El reino del terror
Alcanzado el poder,
Mac�as r�pidamente
abandon� la democracia y
se dedic� a convertir a
Guinea Ecuatorial en uno
de los estados africanos
m�s represivos, temibles
y dictatoriales.
El 9 de marzo de 1969,
el diario ABC public� en
portada: "Mac�as
asume el poder absoluto
en Guinea Ecuatorial",
para luego asegurar que
"despu�s de
desembarazarse por todos
los medios de sus
adversarios pol�ticos,
ha iniciado una purga de
sus colaboradores m�s
directos" y "con
las armas requisadas a
los extranjeros, el
presidente arm� a sus
partidarios, que han
sembrado el terror en el
pa�s".
Ante los ataques cada
vez m�s virulentos
contra los extranjeros,
comenz� un �xodo
imparable de espa�oles,
y el antiguo pa�s
colonizador tuvo que
pedirle a la Cruz Roja
Internacional que
enviase urgentemente
equipos sanitarios para
relevar a sus m�dicos,
quienes, como dijeron:
"debido a las
circunstancias, no
pueden desempe�ar su
humanitaria labor con
eficacia, adem�s de
peligrar su seguridad,
por la campa�a
antiespa�ola que est�n
llevando a cabo las
autoridades guineanas"[1].
Muchos exiliados
debieron irse s�lo con
lo que ten�an puesto.
Entre ellos hab�a
personas que llevaban
toda su vida en Guinea.
Los hijos de matrimonios
mixtos nacidos all� no
eran considerados
espa�oles por el
gobierno y se prohibi�
su salida, separando as�
a las familias. Otros no
ten�an ni siquiera el
dinero que costaba el
pasaje y tuvieron que
conseguir pr�stamos para
partir.
Mac�as encarg� el
adiestramiento de
milicias y tambi�n envi�
misiones a Pek�n para
pedir alimentos y
formaci�n para aprender
t�cnicas de organizaci�n
miliciana popular. Las
"Juventudes en Marcha
con Mac�as", creadas y
armadas casi desde el
comienzo del gobierno,
sometieron a
humillaciones y
vejaciones a los
espa�oles que
encontraban aislados. La
Guardia Civil prefiri�
no intervenir para
evitar que aumentase la
violencia.
Un a�o despu�s todos los
partidos de oposici�n
fueron ilegalizados, y
se cre� el Partido �nico
Nacional (PUN). En julio
de 1971 el partido fue
renombrado PUNT,
agregando "de
Trabajadores",
inspir�ndose en Corea
del Norte. La militancia
era obligatoria para
todos los guineanos
mayores de siete a�os de
edad.
Se levantaron sucesivas
olas de represi�n y los
opositores que no hab�an
alcanzado a escaparse al
extranjero fueron
encarcelados y muchos
murieron de forma
violenta. Otros fueron
torturados y encerrados
por largos per�odos en
las inhumanas prisiones.
En "Guinea, materia
reservada� se cuentan
numerosos relatos de
atrocidades cometidas en
ese periodo. En uno de
ellos, un testigo relata
la muerte de Federico
Ngomo, antiguo
Presidente de la
Asamblea Nacional y
luego nombrado por
Mac�as auditor-jefe del
Banco Central de Guinea.
Ocurri� el d�a del
Corpus Cristi de 1971.
Los carceleros llevaron
a doce prisioneros a la
zona de Ngolo Ayon, a
unos 5 kil�metros de
Bata, y les obligaron a
cavar una zanja en una
zona pantanosa. As� es
el relato de lo
ocurrido:
"La milicia popular
cogi� palas, picos y
mazas y comenz� en ese
momento uno de los m�s
t�tricos y espantosos
espect�culos...
Empezaron a golpear a
los prisioneros, que por
otro lado se ahogaban en
aquella viscosa agua en
estado de
descomposici�n, y que se
agarraban a los bordes
de la excavaci�n con los
dedos sangrando y con
las u�as astilladas.
