(Art�culo completo
titulado "Siete d�as
en 1937: el trauma
de las represiones
tempranas de
Stalin",
publicado en
Revista Azerbaijan
International)
El autor
azer�, Ahmad
Jafarzade, ten�a
ocho a�os de edad en
el momento que se
relata y escribe
este testimonio
desde la perspectiva
de un ni�o. Su
art�culo fue
publicado por
primera vez en
versi�n inglesa en
la primavera de
2006.
Domingo
Era
un poco despu�s de
la media noche
cuando escuch�
algunos gritos.
Corr� al patio.
Nuestro callej�n ya
estaba lleno de
gente. Todos estaban
mirando a la calle,
horrorizados. Pero
nadie ten�a la
valent�a para dar un
paso fuera del
callej�n hacia la
calle principal. Yo
apenas pod�a
escurrirme entre la
multitud para
alcanzar el otro
extremo. El anciano
Asgar, que estaba de
pie al final del
callej�n, no me
dejaba pasar a la
calle. Apenas logr�
ponerme en posici�n
para poder ver lo
que estaba
sucediendo.
A corta distancia -
unos 10 o 15 metros
- hab�a estacionado
un gran coche. No
era como un coche
com�n. La gente
sol�a llamarlos
"Coches de perros"
o "Cuervos negros".
A
pesar de que muchas
personas estaban
mirando desde sus
puertas y ventanas,
ni una persona se
atrev�a a salir
hacia la calle.
De pronto, o�mos
gritos procedentes
de uno de los patios
cercanos. Cuatro
hombres uniformados
del NKVD
estaban arrastrando
a nuestra vecina
Sakina hacia el
coche. Era una mujer
que trabajaba en un
instituto.
La
suegra de Sakina,
Umleyla, estaba
corriendo tras ella,
descalza y con la
cabeza descubierta.
Dos ni�as peque�as -
de 3 y 5 a�os -
colgaban de su
falda. El beb� en
sus brazos estaba
gritando.
Los
soldados del NKVD
abrieron la puerta
trasera del coche y
metieron a Sakina en
�l. Cuando Umleyla
vio esto, corri�
hacia adelante
gritando: "Gente,
�por el amor de
Dios! �Al menos
perm�tanle llevarse
a sus ni�os!".
Cuando Sakina
reconoci� la voz de
Umleyla, se volvi�
hacia atr�s y trat�
de saltar fuera del
coche. Un soldado
que se encontraba
cerca de la puerta
golpe� a Sakina en
el pecho con su
rifle. Sakina cay�
hacia atr�s,
colapsando en el
asiento trasero del
coche.
Cuando Umleyla vio
c�mo estaban
tratando a su nuera,
perdi� la cabeza.
Corri� gritando: "�Oh,
Dios m�o! �Oh, Dios
m�o! �Por el amor de
Dios, d�jenla
llevarse a sus
ni�os. ��C�mo voy a
cuidar a este beb�?
�Y los ni�os?!".
Uno
de los soldados la
empuj� alej�ndola:
"�Von ostyuda!"
("�Fuera de aqu�!"
en ruso).
Sosteniendo al beb�
en un brazo, Umleyla
se aferr� de la
manga del soldado:
"Por los brazos
cortados de Hazrat
Abbas
por los sunitas. Era
conocido
particularmente por
ser apuesto y
valiente) dejen a la
joven llevarse a sus
ni�os con ella".
El
soldado tirone� de
su brazo, le dio un
pu�etazo en el
est�mago y grit�: "�Otstan,
suka!" ("�Fuera,
puta!"). Umleyla
cay�. El ni�o cay�
tambi�n, gritando.
Ignorando su propio
dolor y los
chillidos del beb�,
ella se arrastr�
hasta otro soldado,
se aferr� a sus pies
y pidi�: "�D�jeme
besar sus pies!".
El
soldado apunt� su
rifle hacia ella.
Pero Umleyla no
ceder�a - tal vez
porque no sab�a lo
que ocurrir�a, o tal
vez porque estaba
demasiado asustada y
confundida para
saber qu� hacer. Se
puso se pie y tom�
la mano del soldado.
Los agentes NKVD que
estaban cerrando la
puerta del auto
empujaron a la
anciana y comenzaron
a patearla.
