Las extensas deportaciones
Tal
como ya se ha visto,
inmediatamente despu�s del
establecimiento del gobierno en
la primera ocupaci�n, los
sovi�ticos comenzaron a expulsar
a las elites a zonas remotas de
la Uni�n Sovi�tica, culminando
este primer movimiento en la
deportaci�n masiva del 14 de
junio de 1941 de alrededor de
15.500 personas.
De ellos 5.154 eran mujeres y
3.225 ni�os menores de diez a�os.
Del
total de deportados, m�s de
5.000 fueron encarcelados y los
otros 10.000 ser�an enviados a
asentamientos de exiliados. Se
les dijo que estaban desterrados
de por vida. Unos 5.000
perecieron en Oriente o en el
viaje all�, o fueron ejecutados.
Las listas de
deportaci�n fueron realizadas
con la ayuda de secuaces
locales. No era dif�cil figurar
en ellas: bastaba con tener un
�xito moderado en algo. Un
negociante, un empresario, un
granjero pr�spero, el orgulloso
due�o de una farmacia o una
panader�a, un escritor, un
oficial o un maestro, todos se
encontraban all�.
Las
deportaciones fueron r�pidas y
se realizaron en la mitad de la
noche. Los deportados ten�an una
hora o menos para estar listos y
partir. Se les permiti� llevar
consigo algunas de sus
pertenencias (dinero, comida
para un mes, utensilios de
cocina, ropa). Esto no evitar�a
que se encontraran totalmente
desamparados ante el clima que
iban a afrontar el siguiente
invierno quienes fueron a las
dur�simas Siberia y Kazajst�n.
La
gente fue deportada sin tener
cargos en su contra, sin un
juicio ni posibilidad de
defenderse. Esto, seg�n la
historiadora Irene Sneidere, fue
una violaci�n de la Convenci�n
de Ginebra de 1929 que prohib�a
"las transferencias
individuales o masivas forzadas,
as� como las deportaciones" de
personas del territorio ocupado
al pa�s ocupante o cualquier
otro pa�s por cualquier raz�n, y
la transferencia de colonos a
ese territorio".
Las
familias fueron llevadas a la
estaci�n de tren. All� fue donde
descubrieron que los hombres
ser�an separados de las mujeres
y ni�os. En la orden expedida
nro. 001223 se lee: �en vista
del hecho de que gran n�mero de
deportados deben ser arrestados
y distribuidos en campos
especiales y que sus familias
deben proceder a asentamientos
especiales en regiones
distantes, es esencial que la
operaci�n de remoci�n tanto de
la familia de los deportados
como su cabeza se realice
simult�neamente, sin
notificarles de la separaci�n
confront�ndolos... La escolta de
toda la familia a la estaci�n
debe efectuarse en un veh�culo y
s�lo en la estaci�n de partida
debe colocarse a la cabeza de la
familia separadamente de su
familia en un carro
especialmente destinado para
cabezas de familia�.
Los trenes
fueron escoltados por un oficial
NKVD y un convoy militar.
Aprisionados dentro de carros de
ganado, con agujeros en el suelo
para usar como sanitarios a la
vista de todos los dem�s, los
deportados fueron enviados
mayormente a Siberia. Buena
cantidad muri� antes de alcanzar
su destino final debido a las
p�simas condiciones a que
estaban sometidos. Muchos m�s
perecieron durante su primer
invierno.
Tras la
ocupaci�n nazi desde 1941 a
1944/5, la Uni�n Sovi�tica
reocup� Letonia y aplic� duras
medidas para castigar al pueblo
por posible colaboraci�n con el
enemigo y por resistirse a la
nueva ocupaci�n sovi�tica.
As� fue como
Stalin orden� la deportaci�n de
muchas personas que hab�an
vivido en regiones ocupadas por
los alemanes, porque sospechaba
que hab�an colaborado con ellos.
