Definiciones
Para
introducirnos en este cap�tulo
de la investigaci�n es
importante tener bien claro el
tema que desarrollaremos, en
este caso, las deportaciones en
todas sus categor�as. La Uni�n
Sovi�tica, madre del comunismo
mundial, ha hecho el uso m�s
extensivo de la historia de esta
pol�tica hoy poco conocida, o
confundida con otras realidades
m�s habituales dentro de la
sociedad occidental moderna,
como la repatriaci�n de
extranjeros. �De qu� se trata,
entonces, la deportaci�n a la
cual nos dedicamos?
Con este t�rmino
nos referimos en sentido lato a
la expulsi�n de una persona o
grupo de personas de un lugar o
pa�s. La expulsi�n de nativos
tambi�n es llamada destierro,
exilio o transporte penal. La
transferencia de poblaci�n, por
su parte, es el movimiento de un
gran grupo de personas de una
regi�n a otra ejecutado y
dirigido por la polic�a del
Estado o una autoridad
internacional. El destierro o
exilio tiene un proceso similar,
pero es aplicado forzadamente a
individuos o grupos.
La
deportaci�n es, por lo tanto, el
proceso por el cual la gente es
obligada a irse de su lugar de
morada permanente. Viola el
derecho humano b�sico de
libertad de movimiento y
residencia. Es m�s, los
deportados con frecuencia son
enviados a un pa�s o territorio
que carece de respeto por los
derechos humanos, y de esta
manera, adem�s del trauma propio
de la deportaci�n se suma el
temor al encarcelamiento, la
tortura o incluso la muerte.
Durante su
existencia la Uni�n Sovi�tica
fue un territorio de intenso
movimiento poblacional. Pero
esta movilidad no se deb�a a una
elecci�n libre de los
ciudadanos, basada en sus
preferencias individuales,
situaciones de mercado o
variaciones en est�ndares de
vida. Era un tipo diferente de
movilidad caracterizado por su
naturaleza planificada, a gran
escala y coercitiva o, en
resumen: forzada. Estas
deportaciones constituyeron una
parte del sistema totalitario
sovi�tico, que fue condicionado
por un n�mero de factores
pol�ticos y econ�micos.
Ya durante la
Guerra Civil rusa (1918-1923),
se lanzaron operaciones
localizadas para el
reasentamiento de ciertos grupos
de poblaci�n. En especial
durante la d�cada de 1930 y la
de 1940 la deportaci�n forzada
fue practicada con gran
intensidad a lo largo de toda la
extensa Uni�n Sovi�tica. Aunque
no ha sido la �nica en aplicar
estas pol�ticas en la historia
de la humanidad, s� ha sido la
que la ha implementado m�s
consistente e insistentemente.
La
extraordinaria expansi�n a gran
escala de las deportaciones ha
afectado gravemente a millones
de personas, manipulando el
destino de pueblos enteros y
grupos sociales completos.
El amplio uso de
las deportaciones se deb�a a una
b�squeda de expansi�n del poder
sobre ciertos territorios,
asegurando las fronteras de todo
aquel que les resultase
sospechoso o vulnerable, y
eliminando dentro a todos los
opositores (ya fuesen verdaderos
o imaginarios) al sistema.
Se tratara de
una motivaci�n econ�mica, social
o pol�tica, o incluso por
razones �tnicas, los documentos
oficiales usaban esencialmente
tres t�rminos intercambiables
para nombrar esta pol�tica:
vyselenie, que literalmente
significa "expulsi�n,
deportaci�n", pereselenie,
que significa "migraci�n" o "transmigraci�n"
y deportatsia o
deportaci�n. Estas tres palabras
est�n integradas en la
terminolog�a sovi�tica habitual
y se usaban con frecuencia para
referirse al traslado forzado
tanto de oponentes al r�gimen
como de sus familias. Por
ejemplo, un grupo as�
considerado fueron los kulaks.