Umleyla perdi� la
consciencia. El
beb�, que yac�a
cerca, chillaba, y
los ni�os gritaban
al otro lado. Todos
en el barrio -
mirando desde sus
casas, patios,
callejones e incluso
desde sus techos -
estaban
aterrorizados.
Estaban demasiado
asustados para
correr a ayudarla.
De
pronto la anciana
Khadija, que viv�a
en nuestro
departamento, corri�
hacia a la calle y
empez� a gritar:
"�Dios! �D�nde
est�s? �C�mo puedes
permitir tal
injusticia? �El
mundo perecer�! �Qu�
agon�a! �Qu�
desastre!".
Algunos de los
hombres la agarraron
y llevaron de vuelta
al callej�n. El
coche se fue.
Era
casi de ma�ana.
Gritos sonoros me
despertaron. Mi
madre hab�a envuelto
su velo alrededor de
su cabeza y sali�.
Yo fui tras ella. La
puerta de la calle
estaba abierta. Los
vecinos estaban
mirando hacia el
callej�n y
susurrando entre
ellos. Alguien
estaba gritando en
la casa frente a la
nuestra. Luego la
puerta se abri�.
Tres agentes NKVD
empujaron a la
anciana Khadija al
callej�n. Ella
lloraba, rog�ndoles.
Se neg� a ceder.
Cuando los agentes
la levantaron,
Khadija grit� a�n
m�s fuerte y se
aferr� a las paredes
del callej�n.
Comenz� a chillar en
un tono extra�amente
agudo: "�Santo
Hazrat Abbas! �Santo
Hazrat Abbas! �Santo
Hazrat Abbas!".
Los
soldados del NKVD
comenzaron a
golpearle los brazos
con sus rifles.
Trataron de tironear
sus manos fuera de
las paredes de roca.
El
marido de Khadija
estaba de pie cerca,
llorando. No se
atrevi� a acercarse
a su esposa aunque
ella rogaba por
ayuda. Quiz�s estaba
avergonzado de salir
a la calle
desvestido o,
tambi�n estaba
demasiado asustado
por los agentes NKVD.
Finalmente, Khadija
se debilit�;
perdiendo su fuerza.
Cay� hacia atr�s en
el pavimento rocoso
y se golpe� la
cabeza. La sangre
salpic� su pelo
blanco.
Los
agentes NKVD
agarraron a la mujer
que se arrastraba
por el suelo. La
subieron en el coche
negro que estaba
estacionado cerca.
Aunque todos los
vecinos estaban
llorando y ara�ando
sus rostros,
nadie se atrevi� a
visitar luego la
casa de la anciana
Khadija para tratar
de averiguar a d�nde
la hab�an llevado o
por qu�.
Lunes
en la noche
Nuestro t�o Karim,
que era de la zona,
reuni� a todos los
vecinos cuando lleg�
a casa despu�s del
trabajo. Un poco m�s
tarde mi madre lleg�
a casa asustada y
dijo a mi hermana:
"�R�pido! �Agarra
todos los libros,
ll�valos al patio y
qu�malos".
Mi
hermana estaba
confundida: "�De qu�
hablas, mam�?",
dijo. "�Por qu�
quemar los libros?".
Mam�
camin� directo hacia
los estantes sin
replicar. "�Eres
suficientemente
grande para saber!
�No han escuchado
que todos los
escritores, poetas y
cient�ficos han sido
acusados de
"enemigos del
pueblo"? �Deber�amos
arriesgarnos a ser
arrestados por causa
de estos libros?".
Mi
hermana dijo
entonces: "Mam�, nos
han dicho en el
colegio que s�lo
cinco o seis
personas han sido
identificadas como
"enemigos del
pueblo". S�lo
quemar� sus libros y
todo estar� bien. No
hay necesidad de
quemar estos
libros".
Mi
madre era una
persona educada.
Ella sab�a que
aquellos que hab�an
sido identificados
como "enemigos del
pueblo" ya hab�an
sido asesinados.
Pero el t�o Karim le
hab�a advertido:
"Al�jate de los
problemas. S�lo toma
los libros y
arr�jalos afuera".