Los deportados fueron privados
de sus derechos humanos y
civiles y con frecuencia de la
vida debido a las condiciones
duras e inhumanas en los campos
de prisioneros y el exilio.
Por
otra parte, en ese mismo tiempo
posterior a de la Segunda Guerra
Mundial se activ� un
significativo movimiento de
resistencia, que ten�a el
doloroso antecedente de la
primera ocupaci�n sovi�tica en
su pa�s. Este movimiento
continu� por largo tiempo tras
la guerra en las zonas rurales.
Los "hermanos del bosque"
letones (llamados �bandidos� por
los sovi�ticos) lucharon y la
campa�a contra ellos tom� muchas
vidas. Seg�n algunos estimados
hab�a unos 20.000, lo que es un
n�mero impresionante si
recordamos lo que ocurri� a los
hombres letones en los a�os
previos. Muchos de ellos eran
campesinos o antiguos soldados.
Seg�n los c�lculos ten�an hasta
80.000 colaboradores.
Contra los hermanos del bosque
la Uni�n Sovi�tica estableci�
una gran fuerza de combatientes,
agentes e informantes. En
confrontaciones murieron unas
6.000 personas de ambos lados y
otras 18.000 fueron heridas.
La lucha daba esperanza a los
letones, atosigaba a los
ocupantes y de alguna forma les
imped�a cumplir totalmente sus
planes en el campo y los pueblos
peque�os, aunque tambi�n llev� a
tomar medidas por venganza que
resultaron en el sufrimiento de
los circunstantes. Aparte de
algunos pocos agentes que fueron
enviados para la resistencia, no
hubo ayuda de Occidente.
Las
promesas del poder sovi�tico de
garantizar una amnist�a a las
guerrillas que aceptaran
legalizarse tras la larga
resistencia eran, por supuesto,
una mentira m�s. Un alto n�mero
de guerrilleros respondieron a
este llamado: 2.417 se
legalizaron en 1945, 1.002 en
1946.
La mayor�a de ellos fueron
juzgados o deportados en 1949.
De hecho, una
segunda deportaci�n masiva, el
25 de marzo de aquel a�o 1949,
terminar�a efectiva y
completamente la resistencia
armada contra el r�gimen de
ocupaci�n, facilitando adem�s la
hasta entonces complicada
colectivizaci�n.
Esta vez las
v�ctimas eran particularmente
campesinos - lo mejor de ellos
en este estado de "campesinos" y
"trabajadores" � que fueron m�s
de la mitad de los deportados.
Puede decirse que la columna
vertebral de Letonia estaba
seriamente herida. M�s del 60%
de los letones hab�an vivido y
trabajado en el campo. Ya en la
primera deportaci�n de 1941, la
mitad de las v�ctimas hab�an
sido campesinos.
Son dos,
entonces, las deportaciones m�s
masivas que tuvieron lugar en
Letonia: durante la primera
ocupaci�n sovi�tica en 1941, y
en 1949, durante la segunda
ocupaci�n. Debe notarse, sin
embargo, que las deportaciones a
campos de prisioneros Gulag y
zonas de asentamiento forzado
tuvieron lugar tambi�n en otras
ocasiones. Muchos letones fueron
enviados a los llamados "campos
de filtraci�n" y de "prisioneros
de guerra" tras la Segunda
Guerra, y luego encarcelados o
re-deportados despu�s de que se
les hab�a permitido regresar a
su pa�s. El n�mero total de
habitantes de Letonia sometidos
a deportaci�n excede el de las
dos deportaciones masivas
oficiales.
Todos estos
destierros privaron a Letonia de
su elite nacional. Se produjo
una escasez de fuerza laboral,
que se supli� a trav�s de
inmigrantes de zonas no letonas
de la Uni�n Sovi�tica. As�, las
deportaciones tambi�n sirvieron
para el objetivo de colonizar y
rusificar el pa�s.
