein utilitario?
Los
expertos en manejo pol�tico social conocen bien la necesidad del uso de im�genes
muy claras para manipular a la opini�n p�blica. Los estereotipos suelen ser
ideas muy simples, capaces de ser comprendidas por la mente de un ni�o de 5
a�os. La maestr�a de los l�deres y psic�patas es crear im�genes tan claras y
f�ciles de aceptar y utilizar que se convierten en parte de una cultura. Y
mueven a la poblaci�n en el sentido deseado.
�Qu�
caricaturiza el monstruo de Oslo? Es una parodia grosera, ya lo dijimos, del
�enemigo� com�n tanto de la izquierda como del islam. Pero no es cualquier
enemigo. Se trata de lo que para ellos se convierte en el m�s temible. Y, por
ser una caricatura, parodia pero no se parece en absoluto al original.
Este
Frankenstein delirante quiere pasar por derechista. Para eso propone un nuevo
orden que nada tiene de cristiano ni de derechas. Quiere hacer pasar el
anticomunismo por un anti-marxismo que se opone al socialismo internacional por
cuestiones de enfoque. Quiere pasar por cristiano invocando algunos s�mbolos
pero carg�ndolos de doctrinas anticristianas y conceptos anticat�licos. Quiere
pasar por defensor de su derecho de expresi�n, pero defiende a los homosexuales
o a las masacres terroristas, contrariando los principios m�s elementales de las
confesiones jud�as o cristianas, a las que dice adherir de una u otra forma.
Este
Frankenstein es el palad�n, por oposici�n, de la imposici�n del llamado
�multiculturalismo�, una doctrina moderna que pretende que todo valga y nada se
excluya. Es una pantomima de lo opuesto al plan de las izquierdas y el nuevo
orden mundial.
Gracias a
este monstruo, podr�n caminar tranquilos y �demonizar� a sus enemigos o,
incluso, a quienquiera que no est� de acuerdo con cualquiera de los puntos que
defiende una revoluci�n que hasta ese momento agonizaba y era rechazada con
violencia por las naciones y la opini�n p�blica europea.
La
izquierda macabra: el fest�n de los cad�veres. Un respiro en su agon�a
�Qu�
motivos tiene la izquierda para festejar? Lo que la Intelligentzia
festeja desde la prensa, a trav�s de ediciones en preparaci�n o desde las
c�tedras universitarias, es que al fin ha surgido desde las tinieblas un
Frankenstein que parece hecho como un �retrato robot� de todo lo que
desean condenar.
Gracias a
este monstruo hoy cuentan con una grotesca caricatura aterrorizante que encarna
todo los males. De este modo queda anulada a priori cualquier denuncia o
iniciativa contra los peligros del socialismo, del avance musulm�n, sobre
pol�ticas inmigratorias o incluso, por ejemplo, la respuesta israel� frente al
problema de Medio Oriente.
Surgir�n
los Chomskys del mundo entero pregonando el peligro terrorista en que se
convierte quienquiera que no se someta a su perversa dictadura intelectual.
Escribir�n los Ramonets del mundo para explicar la amenaza �neoconservadora� y
la urgencia de censurar y combatir a quienes defiendan una ideolog�a opuesta a
la suya, o que denuncie la amenaza isl�mica o comunista, los cr�menes cometidos,
los m�todos utilizados, etc, hasta proponer incluso observar como potenciales
peligros a quienes se han dedicado a mantener un informe actualizado de lo que
ocurre a nivel mundial. As�, el acusador se convierte en acusado, y el verdadero
criminal tiene las v�as totalmente abiertas para hacer lo que quiera.
Faltar�n
palabras para defender a los reg�menes totalitarios o grupos terroristas con los
que simpatizan la izquierda o la Yihad. O para aplastar iniciativas pro-vida,
pro libertad econ�mica, pro tradici�n religiosa, etc. Y unos y otros llenar�n
folios y folios de pasquines tendenciosos, para revertir la opini�n p�blica a su
total conveniencia e inter�s.
Todos
ellos, que sin excepci�n justificaron y festejaron cada crimen, atentado y
masacre terrorista de procedencia roja, separatista o mahometana en el pasado,
hoy se unen en una condena un�nime e implacable. Dos pesos y dos medidas. Dos
reacciones opuestas seg�n conviene para beneficio de sus ideolog�as perversas.
La
izquierda est� de festejo y celebra cada muerte y cad�ver que se agrega a la
lista, Mientras m�s espantoso sea el crimen, m�s estatura tomar� el monstruo.
Uno que ser� asociado a quienquiera que no concuerde con ella. As�, cualquier
iniciativa que disienta del programa socialista pro musulm�n, quedar�
autom�ticamente relacionado como un potencial �Noruega 2�.
Las
izquierdas y el Islam son los grandes ganadores de la masacre. Al fin tienen un
monstruo que se�alar con el dedo para decir: ��Ven?
Aqu� est� el verdadero peligro. He aqu� el verdadero rostro del enemigo. As� es
quien combate nuestras ideas�.