Cada vez que alguno de
ellos intentaba respirar
aquel aire saturado y
cargado de violencia y
de silencio, las
�Juventudes en Marcha
con Mac�as� golpeaban
con sus palas o sus
picos las cabezas de
aquellas amorfas figuras
humanas rebozadas de
fango y sangre en donde
dif�cilmente se pod�a
apreciar donde estaban
la boca y los ojos.
Solamente cuando
cualquier movimiento,
por m�nimo que fuera, se
deten�a en el interior
de aquella fosa
pestilente, los verdugos
cesaban su apasionante
diversi�n del Corpus. La
operaci�n, sin embargo,
se repiti� al d�a
siguiente con nuevos
prisioneros. Los
espectadores
silenciosos, obligados
por la Guardia Nacional
a presenciar
gratuitamente aquel
espect�culo ofrecido por
el presidente Mac�as
Nguema Boyono, ahogaban
una contenida arcada de
terror, de dolor, de
asco. Cientos de
personas han muerto en
forma similar...�[2].
Las despiadadas matanzas
comenzaron a sucederse
cada vez con mayor
frecuencia y muchas
veces en p�blico para
que sirviesen de
"escarmiento". Algunas
fuentes indicaron que se
llegaban a amontonar
hasta 6.000 prisioneros
en las c�rceles, aunque
lo normal era matar a
los detenidos m�s
antiguos para hacer
lugar a los nuevos. El
26 de junio de 1974 - y
valga este hecho como
ejemplo para no seguir
enumerando otros -
Mac�as orden� ejecutar a
118 prisioneros
pol�ticos. Pero antes de
hacerlo, oblig� a los
familiares a que diesen
su consentimiento y
acuerdo a las sentencias
sumarias. Quienes se
negaron a hacerlo fueron
asesinados a�n antes que
sus seres queridos
acusados. De este modo
se aplicaba el sistema
con el habitual cultivo
de traiciones y
denuncias comunes en los
estados comunistas para
destruir la confianza
dentro de la poblaci�n.
"La estela de sangre
dejada por la 'Juventud
en marcha con Mac�as' es
indescriptible�,
reconoci� Obiang Nguema
en su libro "Guinea
Ecuatorial, pa�s joven".
El sobrino y sucesor de
Mac�as critic� los
desmanes cometidos para
justificar as� la
violenta deposici�n de
su t�o, aunque hemos de
agregar que sin
mencionar su propia
participaci�n en muchos
de aquellos sucesos
cruentos. En otro
p�rrafo de su obra
asegur� que las
dirigentes de la Secci�n
Femenina del PUNT
"someten a litigios
pol�ticos cuestiones
�ntimamente conyugales,
litigios que generan las
persecuciones y
asesinatos de muchos
maridos�[3].
Mediante el decreto
promulgado el 7 de mayo
de 1971 Mac�as asumi�
"todos los poderes
directos" tras
argumentar que hab�a
superado dos supuestos
intentos de golpe de
estado y "atentados
para asesinar al
presidente popular y
democr�tico elegido por
el pueblo africano de
Guinea Ecuatorial�.
En octubre del mismo a�o
dict� un decreto-ley que
sancionaba cualquier
ofensa a su persona
hasta con la pena de
muerte y establec�a
fuertes castigos para
quienes fuesen
condenados por delitos
de rebeli�n o por
intentar derrocar al
Gobierno.
Pero a�n faltaba m�s: en
julio 1972, Mac�as se
autoproclam� presidente
vitalicio a trav�s de
una �ley
constitucional�. Tambi�n
se otorgar�a los t�tulos
de "Honorable y Gran
Camarada�, por �la
sabia direcci�n que ha
llevado al pa�s desde su
independencia",
�General Mayor de los
Ej�rcitos Nacionales�,
por �los m�ritos
militares alcanzados�;
y - como ya dijimos -
�Gran Maestro de
Educaci�n Ciencia y
Cultura", por �la
infatigable labor
instructiva llevada a
todo el pueblo�[4].