En el primer
caso masivo, la noche entre el
13 y el 14 de junio de 1941, las
15.500 personas escogidas a
estos efectos fueron arrestadas,
como ya dijimos, sin orden
judicial para ser deportadas a
regiones distantes en la Uni�n
Sovi�tica. Esto se dirigi�
principalmente a familias que
ten�an miembros en posiciones de
liderazgo del estado y gobierno,
econom�a y cultura locales.
La gente a ser
deportada fue despertada en la
noche y les dieron menos de una
hora para prepararse para el
viaje. Se les permiti� llevar
con ellos s�lo lo que pod�an
cargar, y todo el resto qued�
atr�s para ser confiscado por el
estado. Muchos murieron en el
camino, especialmente beb�s,
enfermos y ancianos. Los
hombres, unos 8.250, fueron
separados de sus familias,
arrestados o enviados al Gulag a
campos de trabajo forzado. Las
mujeres y ni�os fueron llevados
a los llamados "asentamientos
administrativos" como miembros
de la familia de "enemigos del
pueblo".
No se pronunci�
ni una palabra de estos eventos
en los peri�dicos letones
censurados por los sovi�ticos.
Los parientes y amigos no ten�an
forma de saber qu� hab�a
ocurrido con los deportados.
Ninguna de las instituciones,
incluyendo el ej�rcito, prove�a
informaci�n o ayuda. Diseminadas
a lo largo de las v�as del tren
hab�a notas de despedida
escritas por los deportados para
sus familias. Pocas de ellas
llegaron a sus pretendidos
destinatarios.
Las condiciones
en los campos de trabajo forzado
fueron inhumanas. Los reclusos
perdieron su identidad, y fueron
aterrorizados por los guardias y
los prisioneros criminales con
que los mezclaron, que ten�an
m�s derechos que ellos por no
ser �enemigos del pueblo�, sino
un fruto � seg�n los comunistas
� de la sociedad burguesa.
Las raciones de
comida eran magras, y no
reemplazaban las muchas calor�as
gastadas a trav�s del dur�simo
trabajo. La gente estaba d�bil,
sufr�a diarreas frecuentes,
escorbuto y otras enfermedades.
Los inviernos estaban marcados
por un fr�o insoportable, y
muchos no sobrevivieron ni
siquiera al primero. S�lo una
peque�a parte de los deportados
en 1941 pudieron alguna vez
regresar a Letonia. Las familias
en asentamientos forzados ten�an
que defenderse de las duras
condiciones; la tasa de
mortandad entre los muy j�venes
o ancianos era igualmente
elevada.
La deportaci�n
masiva del 25 de marzo de 1949,
por su parte, se encaminaba al
fin de la resistencia a la
colectivizaci�n de las granjas y
al mismo tiempo controlar a los
colaboradores de los partisanos
nacionales, como ya dijimos.
Estas deportaciones fueron
dirigidas en particular contra
la poblaci�n campesina y
familias enteras fueron enviadas
a zonas de asentamiento forzado
de por vida. Tras la muerte de
Stalin muchos pudieron
eventualmente regresar, pero no
podr�an recuperar ya su vida
previa y fueron tratados como no
confiables, y ciudadanos de
segunda categor�a.
Las
instrucciones sobre c�mo llevar
a cabo las primeras
deportaciones hab�an sido
preparadas ya en el temprano
agosto de 1939 para las regiones
reci�n anexadas de Ucrania
occidental, por el General Ivan
Serov, cabeza del NKVD de
Ucrania RSS, despu�s conocido
como KGB. Fueron aprobadas en
Mosc� y m�s tarde usadas en los
Estados B�lticos. Como Comisario
de Seguridad del Estado de la
Uni�n Sovi�tica, Serov firm� las
�rdenes el 21 de enero de 1941.
El 29 de enero
de 1949, el Consejo de Ministros
de la Uni�n Sovi�tica expidi�
una orden estrictamente
confidencial, Nro. 390-138, que
expuso las categor�as de gente a
ser deportada en Letonia,
Lituania y Estonia. Estas
categor�as inclu�an:
1. Kulaks y sus
familiares;
2.