Mi
hermana comprendi�
que no ten�a sentido
llorar, pero las
l�grimas cayeron por
sus mejillas
mientras tiraba los
libros fuera del
estante.
Una fogata ard�a en
el medio del patio.
Los vecinos estaban
apilando sus libros
cerca del t�o Karim,
quien, despu�s de
chequear la primera
y la �ltima p�gina
los lanzaba al
fuego.
Mi
hermana cargo sus
brazos con libros y
los llev� hacia mi
t�o Karim.
Ocasionalmente, se
inclinaba y dec�a:
"T�o Karim, pero
este es "Shahname"
de Firdowsi. �Por
qu� tenemos que
quemarlo?". "S�lo
arr�jalo al fuego.
�No ves que uno de
los traductores es
un "enemigos del
pueblo"?
"�Y
qu� acerca de la
�pica Koroghlu?".
"El compilador y
editor tambi�n es un
"enemigo del
pueblo".
"Pero", protestaba
mi hermana, "el
autor es el escritor
franc�s Balzac". "El
escritor del
prefacio ha sido
arrestado",
respond�a mi t�o.
"Estas son las obras
de Sabir, Ruzuli y
Akhundov. �Puedo
conservarlas?". El
t�o Karim agarr� los
libros y los arroj�
al fuego, gritando:
"El primer libro, el
editor. El segundo,
el compilador. El
tercero, el escritor
del prefacio. Todos
son "enemigos del
pueblo". �Quieres
que se lleven a la
hermana Kablayi por
estos libros?".
Sec�ndose las
l�grimas, mi hermana
pregunt�: "�Pero no
es una pena tirar
los libros de ashugs
y los poetas del
pueblo?".
"T�,
peque�a, �s�lo sal
de aqu�! �Sabes
siquiera qui�nes son
las personas que
editaron,
compilaron,
escribieron los
prefacios de los
libros?".
Mi
hermana no hizo m�s
preguntas.
Sollozando, s�lo
tom� los libros y
los arroj� a las
llamas. Ya estaba
oscuro, pero parec�a
como la tarde en
nuestro vecindario.
La luz de las llamas
hab�a iluminado cada
patio.
Martes
En el
inicio del segundo
per�odo, el maestro
Aisha, Presidente de
Clases del Partido
en la Facultad,
entr� en nuestra
sala de clases y
dijo a nuestro
maestro: "Tenemos un
evento importante.
Detenga la clase y
saque
silenciosamente a
los ni�os al sal�n
de deportes en la
planta baja".
Nuestro maestro
reuni�n los libros
sobre la mesa, nos
alien� y escolt� al
sal�n de deportes.
El maestro Aisha nos
hizo sentar en la
l�nea del frente.
Los estudiantes de
clases superiores se
sentaron en fila
detr�s de nosotros.
Un poco m�s tarde,
el director del
colegio - maestro
Ilyas - entr� con
varias personas y se
sent� en la mesa,
que estaba cubierta
con una tela roja.
El director comenz�
a hablar sobre el
sistema socialista y
las luchas contra
sus enemigos. Nos
pidi� que fu�semos
vigilantes y
denunci�ramos a
cualquier enemigo de
clase.
En
conclusi�n nos dijo:
"Ni�os, ustedes son
las personas j�venes
m�s felices en el
mundo. En ning�n
lugar del mundo los
ni�os son tan
alegres como
ustedes. Hagan lo
mejor por preservar
esa vida hermosa,
por proteger y
mantener esta
sociedad que ha
creado el
proletariado. Ahora
van a conocer a un
Pionero que ha
probado por sus
acciones que es un
verdadero ni�o
sovi�tico".
El
director se puso de
pie, gir� hacia la
puerta y comenz� a
aplaudir. Los
maestros y
estudiantes lo
imitaron: tambi�n se
pusieron de pie y
aplaudieron. La
puerta se abri�. Un
ni�o de unos 11 o 12
a�os de edad entr�
como un soldado y se
acerc� a la mesa.
Estaba usando un
pa�uelo rojo de
Pionero alrededor de
su cuello.