La presencia sovi�tica,
norcoreana, cubana y
china ya era muy
importante a esta altura
de los acontecimientos.
Guinea Ecuatorial era
una c�rcel aislada del
exterior - como es
natural en los estados
comunistas - y subsist�a
gracias a la ayuda de
estos pa�ses.
"Los observadores
pr�ximos a la Alianza
Atl�ntica hab�an
se�alado, en los �ltimos
meses, la preponderancia
de la influencia
sovi�tica en el
territorio de ese pa�s,
apoyada por instructores
cubanos que hablan
correctamente espa�ol,
gracias a la aportaci�n
de armamento ruso para
el Ej�rcito guineano.
Asimismo, la URSS hab�a
participado en la
instalaci�n de un
sistema de
telecomunicaciones en el
pa�s, y a cambio de todo
ello el Gobierno de
Guinea habr�a dado
facilidades al Gobierno
de Mosc� para la
instalaci�n de una base
de pesca en la localidad
de Luba[5].
Lo cierto es que la base
no se utilizaba s�lo con
fines pesqueros. Los
observadores atl�nticos
la calificaron como
militar y estrat�gica",
explicaba Pablo
Sebasti�n, entonces
corresponsal de ABC en
Bruselas.
Est� claro, entonces,
que los pa�ses
comunistas apoyaban,
aconsejaban y cerraban
los ojos ante el
evidente desequilibrio
mental en constante
aumento del gobernante
de Guinea. Seg�n un
informe elaborado por el
Ministerio de Asuntos
Exteriores espa�ol que
recogi� Rafael
Fern�ndez: "El
dictador muestra
crecientes se�ales de
inestabilidad. Se rodea
de familiares o personas
de Mongomo, que coloca
en lugares importantes
de la Administraci�n,
para vigilar a los
ministros. Trata con
desd�n y a gritos a sus
compatriotas y
diplom�ticos y acapara
cargos. Adem�s de ser
Jefe del Estado y del
Gobierno, desde marzo de
1969 es responsable
tambi�n de las carteras
de Defensa y Asuntos
Exteriores. El
funcionamiento de la
administraci�n y de los
�rganos del Estado es
ca�tico. Comienza a ser
conocida Guinea
Ecuatorial como 'el
reino del terror'"[6].
Una vez que toda
oposici�n pol�tica fue
eliminada, el gobierno
comenz� a acosar e
intimidar a la Iglesia
Cat�lica Romana, que era
vista como otra posible
instituci�n opositora[7].
El gobierno dijo que
"No hay otro Dios que
Mac�as" y la frase
"Dios cre� Guinea
Ecuatorial gracias a
Mac�as. Sin Mac�as
Guinea Ecuatorial no
existir�a", se
convirti� en una parte
obligatoria de todos los
servicios religiosos que
subsistieron.
La actividad empresarial
se hizo casi
inexistente. Exceptuando
algunas peque�as
empresas constructoras
extranjeras, encargadas
de obras p�blicas y
extracci�n maderera, el
resto de la escasa
actividad empresarial
estaba en manos del
Estado, como las
empresas estatales
comerciales, dedicadas a
la venta mediante
boletos de racionamiento
de art�culos importados
como ropa, bebidas,
electrodom�sticos o
bicicletas; la empresa
estatal de transportes,
con una flota de
autobuses que cubr�an
los trayectos entre las
cabeceras de distrito; o
la empresa estatal de
petr�leo, dedicada a la
venta de productos
derivados.
Trabajar en la
Administraci�n del
Estado o en una empresa
estatal era un
privilegio reservado a
unos pocos. Sin embargo,
estos trabajadores no
ten�an garantizados
derechos laborales,
incluida la percepci�n
regular de un salario,
pues pod�an pasar muchos
meses sin recibir su
sueldo. Adem�s, los
trabajadores de las
empresas estatales no
ten�an la libertad de
rescindir su relaci�n
laboral de no mediar
causa justificada.