En principio se aplicaba este
t�rmino para designar a los
campesinos pr�speros que pose�an
grandes granjas, ganado y en
ocasiones ten�an la capacidad de
contratar trabajadores,
es decir, que ten�an una mayor
solvencia econ�mica que los
dem�s, ubic�ndolos dentro de una
"clase social explotadora" de
los pobres (y m�s resistente a
la comunalizaci�n y p�rdida de
sus bienes) y por tanto,
enemiga. Posteriormente, sin
embargo, esta clasificaci�n se
ampli� en la terminolog�a
comunista, siendo aplicada sobre
todos aquellos que se opon�an a
las colectivizaciones forzadas,
sin importar ya que fuesen ricos
o pobres.
El
t�rmino "deportaci�n masiva",
por su parte, se refiere
espec�ficamente a los
desplazamientos forzados de un
n�mero grande de personas desde
su lugar de origen a otro
territorio lejano de
reasentamiento [pereseleniye],
realizados en unas series de
operaciones organizadas seg�n un
criterio social y/o nacional de
los deportados, usando m�todos
coercitivos.
La
coerci�n misma puede ser directa
o indirecta. En el primer caso
se trata de migraciones
represivas, o deportaciones,
que son las tratadas aqu�. El
�ltimo t�rmino denota
migraciones
"voluntarias-obligatorias" [dobrovolmo-prinuditelnyye].
Ese es el caso en que el Estado
impone circunstancias y factores
que influencian la decisi�n
individual respecto al
reasentamiento de manera que la
gente se vea compelida a seguir
la opci�n preferida por el
Estado. Poni�ndolo de otra
forma, en el primer caso
hablamos de un impacto represivo
abierto (coercitivo) que el
Estado ejerce sobre sus
ciudadanos, como por ejemplo ir
a buscar a las personas a sus
casas y obligarlas a subirse a
un transporte para partir; en el
segundo se refiere a la presi�n
administrativa decidida para
determinar la elecci�n
individual. Como estas �ltimas,
a pesar de su habitual
injusticia, pueden producir
decisiones que podr�an
interpretarse como "impulsadas
por la fuerza de las
circunstancias", no nos
dedicamos especialmente a este
caso, si bien es necesario notar
que el uso de coerci�n es
evidente. Por ejemplo: no
realizar el trabajo �voluntario�
pod�a (y sol�a) derivar en
encarcelamiento, deportaci�n,
degradaci�n social, no recibir
alimentos y otras medidas
punitivas graves.
Con
todo lo explicado queda claro
entonces que las deportaciones
son una de las formas
espec�ficas o tipos de represi�n
pol�tica,
y adem�s representan un
procedimiento designado por el
Estado para perseguir a sus
oponentes pol�ticos y mantener
un seguimiento de ellos, sin
importar si son reales o no. Los
casos en que un grupo entero
(social, �tnico o confesional)
es sometido a deportaci�n son
referidos como "deportaciones
totales".
Durante el curso de la Segunda
Guerra Mundial, las
deportaciones completas o
totales se convirtieron en un
instrumento de la pol�tica
nacional estalinista, que
despu�s ser�an repetidas por
distintos pa�ses comunistas,
copiando su metodolog�a. En
aquel entonces afectaron
profundamente al mapa �tnico de
la Uni�n Sovi�tica. M�s all� de
la presunta b�squeda de
seguridad (fronteras, posibles
enemigos internos, etc.), las
deportaciones serv�an para
castigar a los pueblos que se
opon�an a la implementaci�n del
socialismo o desarrollaban
sentimientos nacionalistas
extendidos.
Esta respuesta represiva
quebraba la cohesi�n,
atemorizaba a los descontentos
oblig�ndoles a ceder y
facilitaba la imposici�n de las
pol�ticas locales. As�, creando
regiones no homog�neas
�tnicamente, las deportaciones
jugaban un importante papel en
el proceso de sovietizaci�n en
todos los pueblos subyugados.