Continuamos
aplaudiendo hasta
que el director nos
hizo parar. Todos se
sentaron. Alguien
que no conoc�amos se
puso de pie y dijo:
"Queridos ni�os,
este Pionero que
est� de pie ante
ustedes es un
verdadero h�roe. Ha
hecho un gran
servicio al Partido
Bolchevique y al
gobierno sovi�tico
denunciando a un
"enemigo del pueblo"
que estaba
realizando actos de
sabotaje por muchos
a�os. Sigan su
ejemplo. Sean
vigilantes como �l.
Ahora escuchemos a
nuestro h�roe
Pionero, Salim
Mikayilov. �l les
contar� c�mo
denunci� al
enemigo".
Todos est�bamos
curiosos. Nos
pregunt�bamos c�mo
este ni�o podr�a
denunciar al
enemigo. Despu�s de
que terminaron los
aplausos, el h�roe
pionero dio un paso
al frente y en voz
alta y aguda dijo:
"Soy un pionero
sovi�tico. Mi padre
es el Partido
Bolchevique y mi
madre la tierra
sovi�tica. Estoy
preparado para
sacrificar mi vida
por ellos. El lema
de mi vida son las
palabras del l�der
del grupo Pionero:
"�Siempre
vigilante!". He sido
Pionero por dos
a�os. Siempre busco
enemigos de clase en
todas partes. En
estos dos a�os
pasados, he
informado a las
autoridades sobre
personas que ayunan,
hacen 'namaz',
leen el Quran,
visitan sitios
religiosos, invitan
hu�spedes a sus
casas y compran
muchos productos en
tiendas. Pero mi
mayor acto de
valent�a fue cuando
descubr� a mi propio
padre como un
'enemigo del
pueblo'".
Nuestro director se
puso de pie cuando
escuch� esas
palabras, comenz� a
aplaudir y nos
indic� a todos que
empez�ramos a
aplaudir tambi�n.
El
h�roe Pionero
continu� su
discurso, ganando
confianza a medida
que hablaba:
"Comenc� a notar que
un n�mero de
personas visitaban a
mi padre. Sol�an
venir y cerrar la
puerta, y comenzaban
a hablar de algo.
Pens� que si fuesen
buenas personas, no
tendr�an secretos.
Eso significaba que
mi padre no era una
buena persona.
Cuando descubr� que
uno de los invitados
de mi padre era el
antiguo director de
una escuela
secundaria, y que
otro era un miembro
de la familia del
khan, comprend� que
mi padre era
realmente un
"enemigo del
pueblo". Inform�
este asunto al NKVD.
Mi padre fue
denunciado como un
"enemigo del
pueblo". Los invito
a todos ustedes a
ser patri�ticos y
vigilantes como yo".
El director nos hizo
aplaudir.
Continuamos por un
tiempo. Uno de los
invitados se puso de
pie y dijo: "Ni�os,
todos ustedes viven
en el antiguo
vecindario de la
ciudad. All� hubo
muchos seyids,
mullahs,
derviches,
hajis,
karbalais,
mashadis,
y otros charlatanes
que sol�an vivir en
ese vecindario.
Muchos de ellos
todav�a viven en
nuestra sociedad,
fingiendo ser
alguien m�s. Ninguno
de ellos podr� nunca
ser amigo del
gobierno sovi�tico.
Su deber honorable
es ser como el h�roe
Pionero y exponer a
esos enemigos de
clase".
Mi�rcoles
En
frente a nuestra
escuela hab�a un
dep�sito que se
usaba como estaci�n
de polic�a. La gente
dec�a que su s�tano
podr�a contener a
unas doscientas
personas. Las
personas que fueron
arrestadas en las
calles o bazares
eran llevadas all�.
Luego el coche negro
ven�a y acarreaba a
esa gente a otro
lugar. �ltimamente
yo not� que mucha
gente era llevada
all�. La mayor�a de
ellos eran personas
de aspecto decente,
que usaban buena
ropa. Cuando
escuch�bamos un
ruido afuera, los
ni�os nos trep�bamos
sobre nuestros
pupitres y nos
asom�bamos a la
ventana para ver lo
que ocurr�a. Nuestra
maestra nos
amenazaba, pero no
le prest�bamos
atenci�n.
Durante el recreo
hoy, uno de los
ni�os grit�: "Hey
chicos, vengan
afuera, la polic�a
est� trayendo a un
grupo de gente del 'Hamshari
Palani'".