El trabajo era
considerado como el
primer deber y
obligaci�n de todo
ciudadano, sin que se
esperase contrapartida
alguna, justific�ndose
que �el trabajo
creador y
revolucionario�
dignificaba al hombre.
En estas circunstancias,
cualquier tipo de
reivindicaci�n sobre las
condiciones laborales
era
�contrarrevolucionario,
subversivo y propio de
los enemigos de la
patria�[8],
lo cual significaba el
castigo de c�rcel.
En 1975 un decreto
prohibiendo toda
educaci�n privada llev�
al cierre de todas las
escuelas cat�licas, y la
poblaci�n fue advertida
de que el contacto con
la iglesia podr�a
conducirla a un castigo
severo. Mientras tanto,
el mismo a�o Mac�as se
proclam� a s� mismo un
"Milagro �nico"[9].
Por otra parte, el
cierre de los colegios
tambi�n obedec�a a que
el r�gimen era
virulentamente anti-intelectual.
Entre 1969 y 1976 unos
75 maestros o
funcionarios de
educaci�n fueron
ejecutados, incluyendo
tres ministros. Cientos
de maestros fueron
expulsados, causando el
cierre de similar n�mero
de escuelas[10].
Mac�as declar� que la
educaci�n privada era
subversiva y la prohibi�[11].
Los ni�os ya no iban al
colegio porque los
maestros hab�an muerto o
huyeron. Lo �nico que
deb�an aprender era a
gritar "�Nada sin
Mac�as, todo por Mac�as!
�Abajo el colonialismo!
�Abajo el imperialismo!"[12].
Pero la postura hostil
del r�gimen contra el
intelectualismo no
estaba limitada al
sistema de educaci�n.
Cualquier ecuatoguineano
educado era visto como
una amenaza, y los
profesionales, como
estadistas por ejemplo,
pod�an ser asesinados
por este simple hecho.
El t�rmino "intelectual"
fue prohibido por Mac�as
en 1973[13].
Entre todos sus odios,
el presidente profesaba
uno particular contra
los annoboneses[14],
probablemente porque los
isle�os manten�an una
lealtad nunca disimulada
por sus antiguos
colonizadores espa�oles.
Los habitantes de la
remota Annob�n vieron
pasar los a�os en un
absoluto aislamiento,
sin que apareciera por
all� ning�n barco.
Tambi�n en 1973 se
declarar�a una epidemia
en la isla, pero Mac�as
no s�lo se neg� a enviar
ayuda, sino que incluso
prohibi� que lo hicieran
las organizaciones
humanitarias que estaban
dispuestas a ayudar[15].
Un decreto publicado en
agosto del mismo
fat�dico a�o obligaba a
todos los ciudadanos del
pa�s a cambiar su nombre
cristiano por el
equivalente africano.
Fernando Po pas� a
llamarse isla Mac�as
Nguema, Santa Isabel se
convirti� en Malabo, San
Carlos - la segunda
ciudad de la isla - fue
renombrado como Luba y
la remota isla de
Annob�n pasaba a ser
Paqalu[16].
Debido a la p�sima
gesti�n presidencial, el
pa�s pronto entr� en
crisis, a lo que
contribuy� la
nacionalizaci�n de la
econom�a y la
megaloman�a de Mac�as
Nguema, que le llev� a
construirse un palacio
valorado en 12 millones
de d�lares[17],
entre otras
excentricidades.
En medio de esta
situaci�n, en un pa�s
casi totalmente aislado,
la poblaci�n sobreviv�a
sufriendo graves
penurias, y enfermedades
ya erradicadas volvieron
a aparecer. Sin ninguna
l�gica ni preocupaci�n
por su pueblo Mac�as
orden� clausurar la
leproser�a de Micomeseng,
forzando as� a los
enfermos a regresar a
sus aldeas de origen.
