Chile est�
amenazado: de ganar,
la auxiliar del
terrorismo armado
Michelle Bachelet
podr�a cumplir con
su programa de
gobierno.
�No descartamos la
construcci�n del
socialismo en Chile�
afirma Karol Cariola,
joven diputada de
ultraizquierda
catapultada al poder
tras manipular las
pasadas protestas
estudiantiles. Se
inspiran en los
modelos
latinoamericanos de
socialismo y nuevas
interpretaciones del
marxismo, aclara
frente a las c�maras
del popular programa
televisivo
Tolerancia Cero y
enfatiza �es el
socialismo y
posteriormente el
comunismo�.
�Si Bachelet no
cumple su programa�,
amenaza,
�saldremos a las
calles�.
Esta peque�a �Carrie�
� recordando el
personaje de terror
creado por Stephen
King en su primera
novela � hace una
c�lculo que, por
matem�ticas y
anatom�a, deber�a
convertirlos en
cucarachas: los
comunistas estar�n
con "los dos pies
en La Moneda, los
dos pies en la calle
y los dos pies en el
Congreso".
La presidenta
anarco-comunista de
la FECH (Federaci�n
de Estudiantes de la
Universidad de
Chile), Melissa
Sep�lveda � con
quien el comunismo
s�lo tiene
�diferencias de
forma� en palabras
de Karol Carriola -
secunda con
entusiasmo
revolucionario los
designios del
comunismo para
Chile, confirmando
que la izquierda no
cree en elecciones y
no deben votar en
los comicios
presidenciales, pues
"la �nica
garant�a es la
fuerza del
movimiento social"
para establecer
"el auto gobierno
popular y la
distribuci�n de las
riquezas. Y a eso
nosotros le llamamos
comunismo
libertario".
�Chile se encendi�
en llamas tras estas
intimidaciones? En
absoluto. La prensa
y los pol�ticos se
indignaron cuando la
historiadora Luc�a
Santa Cruz,
en una charla
privada denunci�
estos peligros. En
ella, la prestigiosa
profesional y
miembro de
directorios de
empresas y ONGs
alert� sobre los
fuertes cambios
conceptuales del
derecho de
propiedad, derecho a
la educaci�n, al de
expresi�n y a la
definici�n misma de
democracia. "Bajo
el concepto del
Estado Social de
Derechos�,
sostuvo, �ning�n
aspecto de la
institucionalidad
econ�mica, social y
pol�tica, escapa al
intento de reforma
radical basada en la
expansi�n de la
esfera de acci�n del
Estado: la
previsi�n, la salud,
las Isapres, la
legislaci�n laboral,
la operaci�n de los
mercados, etc.".
Y a�adi� a
continuaci�n que
bajo el slogan de
"educaci�n p�blica,
gratuita y de
calidad" se
oculta el imperio
absoluto del Estado
"en detrimento de
la libertad
educacional" y
que "el fin del
lucro" significar�
"la destrucci�n del
sistema de educaci�n
particular
subvencionad
Como enfermo por una
miop�a ideol�gica, o
bien adormecido por
medios de
comunicaci�n afines
al socialismo, Chile
asiste a la eventual
destrucci�n de la
bases de su
prosperidad.
�Sin rumbo hacia el
caos?
En paralelo, tanto
el Presidente de
�centroderecha� como
su comparsa compiten
en genuflexiones
hacia la izquierda
mientras se
autodestruyen con
agresiones internas.
Ni la izquierda
podr�a hacer m�s
para descalificar y
restar apoyo a la
candidata de
derecha.
El autodenominado
�centro� por su
parte, que abarca
bajo diferentes
denominaciones a los
Kerenskys chilenos,
se auto-programan
para ser corifeos
entusiastas del
eventual gobierno de
izquierda. Sin
remordimientos ni
verg�enza se llama a
no temerle al
comunismo: �El
problema de Chile no
es el Partido
Comunista: es la
desigualdad, la
injusticia, el
abuso�,
sentencia el
presidente de la
Democracia Cristiana
mientras apunta a
sumar fuerzas que
apoyen a la
candidata
socialista.