Tal
operativo de inteligencia pretende, por tanto, anular a quienes hasta hoy les
resultaba casi imposible detener, vistas las evidencias hist�ricas y actuales de
los peligros del Islam y el socialismo.
La
tormenta en el horizonte
Tal parodia
del enemigo que no pudieron acallar, tiene sus efectos en la opini�n p�blica.
Cualquier semejanza con el monstruo de Noruega ser� rechazada y temida como
potencial amenaza criminal. La prensa y sus corifeos intelectuales ya trabajan
sobre esta nueva imposici�n cultural.
No es
nuevo: fue la t�cnica favorita de la Uni�n Sovi�tica, cuya efectividad queda
demostrada en el famoso vuelco del t�rmino �fascista�. Originalmente compa�eros
ideol�gicos, amigos y aliados, pasaron a chocar sus intereses militares y se
combatieron entre ellos. Bast� esta �traici�n� para abarcar en una sola etiqueta
a quienquiera que no acepte por completo la ideolog�a perversa del comunismo.
Para ello procuraron cargar al fascismo todo sin�nimo e imagen de cr�menes,
crueldades y genocidios, de modo tal que acusar de fascista, en la actualidad,
equivale a una acusaci�n grav�sima que alerta sobre el grado de peligrosidad de
quien es as� tildado.
Sin
adscribir en absoluto a la ideolog�a socialista de Mussolini, no deja de llamar
la atenci�n esta completa reversi�n de t�rminos. Y ya sabemos por qui�n ha sido
orquestada.
Del mismo
modo, los reg�menes socialistas y populistas que agonizaban y retroced�an ante
el rechazo popular, junto con un Islam que sufr�a una progresiva desconfianza,
lograron revivir y pasar a comandar la primera l�nea de acci�n, atacando y
denunciando a quienes les combaten.
Hoy las
izquierdas tienen en las muertes de Oslo un �salvavidas� hecho a la medida.
Gracias al Frankenstein noruego, el Islam aparece como �nuevo proletariado�,
perseguido, oprimido, excluido e injustamente marginado, condenado a la pobreza
frente a la riqueza y ego�sta seguridad de los occidentales.
Israel ha
quedado en jaque, desarmado para cualquier movimiento diplom�tico que pretenda
defenderle de la amenaza de la Yihad que le rodea por todo Oriente medio. El
problema jud�o est� por encima de los juicios particulares y justificados que se
puedan elevar a favor o en contra. La cuesti�n en juego es la seguridad de
Occidente y lo que Israel representa como econom�a libre, democracia y �amigo�
de Occidente. Si Israel cae bajo la presi�n mahometana, ser� el triunfo de la
Yihad y el comienzo de una nueva era de terror y amenaza global.
La matanza
de Noruega ha despejado todo el camino. Cualquier resistencia a la invasi�n o
terrorismo musulm�n ser� vista como una r�plica del nuevo Frankenstein.
Ahora
podr�n callar otra vez las preguntas inc�modas sobre las responsabilidades
socialistas y musulmanas en los genocidios, guerras y hambrunas en �frica, Medio
Oriente y Asia, O complicidades sobre reg�menes que tambalean con guerrillas
internas, rebeladas contra tantos a�os de crimen e injusticia. E incluso podr�n
hacer callar las acusaciones por sus complicidades con el terrorismo
internacional, la industria de secuestros y narcotr�fico y tantos delitos que
crecen y prosperan bajo su protecci�n criminal.
Los
monstruos han revivido. Y comiendo de la bestialidad del crimen noruego, hacen
un fest�n macabro que les reanima, permite fortalecerse y conjurar nuevamente.
T�rmino aplicado a quienes cooperan desde dentro del sistema para
desestabilizar al poder constituido y facilitan el triunfo del enemigo.
Originalmente fue planteada por el General mola para referirse a las
fuerzas espa�olas que trabajaban clandestinamente por la liberaci�n de
la naci�n ib�rica de la dictadura sovi�tica que se pretendi� imponer en
la d�cada de los 30 y que dio origen al alzamiento popular culminado con
el triunfo espa�ol en abril de 1939. Sin embargo, el t�rmino evolucion�
en un sentido negativo para referirse a las minor�as desleales que
trabajan para el enemigo, saboteando, delatando, desmoralizando y
facilitando las acciones contra la comunidad que traicionan.
Teor�a de los cientistas pol�ticos que trabajan sobre la tesis de una
invasi�n silenciosa y eventualmente armada de las poblaciones musulmanas
sobre territorio europeo hasta alcanzar la conquista y dominio de los
antiguos territorios cristianos y occidentales.
Una experiencia semejante se aprecia con cada masacre anterior.
Cineastas como Michael Moore se apresuran en crear ingeniosos montajes
que �denuncian� el peligro neoconservador, �nico y exclusivo causante de
los cr�menes en el mundo. Para la tesis de las izquierdas, quien no es
como ellos es autom�ticamente un peligro para la sociedad, un psic�pata
en potencia y un c�mplice de una sociedad de consumo, causa final que da
origen a todos los delitos y cr�menes sobre la tierra.