Muchos fueron rechazados
o incluso perseguidos
por el temor al contagio
de la gente sana y se
vieron obligados a
refugiarse en la selva[18],
donde morir�an en
espantosas condiciones.
No es de extra�ar que en
1974, una comisi�n
internacional publicase
un informe en el que se
calificaba al r�gimen
como el m�s brutal del
mundo. La iglesia
denunci� el asesinato
del ex-vicepresidente
Edmundo Bosio y de otros
miembros de la
oposici�n, a lo que el
presidente respondi�
expulsando a la mayor�a
de los religiosos del
pa�s y decretando el
cierre de todas las
iglesias.
Los religiosos
extranjeros tuvieron
entonces que salir
tambi�n de Guinea,
mientras que el clero
aut�ctono fue
perseguido, encarcelado,
torturado y asesinado.
Con la influencia
directa de sus nuevas
amistades comunistas,
Mac�as declar� el estado
ateo en un pa�s con un
95% de poblaci�n
cat�lica.
Amnist�a Internacional,
en su informe anual de
1976, afirm� de Guinea
Ecuatorial: �es uno
de los m�s represivos y
totalitarios estados de
�frica�. Critic�
duramente las
detenciones del
Vicepresidente y
Ministro del Interior
Miguel Eyegue, uno de
los m�s importantes
consejeros militares del
Presidente, la del
capit�n Salvador El�, y
las de entre 15 y 20
sacerdotes y monjas
cat�licas.
En marzo de ese a�o
Mac�as firm� un
decreto-ley en el que
ordenaba que "todos
los ni�os guineanos
entre 7 y 14 a�os,
recibir�n
obligatoriamente
adiestramiento militar�
y �cualquier
padre de familia o
persona que se niegue a
entregar a su hijo ser�
encarcelado o fusilado�.
Otro decreto-ley,
firmado el mismo d�a,
reafirmaba la
africanizaci�n de
t�rminos del a�o
anterior, prohibiendo
"exhibir ninguno de los
nombres de pila puestos
por la Iglesia al ser
bautizados" y "el
mal pronunciamiento de
los nombres africanos y
menos con entonaci�n
europea�[19].
Entre los extranjeros
sufrir�an muy
particularmente los
trabajadores nigerianos
que trabajaban en las
plantaciones de cacao en
Fernando Po. Vieron
impotentes c�mo se iban
deteriorando los
cultivos, de dif�cil
producci�n. Las fincas
que hab�an pasado a
manos de guineanos se
degradaban r�pidamente,
la producci�n disminu�a
y los patrones no
pagaban. Los castigos
eran m�s frecuentes y
duros que nunca antes,
convirti�ndolos
pr�cticamente en
esclavos absolutamente
carentes de derechos
dentro del pa�s. Si
protestaban por las
condiciones en que
deb�an trabajar el
gobierno respond�a con
acci�n policial o
militar. En vista de
todo esto muchos
escaparon. Ya en 1972 se
hab�an marchado unos
20.000 de los 50.000
nigerianos que viv�an y
trabajaban en Guinea
Ecuatorial.
En enero de 1976 la
situaci�n lleg� a
extremos intolerables.
Mac�as hab�a incumplido
todas las promesas que
hiciera antes a las
autoridades nigerianas,
que entonces enviaron un
barco a Malabo para
repatriar a los
trabajadores que
desearan regresar a su
pa�s. Todos quer�an
salir cuanto antes hacia
su patria, que se
encontraba a unas cinco
horas de navegaci�n. En
el barco se abarrotaron
1.500 personas
aterrorizadas. En los
muelles quedaban unos
7.000 nigerianos que
quer�an tambi�n subir al
barco. Mac�as envi�
soldados con el
argumento de que har�a
respetar el orden y para
evitar que se marcharan
algunas guineanas que se
hab�an casado con
nigerianos.
"En medio de un p�nico
generalizado en los
muelles, los soldados
abrieron fuego con armas
autom�ticas",
dijo la revista �frica
en marzo de 1976.