La izquierda juega,
a su tiempo, su
juego cultural
habitual: la
creaci�n de mitos
manipuladores para
conducir al gran
reba�o adormecido
por los medios de
comunicaci�n y sus
creadores de
opini�n.
Gracias a este
juego, se crean
mitos burdos pero
efectivos. Todo
quien no comparta
los mandatos de la
izquierda se
convierte
autom�ticamente en
un enemigo mortal.
A�n cuando est�n
desgastados,
t�rminos como
�ultraderecha�,
�fascismo�,
�represores�,
�asesinos�, etc.
mantienen su
utilidad
intimidadora. Nadie
desea esas
acusaciones, nadie
cuestiona a la
izquierda, nadie
investiga sus
cr�menes, ni
denunciar� sus
planes con sus
consecuencias, nadie
pedir� castigo por
sus abusos ni har�
juicios por sus
delitos. Todo el
mundo baja la
cabeza, sonr�e y
compite por
simpatizar al
socialismo impune y
aparentemente
imparable.
Protestas
utilitarias
Las protestas
estudiantiles
pasadas sirvieron de
coro ruidoso para
intereses de
minor�as pol�ticas.
Sus cabecillas
pasaron a puestos
pol�ticos pese a su
no alineaci�n ni
inter�s oficial. Las
autodenominadas
�minor�as� protestan
por sus derechos e
igualdad al de las
mayor�as, dando una
impresi�n de
efervescencia social
que �presiona� al
poder pol�tico para
continuar con la
revoluci�n cultural
marcada en la agenda
socialista.
Intereses y cambios
que no se ven
reflejados en el
sentir popular si
bien con temor a ser
estigmatizados o no
coincidir con lo que
se les dice por los
altoparlantes de
reeducaci�n social
que vienen a ser los
medios de
comunicaci�n.
Utilizando este
ruido de peque�os
grupos agitadores,
los pol�ticos,
intelectuales,
artistas y creadores
de opini�n, junto a
la far�ndula �til,
se fuerzan cambios,
legislaciones y
culturas que son
parte de programas
ideol�gicos
revolucionarios que
procuran instaurar
un gobierno
socialista m�s
radical en lo
cultural que los
desastres
latinoamericanos
como el ecuatoriano,
venezolano o
argentino.
Acompasando este
clima artificial las
organizaciones
politizadas de
trabajadores
iniciaron ciclos de
paralizaci�n que han
intentado hacer
irrespirable el
clima pre-electoral
con una amenaza
impl�cita de
ingobernabilidad en
caso de no triunfar
a trav�s de los
votos. Y una
irritaci�n en el
clima psicol�gico
asociado al gobierno
de centro derecha
actual,
desestabiliz�ndolo.
Bajo esta ficci�n y
manipulaci�n se ha
hecho posible
desfigurar a
naciones sin la
necesidad directa de
acceder al poder
absoluto. Una vez
due�os del poder,
sin duda les resulta
mucho menos complejo
imponer su agenda
socialista al ritmo
del ruido de las
minor�as
bulliciosas,
llegando a los
extremos recientes
de exigir Asamblea
Constituyentes que
destruyan las
Constituciones
nacionales y den
paso libre a las
reformas socialistas
radicales amparados
en un lenguaje
ambiguo en la forma
pero dictatorial en
la consecuencias
pr�cticas, con
imposiciones sobre
las mayor�as y el
cumplimiento del
ideario socialista.
Muchas veces se
trata, en un
principio, de
�sondeos de estado
de la sociedad� para
examinar sus
reacciones,
implementar la
desarticulaci�n de
sus fuerzas sanas,
adormecer a quienes
podr�an reaccionar a
favor del pa�s y
luego, con armas
legales, imponer y
perseguir a quienes
se opongan. As�, la
familia, la
propiedad privada,
la libre iniciativa,
las tradiciones y
sentir nacional, la
sexualidad, y todos
los aspectos m�s
importantes de la
vida humana y social
se ven violentados y
destruidos por estas
�transformaciones
sociales� para las
cuales la candidata
socialista Bachelet
sostiene que Chile
est� listo.