Corrimos afuera. La
calle estaba llena
de gente. Un grupo
de personas estaban
caminando a la mitad
de la calle hacia la
estaci�n de polic�a.
Fueron rodeados por
un par de oficiales
de polic�a, un
agente NKVD y cuatro
Komsomols.
La mayor�a eran
ancianos. Los
Komsomols dieron la
se�al para que el
grupo se detuviera
en frente del
colegio. Como la
mayor�a de los
arrestados viv�an en
el vecindario, los
ni�os se�alaban y
cuchicheaban con
sorpresa y temor: "�Hey!
�ven a Mir Salah
Agha?".
"Oh,
�han arrestado a
Seyid Mahammad Agha
tambi�n!"
"Oh
Dios m�o, Haji Rasul
est� all� tambi�n!".
"Hey,
Hamza, all� est�
nuestro vecino
Karbalai Iman".
"Oh, miren lo que le
pas� a Mir
Asadulla. Pueda ser
sacrificado por su
sagrado esp�ritu".
Los
Komsomols estaban
tirando las barbas
de esos seyids,
mullahs, hajis,
karbalais, mashadis
y golpeando sus
caras, escupi�ndoles
y golpe�ndoles en
sus cabezas. Los
agentes NKVD los
golpeaban con porras
de goma.
Uno
de los Komsomols se
volvi� hacia la
multitud y anunci�:
"Ciudadanos, por
muchos a�os, ustedes
han besado las manos
de estos seyids,
mullahs, hajis,
karbalais y mashadis
sinverg�enzas,
mentirosos,
deshonestos,
traidores e
inmorales. Ustedes
pensaban que eran
personas devotas y
honestas. Han estado
viviendo de su
dinero y
minti�ndoles por un
tiempo muy largo. No
hay lugar para tal
gente en una
sociedad
socialista".
Otro
Komsomol pate� a
Haji Rasul en la
espalda. El anciano
cay� y se lastim� la
cabeza. Apenas pudo
ponerse de pie. El
Komsomol dijo: "Yo
era un criado de
este Haji.
�Esc�panlo!
�Golp�enlo!". La
gente de la calle
les arrojaba
piedras. Nadie dijo
nada. Llevaron al
grupo al s�tano y
los golpearon. Luego
son� la campana.
Jueves
Estaban dando una
pel�cula nueva en el
Teatro de Pel�culas
Octubre,
cerca del bazar m�s
all� del Hamshari
Palani. Se llamaba "Onuchlar"
(Trece). Era
imposible conseguir
entradas. Nos tom�
dos d�as. Los ni�os
en nuestro
vecindario apenas
hab�an sido capaces
de comprar boletos
en todo el d�a.
Despu�s de rogarles,
me dieron uno
tambi�n.
Llegamos al teatro
media hora antes de
que comenzara la
pel�cula. No hab�a
asientos vac�os; la
gente estaba sentada
incluso en las
escaleras entre las
filas. Las luces se
apagaron. Pero en
lugar de la
pel�cula, se hizo un
anuncio por los
altavoces:
"�Queridos
aficionados al cine!
Antes de proyectar
la pel�cula, nos
gustar�a conducir
una breve sesi�n con
nuestros poetas.
Ellos recitar�n
algunos de sus
nuevos poemas para
ustedes". Alguien
comenz� a aplaudir.
Todos se unieron.
Cinco hombres y una
mujer subieron al
escenario. El
director del teatro
los present� y luego
fue tras bastidores.
Los
poetas comenzaron:
Hemos
comprendido las
mentiras de los
mullahs,
hemos
quemado a los
demonios y malvados.
Hemos
quebrado la suerte
de los adivinos,
y
desgarrado sus
libros y libretas.
�Abre
tus ojos al mundo,
mi amigo!
Los
mullahs son cornudos,
los seyids son
bastardos.
Los
Karbalai son
estafadores, los
Hajis son malvados.
Los
Mashadi son
mentirosos,
sinverg�enzas y
pervertidores de
ni�os.
"Tenemos una nueva
Atagha,
hermana Masma en
Bak�,
Su
sudor, suciedad,
aliento es la cura
de todas tus penas.
Mi
patria est� en paz
ahora,
cada
d�a es un festival,
las
sonrisas aparecen en
los rostros del
pueblo.
