Destrucci�n cultural y
rusificaci�n
La pol�tica se
sovietizaci�n se manifest�
subordinando todas las
actividades sociales y
culturales a la ideolog�a
comunista y el control del
Partido. Ya en la primera semana
de ocupaci�n, el nuevo gobierno
comenz� a cerrar y liquidar
organizaciones independientes
sociales y fraternales.
"Uniones creativas" fueron
formadas por escritores, m�sicos
y artistas. Ten�an que controlar
el trabajo creativo de acuerdo
con la ideolog�a comunista,
producir trabajos que
glorificaran al sistema, apoyar
a los creyentes en la ideolog�a
y "reeducar" a sus detractores.
La segunda
ocupaci�n sovi�tica es mejor
designada como colonizaci�n,
incluyendo sovietizaci�n y
rusificaci�n. El pa�s fue
gobernado desde Mosc�, con el
Partido Comunista local y un
aparato estatal que cumpl�a
funciones administrativas.
Letonia fue
aislada completamente del mundo
exterior a la Uni�n Sovi�tica y
su esfera de influencia. Se
interrumpieron los contactos
econ�micos, culturales,
pol�ticos y sociales con
Occidente, y el pa�s fue
orientado a la fuerza hacia el
Este.
Como
la pol�tica de rusificaci�n
requer�a traer extranjeros al
pa�s, los trabajadores para las
nuevas industrias eran
reclutados de afuera de Letonia.
El idioma let�n se convirti� en
minoritario en su propio pa�s,
porque pocos rusos decid�an
aprenderlo, mientras todos los
letones deb�an aprender ruso. En
muchas esferas p�blicas de vida
el idioma oficial era
estrictamente el ruso: gobierno
comercio, industria, interacci�n
social inter-�tnica.
Por esto no es de extra�ar que
alrededor de un cuarto de la
poblaci�n a�n hoy sea ruso
parlante.
La destrucci�n
de la herencia cultural letona
ha sido sistem�tica. Los m�todos
usados por los funcionarios del
Partido pueden compararse sin
duda con los de los nazis. Los
libros letones publicados
durante los a�os independientes
fueron transportados a papeleras
o quemados.
El
Estado tom� control sobre la
impresi�n y distribuci�n de
todos los libros. Los que no
correspond�an con la ideolog�a
comunista eran eliminados de
librer�as y bibliotecas. Todas
las publicaciones estaban
sometidas a censura. La prensa
ten�a que reflejar el punto de
vista oficial del gobierno y el
Partido Comunista.
Como
los funcionarios normalmente no
comprend�an ning�n idioma que no
fuese ruso, los libros locales y
en particular los extranjeros -
mayormente alemanes - tambi�n
fueron quemados. Una de las
operaciones m�s extensivas fue
la destrucci�n de la biblioteca
monacal en Aglonas, que conten�a
50.000 vol�menes, incluyendo
folios antiguos y una colecci�n
irremplazable de documentos.
Los libros
fueron arrojados a un fuego que
pod�a verse a varios kil�metros
de distancia. La destrucci�n de
libros y documentos inc�modos o
prohibidos continu� durante la
d�cada de 1970 e incluso 1980.
Adem�s, muchos libros terminaron
en los llamados "fondos
especiales", donde s�lo unos
pocos escogidos ten�an acceso a
ellos. El punto de todo esto era
aniquilar la conciencia
hist�rica de la gente y las
distintas formas de pensar que
pudiesen fomentar un sentido
cr�tico hacia el r�gimen.
Sandra Kaniete,
en su obra "Con zapatos de danza
en nieves siberianas" en la que
cuenta la historia de represi�n
sufrida por su familia en la
Uni�n Sovi�tica, deja muy clara
la destrucci�n cultural a la que
eran sometidos los letones, al
decir: �En mi ni�ez, el
pasado s�lo era mencionado en
relaci�n con incidentes de la
casa y eventos familiares, pero
casi nunca en su significaci�n
pol�tica o hist�rica. Yo crec�
bajo la influencia de la
propaganda sovi�tica, no
sabiendo casi nada de la
historia real de Letonia. �sta
estaba totalmente enterrada en
el silencio�.
Los estudiantes,
por su parte, eran fuertemente
adoctrinados en el sistema, y
contra todo lo que el mismo
considerase sus enemigos. Esto
se puede ver, por ejemplo, en
esta instrucci�n circular que
todo establecimiento educativo
deb�a seguir:
�Para
convencer a la gente joven sobre
la veracidad de las ideas y
puntos de vista comunistas y que
esas ideas son superiores a la
ideolog�a burguesa, el nivel
ideol�gico de todas las �reas
debe ser elevado, y la
presentaci�n de las materias
debe armonizarse a las tareas de
construir el comunismo. La lucha
por una visi�n mundial
cient�fica, materialista y la
convicci�n comunista es en igual
medida el deber tanto de
humanidades como de ciencias.
Cada uno juega un importante
papel en dar forma a la visi�n
mundial Marxista-Leninista de
los j�venes. F�sica, qu�mica,
astronom�a, biolog�a y otras
ramas de la ciencia explican los
fen�menos desde la perspectiva
materialista y crean los pre-requisitos
esenciales para formar una
visi�n mundial dial�ctica
materialista en estudiantes y
ense��ndoles a luchar contra los
remanentes del pasado,
especialmente contra la
religi�n.
(...) El
profundo idealismo comunista
debe presentarse en toda la vida
acad�mica en las ense�anzas de
todos los sujetos, en todas las
actividades educacionales, en el
trabajo de maestros y l�deres de
las organizaciones Juventud
Comunista y Pioneros�.
El r�pido
crecimiento industrial atrajo
trabajadores inmigrantes,
principalmente de Rusia,
facilitando as� los procesos de
rusificaci�n y sovietizaci�n. La
inmigraci�n neta de 1951 a 1989
en el peque�o pa�s ha sido
estimada en m�s de 400.000
personas. Esto diezmaba tanto
las posibilidades entre la
poblaci�n local, que incluso
algunos l�deres comunistas
oriundos se resistieron a esa
pol�tica.
A
principios de la d�cada de 1990,
contra el esperable crecimiento
poblacional, los letones eran
casi 100.000 menos que los que
hab�a antes de la Segunda Guerra
Mundial. El n�mero de letones en
su propio pa�s decreci� durante
el mismo per�odo de 82 a 52%.
En Riga, la capital, un tercio
de la poblaci�n era letona. En
la segunda ciudad m�s grande,
Daugavpils, s�lo un octavo.
Esto, obviamente, junto con las
deformaciones hist�ricas
implantadas por el sistema
sovi�tico, producir�a un
profundo impacto en la cultura
local.