Fuentes gubernamentales
nigerianas manifestaron
luego que en la matanza
perdieron la vida al
menos 11 trabajadores.
Despu�s de esto el
gobierno nigeriano
orden� la repatriaci�n
de todos los
trabajadores. Se
vivieron unas jornadas
dram�ticas en las que
los nigerianos escapaban
como pod�an en
abarrotados barcos
enviados desde su pa�s o
en cualquier cosa que
flotara. Algunos
aseguran que Nigeria no
intervino militarmente
por miedo a la presencia
sovi�tica en Guinea,
entonces ya muy
importante. Nadie sabe
exactamente la cantidad
de nigerianos que
murieron en aquellos
sucesos. Los barcos
escaseaban pues Mac�as
hab�a ordenado
destruirlos mucho antes
para evitar fugas de su
atemorizado pueblo. Este
nuevo �xodo masivo
perjudic� gravemente al
pa�s, y las cosechas de
cacao quedaron m�s
afectadas a�n que en el
previo abandono
precipitado de los
espa�oles unos a�os
antes.
Ese mismo a�o el
semanario norteamericano
The Guardian informaba
que unos 26.000
"esclavos" estaban
trabajando en las
plantaciones de cacao y
caf� de Guinea
Ecuatorial y cit� un
informe de la Sociedad
Anti-esclavitud - con
sede en Londres - que
aseguraba que la isla de
Fernando Po era un gran
campo de trabajos
forzados. Seg�n la
informaci�n del
semanario, incluido en
uno de los boletines �La
Voz del Pueblo� de la
ANRD[20],
Mac�as hab�a obligado a
la poblaci�n a trabajar
en las plantaciones,
debido a la salida
forzada de los braceros
nigerianos.
Para sustituir a los
exiliados el gobierno
decidi� que cada pueblo
y cada familia del pa�s
deb�an entonces enviar a
la isla un cupo de
trabajadores para salvar
la cosecha de cacao. Si
la gente no se alistaba
voluntariamente, se
proced�a a su detenci�n
y traslado forzoso desde
su pueblo hasta las
plantaciones en Fernando
Po; los obreros as�
tra�dos no ten�an
derecho a salario
alguno, y tan s�lo
recib�an una escasa
raci�n de alimentos. Sin
asistencia m�dica ni de
ning�n otro tipo y sin
familiares o conocidos a
quienes acudir para
sobrevivir, muchos de
estos trabajadores
forzados hurtaban en las
fincas de los habitantes
de la isla ante la
impotencia de �stos, que
no ten�an instancia
alguna donde denunciar a
�los trabajadores
revolucionarios�, como
entonces se les llamaba.
Estas personas no pod�an
retornar a sus aldeas, y
s�lo en casos
excepcionales
consiguieron una
autorizaci�n de
desplazamiento, o
�credencial�[21].
Hubo pesquisas a lo
largo de todo el pa�s
para recolectar hombres
y llevarlos a trabajar
obligados a las
plantaciones de cacao.
En la Navidad de 1976,
por ejemplo, lleg� un
barco a Annob�n despu�s
de los a�os previos de
aislamiento. Los isle�os
pensaron que por fin
llegar�a apoyo m�dico y
otras ayudas. Al darse
cuenta de su error los
que pudieron se
escaparon a cuevas que
s�lo ellos conoc�an en
su tierra. Mientras
tanto, los guardias de
Mac�as capturaban a
todos los hombres que
encontraron entre los 16
y los 40 a�os[22].
La gente, forzada a
realizar un cultivo
dif�cil sin ninguna
experiencia, no
consigui� cubrir ni
siquiera las cuotas m�s
m�nimas. A pesar de las
amenazas y represalias,
no alcanzaban ni
siquiera un triste 10%
de la producci�n
original - anterior a la
independencia - tras la
partida de los
nigerianos.