Nuestra pradera
cambia el color cada
d�a.
Las
cuerdas sobre el saz
de la sonrisa del
ashug.
La
gente es libre, las
lenguas son libres.
Las
flores son libres en
los jardines libres.
El
comunismo es nuestra
alma.
El
Partido es nuestra
fe.
Stalin es nuestro
l�der.
Vamos
hacia el progreso.
Los
poetas aplaud�an
cada secci�n del
poema y la audiencia
se un�a a ellos.
Luego uno de ellos
preguntaba a la
audiencia: "�Qui�n
es nuestro
enemigo?".
Voces desde la
audiencia
respond�an: "Los
burgueses, khanes,
beys,
terratenientes,
kulaks!".
"Miembros del
partido Musavat que
han sido expuestos
como "enemigos del
pueblo",
cient�ficos, poetas
y escritores que
fueron sus
seguidores".
Uno
de los poetas
levant� su mano y
dijo: "�Muerte a los
enemigos del
socialismo, muerte a
los enemigos de
nuestro pueblo!".
Las luces se
apagaron, la
pel�cula comenz�.
Viernes
Mi madre comenz� a
hacer preparativos
la noche anterior.
Iban a llevar a la
hija de la t�a
Zubeyda, Nasiba, al
"pir" - un lugar
sagrado llamado
Rahima Khatun en
Nardaran.
Muchas mujeres y
ni�os van all�. Mi
madre acord�
llevarme tambi�n,
despu�s de que le
rogu� varias veces.
Alrededor de las 7
AM unas 20 mujeres y
ni�os abordamos el
tren el�ctrico en la
estaci�n de trenes
en Sabunchu.
Alrededor de las 9
AM llegamos a
Mashtagha.
Arrendamos dos
carros (tirados por
un caballo o un
burro) y fuimos al
peque�o pueblo.
Cuando llegamos,
descubrimos que
hab�a un gran
candado en la puerta
del lugar sagrado, y
un Komsomol estaba
de pie junto a la
puerta con un rifle
en la mano.
Incluso aunque la
t�a Zubeyda le rog�
al Komsomol que nos
dejara entrar porque
su peque�a ni�a
ten�a un problema al
coraz�n e incluso
prometi� dar
limosnas, el
Komsomol no la
escuch�. Finalmente,
el Komsomol maldijo
el lugar sagrado, a
la t�a Zubeyda y a
nosotros. Mi madre
no pudo soportarlo,
por lo que reuni� al
grupo y les dijo a
los del carro:
"Hermanos, hemos
venido tan largo
camino hasta aqu� y
no queremos regresar
sin poder cumplir
nada. Les pagaremos,
s�lo ll�vennos a la
mezquita del pueblo
para que hagamos "namaz"
(oraciones
isl�micas) por esta
ni�a".
Los
conductores del
carro replicaron:
"Hermana, �de qu�
est� hablando! Todas
las mezquitas de
alrededor han sido
convertidas en
clubes, teatros de
pel�culas,
restaurants o
negocios ahora.
Pensamos que hab�an
venido aqu� a ver la
villa. De otra
forma, les habr�amos
dicho que no se
molestaran".
Regresamos a la
ciudad
decepcionados.
Cuando las mujeres y
ni�os se bajaron del
tren de regreso en
Sabunchu, escuchamos
que hab�a una nueva
torre cerca de la
costa. La gente
pod�a subirse y
saltar con un
paraca�das. Quisimos
ir y ver. Comenzamos
a caminar hacia el
mar. Despu�s de un
rato nos encontramos
con miles de
personas de pie
cerca del puente. La
gente estaba
llorando, gritando y
alborotando. Los
polic�as estaban
alejando a la gente.
Mi madre avanz�. Me
agarr� de su mano.
Fue una escena
horrible: los
hombres estaban de
pie en un lado, las
mujeres y ni�os en
el otro. Todos
estaban llorando.
Todos trataban de
decir algo unos a
otros, pero hab�a
tanto ruido que no
se pod�a o�r nada.
Result� que esa
gente hab�a sido
tra�da de villas en
Karabaj,
Lankaran
y Mughan.