Chile en la
encrucijada
Un pa�s pr�spero,
con �ndices
progresivamente
decrecientes de
pobreza y un mayor
acceso a bienes y
servicios, con un
marco legal que -
pese a los ataques
de la izquierda -
ofrece estabilidad a
los ciudadanos,
puede caer en un
abismo socialista
donde el populismo
cegar� a los
habitantes y a la
comunidad
internacionales para
ejecutar los
designios
tradicionales del
socialismo:
igualitarismo, fin
de la propiedad
privada y libre
iniciativa,
destrucci�n de la
familia y valores
tradicionales, las
bases mismas de la
prosperidad,
libertad e identidad
nacional, ir�n poco
a poco destruy�ndose
bajo el ruido
ensordecedor de
protestas,
movilizaciones,
paralizaciones y
confiscaciones
compulsivas a trav�s
del aumento de
impuestos y
expropiaciones.
La presidencia de
centro derecha, que
con el codo borra lo
que la mano escribe,
ya comenz� el
proceso, en su af�n
de simpatizar al
socialismo. Aumento
de impuestos,
condena al lucro,
persecuci�n a
militares.
Estos son los
uniformados - ya
ancianos - a quienes
Pi�era prometi�
juicios justos y
ecu�nimes pero que
luego les neg�,
due�o de sus votos,
y les persigui� de
mano de la
izquierda, que
evidentemente no
votar� por �l,
uni�ndose a una
razzia
pro-terrorista que
vela por la
aniquilaci�n y
ensa�amiento contra
quienes participaron
del rechazo al
intento violentista
y ca�tico de la
Unidad Popular,
aquella pesadilla en
la que Allende y sus
secuaces intentaron
hacer de la naci�n
sudamericana �un
hermano menor de
Rusia� un sat�lite
del comunismo y que
para eso violaron
incansablemente las
leyes y la misma
Constituci�n que
juraron defender,
infiltraron miles de
terroristas
extranjeros y luego,
derrotados,
insistieron en
campa�as de
descr�dito, boicot y
el siempre favorable
enfrentamiento
subversivo que les
permite victimizarse
como perseguidos por
un Estado oficial,
limpios de castigos
por sus fechor�as y
asesinatos, para
luego exigir
indemnizaciones y
humillaci�n de
quienes se opusieron
a sus designios.
Sin ocultar sus
prop�sitos, la
candidata socialista
y sus allegados han
anunciado que el
nuevo gobierno
perseguir� a quienes
no adopten la visi�n
izquierdista del
gobierno
c�vico-militar de
Pinochet y la
reacci�n nacional
contra el
socialismo. No se
permitir�,
enfatizan, que nadie
deje de condenar la
lucha contra el
comunismo y que no
repudie ni persiga a
quien no piense de
la misma forma.
El mundo ya teme al
nuevo gobierno de
Bachelet. Las
inversiones huyen y
la econom�a se
desacelera ante un
eventual triunfo del
socialismo, con sus
nuevos impuestos y
�redefiniciones de
propiedad� en
funci�n al �bien
com�n� que s�lo se
comprende en su
interpretaci�n
siguiendo a Marx y
sus c�mplices.
La eventual
presidenta de Chile,
con un pasado
vergonzoso de abusos
de poder,
corrupci�n, robos
institucionales y,
en lo personal, por
sus relaciones
sentimentales con
l�deres terroristas
y ayuda m�dica a
criminales
perseguidos por sus
delitos subversivos
con costos
materiales y
humanos, que
predicando el
socialismo percibe
ingresos por tanta
causa como pueda
adscribirse, aun
contraviniendo
estatutos como los
de la ONU, la
colaboradora del
terrorismo y
justamente
vilipendiada durante
su presidencia
anterior tanto por
su ineptitud y
deshonestidad como
por su criminal
agenda ideol�gica
que corrompi� a la
naci�n, ha puesto a
Chile en jaque y se
apresta a hacerse de
su bot�n.
�Una vez m�s la
historia demostrar�
que, cuando la
prosperidad se
asienta en una
naci�n, los
ciudadanos olvidan
prontamente sus
desgracias y
corrompen sus
costumbres prestando
o�dos a sus enemigos
que, prometiendo
mantener sus
placeres, destruyen
las bases de las
naciones haci�ndoles
despertar en una
pesadilla?