En condiciones similares
de carencia y maltrato
se desarrollar�a el
trabajo en el sector de
la construcci�n,
concretamente en las
obras de alguna que otra
infraestructura, como
fue la construcci�n de
la central
hidroel�ctrica de Bikomo,
donde los trabajadores
guineanos apenas
percib�an, de manera muy
irregular, un salario de
3000 bikwele, que
alcanzaba escasamente
para la manutenci�n de
cinco d�as[23].
Adem�s, tanto los
funcionarios p�blicos
como la poblaci�n en
general estaban
obligados cada s�bado a
trabajos p�blicos, como
la limpieza de la hierba
de las calles (o �chapeo
de las ciudades�), al
estilo habitual de los
pa�ses comunistas. En
cualquier momento y
lugar los cuerpos de
seguridad pod�an detener
a las personas y
obligarlas a trabajar en
tareas de limpieza. La
instituci�n del trabajo
forzoso gratuito y
generalizado era
conocida como �trabajar
por el PUNT�.
M�s all� de este trabajo
forzoso generalizado,
los reclusos de la
c�rcel central de Black
Beach (muchos de ellos
presos pol�ticos) eran
empleados - sin
remuneraci�n alguna - en
trabajos de obras
p�blicas, limpieza de
las ciudades, o en las
fincas estatales y
plantaciones privadas de
alimentos de las
personalidades del
r�gimen.
En febrero de 1977 la
desaparecida revista
�Cuadernos para el
Di�logo� public� un
reportaje escrito por un
guineano que pidi� que
su nombre fuese
protegido, donde contaba
que en ese momento hab�a
miles de personas en su
pa�s que hab�an sido
condenadas a realizar
trabajos forzados, las
mujeres eran violadas
por los guardianes, y
que a los prisioneros no
les daban comida y
muchas veces tampoco les
pasaban la que les
llevaban sus familiares.
"La tortura est� a la
orden d�a�, dec�a el
autor del art�culo.
'Cambio-16' al explicar
que Guinea estaba ya
empobrecida hasta
l�mites extremos,
public� una cita del
periodista guineano
Donato Ndongos "los
diez a�os de poder
absoluto por parte de
Mac�as han servido para
que una producci�n
cercana a las 50.000
toneladas de cacao se
reduzca a las 3.000
actuales; para que el
caf� haya pasado de las
8.000 a las 1.000
toneladas; para que
160.000 guineanos hayan
tomado el camino del
exilio, otros 4.000
est�n en las c�rceles de
Guinea y 30.000 personas
est�n condenadas a
trabajos forzados".
Fueron surgiendo grupos
opositores en el
exterior, que denuncian
la situaci�n que se
estaba viviendo en
Guinea. La ANRD, en una
Conferencia Nacional
sobre los Refugiados de
Guinea Ecuatorial en
agosto de 1978,
consider� por su parte
que en ese entonces - y
a pesar de todas las
medidas gubernamentales
para evitarlo - hab�a
unos 60.000 guineanos
exiliados en Gab�n,
40.000 m�s en Camer�n,
otros 15.000 en Nigeria,
8.000 en Espa�a y unos
300 en Sao Tom� y
Pr�ncipe. La suma total
supon�a alrededor de un
tercio de la poblaci�n
del pa�s.
La infraestructura
financiera y
administrativa estaba
destruida completamente.
La situaci�n econ�mica
era cr�tica. Apenas si
hab�a alimentos en los
mercados y ya no se
pod�a cazar, porque
Mac�as hab�a ordenado a
toda la poblaci�n a
entregar sus armas por
temor a levantamientos.
Tampoco se pod�a pescar
porque hab�a ordenado
destruir los cayucos y
botes, para evitar
huidas. Las
exportaciones de Guinea
en 1978 fueron cinco
veces inferiores a las
del inicio de los a�os
70, pr�cticamente
limitadas al poco cacao
que se produc�a. La
antiguamente aceptable
red de carreteras del
pa�s iba deterior�ndose
por falta de
mantenimiento, y en
algunos lugares la selva
ya se hab�a comido los
caminos.