Fueron forzados a
dejar sus casas
apresuradamente en
la noche. Se les
prometi�: "seg�n el
decreto de Stalin,
se les dar� un muy
buen lugar para
vivir en Kazajst�n".
Hab�an sido tra�dos
a Bak� en trenes de
carga. Ahora estaban
separando a las
familias, poniendo a
las mujeres y ni�os
en los mismos coches
y a los hombres en
otros diferentes.
Por eso todo el
mundo estaba tan
conmocionado. Esa
gente era inocente,
todos pod�an ser
deportados,
incluyendo
Bolcheviques,
Pioneros,
Stakhanovitos,
ancianos y j�venes
por igual, hombres y
mujeres.
S�bado
Un
silencio impuesto
descendi� en el
vecindario. La nuera
de Mashadi Ganbar
hab�a sido enviada
ayer en exilio, y
sus cuatro nietos
fueron llevados a un
orfanato. S�lo un
mes atr�s, su hijo
hab�a sido
denunciado como un
"enemigo del
pueblo". El anciano
rog� muchas veces
que dejaran a la
madre llevarse a sus
ni�os con ella, o
les permitieran
quedarse con �l,
pero los agentes del
NKVD no lo
permitieron.
Despu�s de que se
fueron, el anciano
fue a la cocina y se
suicid� con un
hacha. Su esposa no
pudo soportar lo que
vio y tomando el
cordel que se usaba
para colgar la ropa,
lo at� a la ventana
y se colg�.
Los cuerpos fueron
lavados
y colocados uno
junto al otro en el
medio del patio. No
se encontr� a nadie
que recitara las
oraciones f�nebres.
Los que sab�an c�mo
hacerlas ten�an
miedo de decir nada.
No hab�a elecci�n
m�s que enterrar los
cuerpos sin
oraciones rituales.
Cuarenta o cincuenta
mujeres se reunieron
en c�rculo en la
mitad del patio.
Nanabaji se adelant�
gritando: "�Es un
desastre, un
desastre!".
Todas
las mujeres
replicaron: "�Qu�
desastre!"
"�Hemos perdido al
�nico hijo en la
familia!"
"�Qu�
desastre!"
"�Hemos perdido a la
joven novia!"
"�Qu�
desastre!"
"�Hemos perdido
beb�s lactantes!"
"�Qu�
desastre!"
"�Hemos perdido a
Mashadi Gambar!"
"�Qu�
desastre!"
"�Hemos perdido a
Durnisa khanum!"
"�Qu�
desastre!"
Una
de las mujeres
comenz� a gritar con
voz muy aguda:
"La
tierra llora, las
rocas lloran.
Quienes presencian
este dolor
lloran con l�grimas
de sangre".
Sollozando, Nanabaji
comenz� otra vez:
"�Es un desastre, un
desastre!". Cuando
dijo eso, se sinti�
como si todo el
mundo se uniera, no
s�lo aquellas
mujeres en el patio.
Y como las mujeres,
todo el mundo estaba
diciendo en coro:
"�Qu� desastre!".
Notas:
[1] A�n hoy, la
polic�a es
mencionada como
"perros" en
Azerbaiy�n, por eso
"coche de perros".
[2] Veh�culo
usado por la polic�a
secreta para
transportar personas
que hab�an sido
arrestadas a los
cuarteles centrales
y prisi�n.
[3] Narodnyi
Komissariat
Vrutrennikh Del,
acr�nimo de la
temida Comisar�a
Popular de Asuntos
Internos, precursora
del KGB - Komitet
Gosudarstvennoy
Bezopasnosti o
Comit� de Seguridad
del Estado.
[4] Fue uno de
los nietos del
Profeta Mahoma.
Junto con 72
miembros de la
familia y amigos
cercanos, Abbas fue
asesinado cerca de
Kerbala (Iraq en la
actualidad).
[5] Expresi�n de
sumisi�n que
significa que la
persona har� todo
por la otra.
[6] Tradici�n de
auto-mutilaci�n
entre mujeres
asociada con luto.
Ara�arse la propia
cara para hacerla
sangrar no ha sido
muy practicado en
los �ltimos 20-30
a�os, pero la
pr�ctica a�n exist�a
en villas remotas.