Por tanto, las
deportaciones masivas no s�lo
han significado una expulsi�n
brutal y la dispersi�n a trav�s
del amplio territorio sovi�tico,
sino que tambi�n han implicado
la negaci�n de la existencia
colectiva de todos los
deportados. Toda se�al
hist�rica, simb�lica y material
de las vidas de los deportados
han sido destruidos en su
territorio natal; villas y
carreteras fueron renombradas
usando nombres rusos; la
historia oficial y los manuales
fueron reescritos; y las
estructuras pol�ticas fueron
desmanteladas. Ser v�ctima de
deportaci�n significaba la
p�rdida de los derechos de
ciudadan�a en la propia tierra
de residencia (e incluso de
nacimiento) antes de ser
trasladado, la confiscaci�n de
sus bienes, la obligaci�n de
realizar trabajos forzados y la
muerte civil.
Como
regla, las decisiones
concernientes a operaciones de
deportaci�n fueron expedidas por
el Partido Comunista gobernante
y el gobierno sovi�tico,
siguiendo iniciativas tomadas
por el servicio de seguridad (OGPU-NKVD-KGB)
y por otras agencias. Esto
colocaba a las operaciones de
deportaci�n fuera del campo
judicial del sistema sovi�tico
de justicia,
y fuera de la legislaci�n
internacional y Aliada
concerniente a los prisioneros
de guerra. La Comisar�a del
Pueblo para Asuntos Internos (NKVD)
era la responsable de llevar a
cabo todas estas operaciones
especiales. De esta manera se
reforzaba m�s su posici�n frente
a la del poderoso ej�rcito, al
que se opon�a desde el per�odo
preguerra.
El constante
flujo de transferencia
poblacional llev� a la necesaria
creaci�n de asentamientos
especiales donde los deportados
tendr�an que vivir y trabajar
obligatoriamente, sin opci�n de
elegir. En varias ocasiones se
usaron diversos t�rminos para
las personas que eran reubicadas
masivamente: asentamiento
especial, asentamiento de
exilio, reasentamiento especial,
exilio administrativo (un
t�rmino que se refer�a a una
forma extrajudicial de decidir
los destinos de personas "por
medios administrativos"), etc.
Adem�s de su
necesidad para albergar a los
desplazados, el asentamiento
involuntario jugaba un papel
importante en la colonizaci�n de
zonas remotas donde hac�a falta
mano de obra. Esta utilidad fue
espec�ficamente mencionada en
los primeros decretos sovi�ticos
acerca de campos de trabajo
involuntario. La gente era, en
la pr�ctica, esclava del Estado.
Con este m�todo
(luego ampliamente difundido en
pa�ses comunistas, hasta la
actualidad) se obten�a un
suministro pr�cticamente
inagotable de mano de obra casi
gratuita para desarrollar la
econom�a de Siberia, Kazajst�n,
Asia Central y otros territorios
escasamente poblados, que en
general ten�an climas extremos.
El r�gimen asign� a los
exiliados a asentamientos
especiales para trabajo de
agricultura, ganader�a, pesca,
talaje, miner�a, construcci�n e
industria.
Los
asentamientos de trabajo eran un
tipo de exilio interno que usaba
a los colonos para trabajo
obligatorio. La principal
categor�a de "colonos para
trabajo" eran kulaks y
sus familiares deportados en la
d�cada de 1930, antes de la Gran
Purga. Los asentamientos
laborales estaban bajo
administraci�n del Gulag
pero hay una clara distinci�n
entre el sistema de esos
asentamientos y los de campos de
trabajo de prisioneros y campos
de internados y prisioneros de
guerra. Por ese motivo, cuando
hablamos aqu� de deportados no
nos estamos refiriendo a los
millones de reclusos sovi�ticos,
de los que hablaremos en un
cap�tulo especial.