Bandidos,
nacionalistas ilegales y
miembros de sus familias, as�
como familiares de bandidos que
ya hab�an sido asesinados;
3. Bandidos
legalizados y sus familias que
continuaban involucrados (o se
sospechaba que lo estuvieran) en
actividad antisovi�tica;
4. Miembros de
la familia de colaboradores de
bandidos.
La base "legal"
de las deportaciones se
encontraba en esa decisi�n ultra
secreta y la instrucci�n,
expedida por el Ministerio de
Seguridad del Estado en febrero,
"Concerniente al
procedimiento de deportaci�n de
varias categor�as de habitantes
de Letonia RSS, Lituania RSS y
Estonia RSS".
El 17 de marzo
de 1949, Vilis Lacis firm� como
Presidente la decisi�n del
Consejo de Ministros de Letonia
RSS. Las fuerzas militares de
Seguridad del Estado y los
Ministerios del Interior
recibieron la orden tambi�n
ultra secreta Nro. 0068 de
ejecutar las deportaciones en
los Estados B�lticos bajo el
nombre clave "Priboi".
Tras la orden
sovi�tica se adopt� una orden
estrictamente confidencial, Nro.
282, "Sobre la deportaci�n de
familias de Kulaks de Letonia
RSS". La orden indicaba que
10.000 familias kulaks deb�an
ser deportadas de Letonia a
tierras lejanas de la Uni�n
Sovi�tica.
11.000 familias
o m�s de 38.000 individuos
fueron incluidos en las listas
de familias kulaks a ser
deportadas, lo que indica que
hab�a una reserva para lograr
cumplir con las 10.000
planificadas aunque por alg�n
motivo � como que se
escondieran, probablemente �
hubo personas que no pudieran
ser enviadas.
La deportaci�n
comenz� en la noche del 24 de
marzo. Igual que en la anterior
ocasi�n, se procedi� a muchos
arrestos en medio de la
oscuridad. Pero esto continu� al
d�a siguiente, en los lugares de
trabajo. En el d�a, ni�os en
edad escolar en ocasiones fueron
llevados a los trenes
directamente desde el colegio.
As�, con lo puesto, tendr�an que
afrontar el exilio siberiano.
De esta manera,
del 25 al 29 de marzo de 1949,
9.147 familias, o 29.252
individuos fueron deportados de
Letonia. Hab�a 28.107 letones,
482 rusos y 663 representantes
de otras nacionalidades.
Como el n�mero
de familias kulak a ser
deportadas fue menor del
pretendido, lo compensaron con
la deportaci�n de familias
nacionalistas. Este n�mero no
estaba indicado en documentos
previos.
3.841 familias
m�s (12.881 personas
adicionales) fueron deportadas
con esta �ltima clasificaci�n.
De ellos, 12.158 eran letones,
293 rusos y 430 representantes
de otros pa�ses.
22
trenes (n�mero 97320, 97351 y
97383) salieron de las regiones
Amur, Omsk y Tomsk, cargando
12.987 familias (42.133
individuos en total).
Entre ellos iban 3.369 ni�os
menores de 7 a�os, 7.621 ni�os
entre 7 y 16 a�os, 7.068
personas de entre 60 y 80 a�os y
734 mayores de esa edad.
En
palabras del Ministro del
Interior Kruglov, entre uno y
otro �ajuste� se terminaron
deportando alrededor de 42.000
personas. Como los hombres
hab�an muerto en gran medida en
la Segunda Guerra, y los
sobrevivientes huyeron, fueron
asesinados o encarcelados, la
mayor�a (72,9%) de los "enemigos
del pueblo" deportados de las
rep�blicas b�lticas en esos d�as
eran mujeres, ancianos y ni�os.