[7] En la
primera estaba el
t�tulo del libro y
el nombre del autor,
la �ltima indicaba
el editor y varios
otros profesionales
involucrados con la
preparaci�n de la
publicaci�n.
[8] Juglares
itinerantes que
componen versos y
memorizan y
representan largas
epopeyas cantadas,
acompa��ndose con el
tradicional
instrumento de
cuerdas llamado saz.
[9] Los
escritores m�s
reverenciados en la
Uni�n Sovi�tica eran
reconocidos con el
t�tulo de "escritor
del pueblo". Con el
honor ven�an becas y
ciertos privilegios.
Sin embargo, los
honores no eran
necesariamente
otorgados a los
intelectuales m�s
capaces.
[10] Pr�ctica
religiosa musulmana
durante el mes de
Ramadan, cuando los
seguidores se
abstienen de comer y
beber durante las
horas diurnas.
[11] Significa
rezar. Los devotos
del Islam siguen
oraciones prescritas
a cinco horas
espec�ficas del d�a.
[12]
Descendiente santo
del profeta Muhammad
del Islam.
[13] Cl�rigo
isl�mico.
[14] Miembro de
una fraternidad
religiosa asc�tica
musulmana sufi,
conocidos por su
extrema pobreza y
austeridad. Viven
como ermita�os,
completamente
aislados del mundo.
[15] Musulm�n
que ha estado en un
peregrinaje a la
Meca en Arabia
Saudita.
[16] Peregrino
que ha visitado
santuarios sagrados
en Karbala, Iraq.
[17] Peregrino a
Mashad, Iran.
[18] Una
comunidad del
vecindario.
[19] Abreviatura
sil�bica para el
ruso
KOMmunisticheski
SOyuz MOLodiozhi, o
Uni�n Comunista de
la Juventud, que fue
establecida en 1918.
Komsomol era el
�ltimo estadio de la
juventud para ganar
membrec�a en el
Partido Comunista.
La progresi�n era:
Octobristas,
Pioneros y luego
Komsomols.
[20] Agha: un
l�der, gobernador o
jefe. Aqu� significa
se�or.
[21] Sin�nimo de
Seyid que indica a
un descendiente
sagrado del Profeta
Muhammad en la
tradici�n musulmana.
[22] La gente
utiliza esta
expresi�n cuando
est� hablando sobre
alguien que
considera santo.
[23] Muchas
cosas recibieron el
nombre Octubre. Se
refiere al mes de
1917 cuando tuvo
lugar la revoluci�n
Bolchevique.
[24] Atagha: Es
"hombre de carne",
refiri�ndose a Mir
Movsum Agha
(1883-1950) quien
era buscado en la
religi�n popular
debido a sus
alegadas capacidades
curativas en la fe.
Su tumba est� en
Shuvalan, un pueblo
en la Pen�nsula
Absheron, no muy
lejos de Baku.
Todav�a es popular
hoy, m�s de 50 a�os
despu�s de su
muerte. Durante el
per�odo sovi�tico,
la curaci�n por la
fe era un tab�. Aqu�
el poema se refiere
a la nueva medicina
a tomar en lugar de
lo que los
sovi�ticos ve�an
como un
comportamiento
supersticioso.
[25] Kulaks: el
estrato m�s rico de
los campesinos,
criticados por los
Bolcheviques
[26] Pueblo
hist�rico en la
Pen�nsula Absheron,
cerca de Bak�, la
capital.
[27] Pueblo as�
como un distrito de
la Pen�nsula
Absheron.
[28]
Asentamiento en la
Pen�nula Absheron.
[29] Una regi�n
del oeste de
Azerbaiy�n que ha
estado bajo
ocupaci�n armenia
desde 1992.
[30] Un pueblo
en el sur de
Azerbaiy�n que est�
en la frontera con
Ir�n.
[31] Una regi�n
del r�o Kur-Araz en
la zona central del
pa�s.
[32] En la Uni�n
Sovi�tica, una
persona que segu�a
el ejemplo de
Aleksei Grigorievich
Stakhanov, que
trabaj� tan
duramente que tuvo
un m�rito adicional
al trabajo.
[33] Es una
tradici�n en el
Islam que antes del
entierro el cuerpo
del muerto sea
lavado
ceremonialmente.