En comparaci�n
con el sistema penal � s�lo un
poco m�s conocido � algunos
pueden verse tentados a creer
que estos asentamientos de
personas totalmente inocentes
eran "normales", porque la gente
viv�a en familia y hab�a algo
m�s de libertad de movimiento
que dentro del circuito
carcelario. Sin embargo, esa
"libertad" s�lo era permitida
dentro de un �rea espec�fica, y
las privaciones estaban a la
orden del d�a. De hecho, los
�colonos especiales� viv�an en
condiciones materiales
deplorables y casi no ten�an
derechos. Todos se encontraban
bajo control del NKVD: una vez
al mes una persona ten�a que
visitar una oficina de
reforzamiento legal local en
zonas rurales o un departamento
de militsiya en
asentamientos urbanos, ten�an
horarios extremos de trabajo y
no pod�an trasladarse por
decisi�n propia. Sencillamente,
el gobierno sovi�tico operaba
los asentamientos especiales
como prisiones sin murallas.
Por otra parte,
los asentamientos �libres� eran
para personas liberadas de los
l�mites de campos de trabajo
forzado punitivo "para
asentamiento libre" antes de la
expiraci�n de su condena, as�
como para aquellos que hab�an
servido el t�rmino completo pero
permanec�an restringidos en su
elecci�n de lugar de residencia.
Esas personas eran conocidas
como colonos libres. En la
pr�ctica, nada de lo que hac�an
depend�a de su libre voluntad.
Los "colonos
libres" de la primera categor�a
con frecuencia deb�an realizar
trabajo asignado al campo de
trabajo correspondiente o alg�n
otro trabajo obligatorio. M�s
tarde, la gente pod�a ser
asignada para "asentamiento
libre" en otros lugares tambi�n,
incluso en pueblos, con trabajo
obligatorio dondequiera fuese
requerida mano de obra.
La mayor parte
de la poblaci�n en asentamientos
de exilio eran v�ctimas de lo
que ahora se llama �limpieza
�tnica�. Se trata del traslado
forzoso por parte del Estado de
grupos nacionales enteros a los
que se saca de sus zonas de
asentamiento tradicionales. Es
decir, cientos de miles de
personas cada vez, que en pocos
d�as eran reubicadas a la fuerza
s�lo por el hecho de pertenecer
al pueblo castigado de turno.
En realidad �ste
no es un fen�meno nuevo. Ya los
antiguos asirios lo hac�an en el
siglo VIII antes de Cristo y se
ha repetido numerosas veces a lo
largo de la historia antigua. En
el siglo XX, el desarrollo de
tecnolog�a de transporte y
organizaci�n pol�tica ha
facilitado la realizaci�n
nefasta de la limpieza �tnica.
Un Estado con un aparato
poderoso y organizado de
coerci�n y un sistema
ferroviario funcional puede
reubicar a naciones enteras con
una rapidez abismal.
La
Uni�n Sovi�tica bajo Josef
Stalin perfeccion� este estilo
moderno de limpieza �tnica entre
1937 y 1949. S�lo entre 1941 y
1948, el r�gimen deport� a
3.266.344 personas desde sus
hogares a asentamientos
especiales en el interior de la
Uni�n Sovi�tica.
M�s de dos tercios de esas
personas castigadas eran
miembros de grupos nacionales
deportados completamente por
raz�n de su etnia. Los
deportados perdieron sus
hogares, posesiones, gran parte
de su cultura, dignidad,
libertad y cientos de miles de
vidas en el exilio.
Las
migraciones internas forzadas -
desde la deportaci�n de cosacos
en 1919 hasta la deportaci�n de
los clasificados como
"par�sitos" a mediados de la
d�cada de 1950, representaron un
fen�meno hist�rico que involucr�
a m�s de 6 millones de personas,
sin contabilizar aqu� al
exorbitante n�mero de personas
inocentes de etnia alemana
despu�s de la Segunda Guerra
Mundial
ni a todos aquellos trasladados
para realizar trabajo
�voluntario�. Ambos casos ser�n
mencionados espec�ficamente m�s
adelante en este mismo trabajo.