De estos
deportados en 1949 murieron unos
5.000. De los m�s de 10.000
ni�os y j�venes que fueron
sacados de Letonia a la fuerza,
2.080 ya hab�an muerto para
fines del mismo a�o. Por otra
parte, una gran parte de los
deportados eran mujeres j�venes
en edad f�rtil, as� que este
tr�gico suceso tuvo, adem�s,
parte en la cat�strofe
demogr�fica letona.
La propiedad de
las v�ctimas fue confiscada
igual que en la primera ola de
deportaciones. Esta propiedad no
fue devuelta m�s tarde (en
tiempos sovi�ticos) ni
compensada. A algunas categor�as
de los entonces expatriados se
les permiti� regresar s�lo en
las d�cadas de 1960 y 1970,
mucho despu�s de la muerte de
Stalin, ocurrida en 1953. Pero
ellos no fueron rehabilitados ni
se les concedi� amnist�a, porque
nunca hab�an tenido un juicio en
la corte.
En total, 30.620
familias y 94.799 personas
fueron deportadas de los tres
Estados B�lticos s�lo en la
segunda ola masiva de expulsi�n
hacia las inh�spitas tierras
antes mencionadas.
Con esta clase
de m�todos el sistema sovi�tico
aplast� la disidencia, fue
tambi�n como pudo lograr la
colectivizaci�n agr�cola en
Letonia, y los hermanos del
bosque quedaron sin apoyo. Como
eran particularmente campesinos,
lo mejor de ellos, quienes
fueron v�ctimas en este estado
"campesino" y "obrero" - fueron
casi la mitad de los deportados
- puede decirse que la columna
vertebral letona estaba
seriamente da�ada. De los
deportados en 1949 tambi�n
murieron unos 5000. Esta vez m�s
de 10.000 ni�os y gente joven
fueron sacados de Letonia. De
los ni�os b�lticos deportados
2.080 ya hab�an muerto para el
fin de ese mismo a�o. Una gran
parte de las deportadas eran
mujeres j�venes f�rtiles, por lo
que la deportaci�n tuvo parte en
la cat�strofe demogr�fica
letona.
Tras
la instrucci�n oral del
Viceministro de Seguridad del
Estado de la URSS, V. Merkulov,
675 alemanes y otros extranjeros
fueron deportados de Riga.
En
1951 deportaron a 40 personas
m�s por ser Testigos de Jehovah.
Tras la deportaci�n de marzo de
1949, otras 448 personas fueron
deportadas hasta 1952 tras
servir una sentencia de castigo
y campos de reeducaci�n.
Por tanto, adem�s de la gran
deportaci�n, otros 1.732
residentes letones fueron
deportados desde 1945 a 1952.
S�lo
en la d�cada de 1940, por todas
las causas mencionadas hasta
ahora, Letonia hab�a perdido ya
al 30% de su poblaci�n.
Llega a resultar indignante que
los amigos de la tergiversaci�n
deformen los dram�ticos sucesos
que tuvieron lugar en la era
sovi�tica hasta l�mites
desvergonzados. Un ejemplo de
esto lo ha dado Aleksandr Gilman,
quien escribi� en el peri�dico
Chas el d�a del recuerdo de la
deportaci�n en 2005, sobre el
"Mito del 14 de junio":
"Mucha gente joven viv�a junta
en una barraca, se enamor�,
celebraba, re�a por sucesos
divertidos: no era un exilio
sino una excursi�n de naturaleza
libre y hermosa".
�Vemos algunas cifras muy
elocuentes de esta �excusi�n de
naturaleza libre y hermosa�? De
la primera gran deportaci�n, dos
tercios fueron reasentados y el
tercio restante (5.263 personas)
fue a Siberia en calidad de
arrestados. S�lo aproximadamente
un quinto de estos �ltimos
sobrevivieron. 700 de ellos
fueron disparados, y 3441
personas murieron en
instituciones penales debido a
la tortura, las enfermedades y
las condiciones inhumanas.