En el banco no hab�a
dinero, pues Mac�as se
lo llevaba en maletas a
su refugio de R�o Muni,
especialmente las
divisas. Entonces, el
propio dictador, o
cualquier autoridad
militar, empezaron a
secuestrar espa�oles
para pedir rescates a
cambio de su liberaci�n.
Tuvieron que salir de
Guinea los �ltimos
misioneros espa�oles que
all� quedaban, acusados
de espiar para el
Gobierno espa�ol por
medio de la confesi�n.
Todos los testimonios
aseguraban que en Guinea
mor�an numerosos
detenidos a palos o por
maltratos y hambre.
Seg�n Cambio-16 a
finales de 1978 solo
quedaban en Guinea unos
50 espa�oles, de la
Embajada, Iberia,
Aviaci�n Civil, Escuder
y Galiana, Mallo, Tok,
Fleitas, Sampaka,
Cabanillas y San
Crist�bal.
Los hospitales estaban
en ruinas y no hab�a
medicinas en el pa�s. La
mortalidad infantil pas�
de ser una de las m�s
reducidas de �frica a
una de las m�s elevadas.
La situaci�n de la
ense�anza era
catastr�fica, con las
escuelas cerradas y los
maestros fugados o
asesinados. El Gobierno
guineano no dedicaba ni
un c�ntimo a la
ense�anza o la sanidad.
Ey� Nchama, secretario
general de ANRD, dijo al
Daily News de Tanzania
en un viaje a Dar el
Salam, que �no hay
ley en Guinea
Ecuatorial, lo �nico que
cuenta es la ley de la
selva. La polic�a tiene
el poder de detener
arbitrariamente a
cualquier sospechoso de
ser un opositor a
Mac�as�.
El sanguinario dictador
ser�a al fin depuesto el
3 de agosto de 1979, en
un golpe militar de su
sobrino y entonces
Ministro de Defensa,
Teniente Teodoro Obiang
Nguema Mbasogo, despu�s
de que el presidente
ordenara el asesinato de
uno de sus hermanos[24].
El m�dico personal de
Mac�as, Agust�n Loery -
a quien el golpe le
salv� pues se encontraba
condenado a muerte -
asegur� que el ex
presidente era un "loco
secular". El doctor
afirm� que la regi�n de
Mongomo hab�a quedado
devastada y que la
mayor�a de sus
habitantes huyeron.
Muchos murieron al
cruzar a nado el r�o que
separa a Guinea de
Gab�n. En el pa�s hab�a
alrededor de 2.000 casos
de lepra y la filaria
estaba muy extendida y
sin atenci�n m�dica. Los
ni�os ten�an s�ntomas de
raquitismo y los
vientres abultados,
debido a la pobre
alimentaci�n y a los
gusanos intestinales que
los devoraban por
dentro.
Ante la situaci�n
cr�tica en que se
encontraba Mac�as huy� a
su aldea natal en el
distrito de Mongomo,
donde fue hecho
prisionero por los
hombres de Obiang,
quienes lo condujeron a
Malabo para que fuese
sometido a juicio.
Durante su b�squeda
previa en el palacio de
Nzangayong se
encontraron los bastones
de �bano con
incrustaciones de marfil
con los que romp�a
cabezas a diestra y
siniestra. Durante sus
once a�os de reino,
desde 1968 a 1979, fue
denominado merecidamente
�el Pol Pot de �frica"[25].
Condenado a muerte por
el tribunal por los
delitos de asesinato,
traici�n, genocidio y
apropiaci�n de fondos
p�blicos, fue ejecutado
junto a seis de sus
colaboradores el 29 de
septiembre de 1979. Su
muerte fue celebrada por
la mayor�a de la
poblaci�n.
Lamentablemente, el
futuro no mejorar�a
mucho las condiciones de
vida de los esperanzados
habitantes.