Lo cierto es que
la deportaci�n estalinista de
grupos nacionales enteros fue
uno de los peores cr�menes
contra la humanidad perpetrados
en el siglo XX. Sus v�ctimas
fueron exiliadas deliberadamente
a zonas con climas insalubres,
p�simas condiciones de vivienda
e insuficiente comida. En
algunos casos esta cruel
pol�tica llev� a la muerte de
m�s de un tercio de la
nacionalidad deportada como
resultado directo de las
condiciones de traslado y vida
que les impusieron. Stalin y sus
seguidores quer�an castigar a
las naciones exiliadas y les
import� poco la mortalidad
masiva que sigui� naturalmente a
esta metodolog�a. Por eso, se
hizo poco (o nada) por detener
las muertes debidas a
exposici�n, enfermedad o hambre
entre los exiliados.
La
Asamblea General de las Naciones
Unidas aprob� la Convenci�n
sobre la Prevenci�n y Castigo
del Crimen de Genocidio el 9 de
diciembre de 1948.
El Art�culo II declara: "En
la presente convenci�n,
genocidio significa cualquiera
de los siguientes actos
cometidos con intento de
destruir, totalmente o en parte,
a un grupo nacional, �tnico,
racial o religioso".
La convenci�n luego listaba
cinco actos que pueden
constituir genocidio. Entre
estos actos est�: "Infligir
deliberadamente condiciones de
vida sobre el grupo calculadas
para causar su destrucci�n
f�sica totalmente o en parte".
Este pasaje describe
acertadamente el destino de los
millones de personas que fueron
confinadas en asentamientos
especiales bajo el r�gimen
estalinista, dado que se les
someti� a condiciones materiales
deliberadamente da�inas, con el
conocimiento de que esto
llevar�a a la destrucci�n f�sica
de muchos de ellos.
Pero es dif�cil
comprender la estremecedora
realidad humana detr�s de lo que
podr�a parecer un simple cambio
de ubicaci�n geogr�fica. Para
evitar esa confusi�n, y antes de
detallar qui�nes fueron las
v�ctimas de estos procedimientos
y por qu� sufrieron ese triste
destino, presentaremos aqu� al
lector de qu� se trataba esta
desgracia en la vida de quienes
tuvieron que padecerla.
(*)
Citado en "Contra su voluntad.
La historia y geograf�a de
migraciones forzadas en la Uni�n
Sovi�tica". Central European
University Press. Budapest -
Nueva York. 2004.
[1]
Enciclopedia de Derechos
Humanos. Volumen II.
James R. Lewis. Carl Skutsch.
Sharpe Reference.
[2]
De hecho, en innumerables
ocasiones fueron personas de un
bajo estrato social quienes se
sublevaron contra las injustas
leyes a lo largo de la historia
de la reforma agraria,
confiscaciones, etc. en la Uni�n
Sovi�tica. Pero ese ser� un tema
que se desarrollar�
espec�ficamente en cada caso.
[3]
Mientras que "deportaci�n
masiva" se utiliz� en documentos
sovi�ticos oficiales como tal, o
bajo la expresi�n, por ejemplo:
"deportaci�n de todo el pueblo
Balkario", se ha popularizado
por estudiosos de las
deportaciones que deseaban
subrayar su naturaleza
extensiva.
[4]
Del lat�n deportatio:
exilio, destierro. El t�rmino
ruso deportatsiya tiene
el significado de expulsi�n
forzada de uno o muchos
individuos de una ciudad o
territorio.
[5]
Esta formulaci�n parad�jica es
com�n en el antiguo bloque
sovi�tico, aplic�ndose a
actividades como subbotniki
(d�as de trabajo "voluntario"
por la poblaci�n "libre") y a
las formas m�s brutales de
medida represiva.