En ese primer viaje, 43 personas
murieron ya en el camino al
destino al que las hab�an
condenado.
De
todas las personas deportadas el
14 de junio de 1941, 6.081 (m�s
del 39% del total de deportados)
murieron por las terribles
condiciones de vida. De ellos,
46,5% eran mujeres (13,7% de
ellas eran esposas), 27,9% eran
menores de 20 a�os y 15% eran
ni�os menores de 10 a�os.
Aparte de los
deportados ese d�a de junio al
menos 7.670 personas m�s fueron
deportadas en varias fechas
durante 1940-41. La mayor�a de
ellos ser�an disparados despu�s
de una corta investigaci�n o
murieron durante esa
investigaci�n.
De
la gran ola de deportaci�n de
1949, por otra parte, 58,1% eran
mujeres, 17,8% ni�os
preescolares y ancianos, y 16,3%
eran escolares.
Durante esta deportaci�n 183
personas murieron en el camino,
y 4941 (12% de los deportados)
murieron pronto en el duro
exilio.
El
art�culo 6, p�rrafo C de los
Estatutos del Tribunal
Internacional de Guerra de
Nuremberg formado en consonancia
con el Acuerdo del 8 de agosto
de Londres, 1945, entre los
aliados - Estados Unidos y Gran
Breta�a, as� como la Uni�n
Sovi�tica, proveen de
reconocimiento de los siguientes
cr�menes como cr�menes contra la
humanidad: asesinato,
exterminio, esclavitud,
deportaci�n otros actos
inhumanos cometidos antes y
durante la guerra; o
persecuciones por motivos
pol�ticos, raciales y religiosos.
Por lo tanto, las represiones
masivas realizadas por la URSS
contra los residentes de Letonia
son considerados cr�menes contra
la humanidad.
La �fiesta� de
las deportaciones de las que
habla Aleksandr Gilman nada
tiene que ver con la realidad, y
nadie en su sano juicio quisiera
tener tan �feliz� experiencia.
Por el contrario, se ve en el
relato de muchos testigos
oculares del destino de los
grupos de letones deportados la
desesperaci�n, el sufrimiento y
la muerte a que tantos fueron
sometidos.
Por ejemplo, un
grupo de 2.500 letones fue
deportado en 1941 a los campos
de prisioneros del distrito Perm,
cerca de Chusovoy, ferrocarril
Vsesvatska. Un sobreviviente de
ese campo, Roberts Verovs,
inform� que en 1952 quedaban
s�lo 17 letones vivos all�.
Voldemars Krinte cuenta del
campo n�mero 11 en Vorkuta que
no hab�a barracas ni tiendas
esperando a 1.200 prisioneros
cuando llegaron. Un mero letrero
de madera en un banco de nieve
indicaba el lugar del campo.
S�lo 5 prisioneros
sobrevivieron. Otro
sobreviviente de un campo en
Kalinin, el doctor veterinario
Edwards Atrens, testific� que
durante 5 meses, en 1945, al
menos 50 letones murieron all�
de hambre y agotamiento.
Hab�an 50 campos
de prisioneros en la regi�n
Usolog-Sollkamsk, distrito Perm.
Cada campo ten�a entre 1.000 y
1.500 prisioneros. Ninguno de
los 1.000 prisioneros deportados
all� desde Letonia el 14 de
junio de 1941 pudo sobrevivir.
Todos menos 17 de 400 mujeres y
ni�os deportados a la desolada
regi�n del R�o Yenisei de
Siberia murieron en el duro
invierno de 1942.
La Fundaci�n Nacional Letona con
sede en Estocolmo, en 1951,
reuni� en la obra �Estos nombres
acusan� los nombres e
informaci�n que pudo ir
colectando junto a la Federaci�n
Mundial de Letones Libres, para
corroborar y explicar el tr�gico
destino de m�s de 150.000
prisioneros y deportados de su
pa�s s�lo hasta la fecha.