[6]
Del lat�n repressio: medida
punitiva de retribuci�n,
encaminada a suprimir o poner
fin a determinados
acontecimientos. Cf. la
formulaci�n en la Ley de la
Federaci�n Rusa: "Sobre la
rehabilitaci�n de v�ctimas de
represi�n pol�tica", del 18 de
octubre de 1991, art�culo 1:
"Por represi�n pol�tica se
entienden las diversas medidas
de coerci�n impuestas por el
estado por consideraciones
pol�ticas y tomando las formas
de: privaci�n de vida o
libertad; colocaci�n forzada en
instituciones psiqui�tricas;
expulsi�n del pa�s y privaci�n
de ciudadan�a; remoci�n de
grupos de poblaci�n de sus
patrias; enviar individuos y
grupos a exilio interno;
reasentamiento especial o
deportaci�n; trabajo forzado
bajo condiciones de libertad
restringida; junto con otros
tipos de privaci�n o infracci�n
de los derechos y libertades de
personas reconocidas como
peligrosas socialmente para el
estado o sistema pol�tico sobre
la base social, nacional,
religiosa u otro criterio. Estas
medidas son ejecutadas de
acuerdo con decretos expedidos
por cortes u otros cuerpos
dotados con autoridad judicial,
o a trav�s de medidas
administrativas implementadas
por �rganos de poder ejecutivo,
oficiales, organizaciones no
gubernamentales o sus ramas
dotadas con poder
administrativo".
[7]
"Deportaciones masivas
sovi�ticas". Aur�lie Campana.
Enciclopedia de Violencia
Masiva.
[8]
Ni el C�digo Civil ni el
Criminal fueron tomados en
cuenta e incluso los sustitutos
de la justicia sovi�tica como la
"troika" o el Consejo Especial [Osoboye
Soveshchaniye] no estaban
involucrados. Conf recuencia el
�ltimo expidi� decisiones
jur�dicas para el "destierro a
zonas remotas de la Uni�n
Sovi�tica" tras un t�rmino en el
Gulag o supervisi�n por los
cuerpos del asentamiento
especial que eran responsables
por exiliados "ordinarios"
(internos) pero esto es una
materia diferente.
[9]
El Gulag (Administraci�n
principal de campos y colonias
de trabajo correctivo) era una
agencia del gobierno que
administraba los campos de
trabajo penal en la Uni�n
Sovi�tica. Eventualmente, el
t�rmino Gulag comenz� a denotar
todo el sistema de trabajo penal
en la Uni�n Sovi�tica. El Gupvi
(Administraci�n principal para
asuntos de prisioneros de guerra
e internados), por su parte, era
un departamento del NKVD, a
cargo de los internados civiles
extranjeros y prisioneros de
guerra en la Uni�n Sovi�tica
entre 1939 y 1953.
[10]
"Sobre el exilio de los Coreanos
del territorio del Lejano
Oriente". N. F. Bugai.
Otechestvennaia istoriia
(Historia de la Patria). Nro. 6.
1992. Doc. 2.
p�gs. 142�143 / "De la historia
de la deportaci�n de 'Coreanos
rusos'". N. F. Bugai y Haruki
Wada. Druzhba narodov (Amistad
de pueblos). Nro. 7. 1992.
p�gs. 220�221.
[11]
"De la historia de la
deportaci�n de 'Coreanos
rusos'". N. F. Bugai y Haruki
Wada. Druzhba narodov (Amistad
de pueblos). Nro. 7. 1992.
220�221.
[12]
El resto de las represalias que
los comunistas aplicaron contra
sus antiguos aliados pol�ticos
se explicar� detalladamente en
la investigaci�n sobre Alemania
Oriental.
[13]
Ib�d.
[14]
"Una deportaci�n �tnica
sovi�tica temprana: los coreanos
del lejano oriente". Michael
Gelb. Russian Review, vol. 54.
Julio de 1995. p�g. 409.
[15]
"Josef Stalin - L. Beria: 'Deben
ser deportados': documentos,
hechos, comentarios". N. F.
Bugai, ed. Mosc�: Druzhba
narodov. 1992.
Doc. 11. p�g. 47.